Rafael Reche : «Generaciones perdidas para los idiomas»

Si pudiera vivir de nuevo la vida quizás cometería más errores, más contradicciones, me levantaría con menos seriedad, buscaría más momentos felices, porque la vida está hecha de vivientes fragmentos, que nos lleva al que seré. Ahora cuando la marea se retira, los trienios se acumulan y las hojas del calendario caen más ligeras, nada queda de aquello que tanto nos hizo sufrir, nada queda de las horas en el trabajo, nada sino nosotros mismo.

Volver atrás, para arriesgar más, para contemplar con otros ojos los atardeceres, para abrir fronteras más allá de la tierra que conozco y que me conoce, visitar sitios donde el tiempo no transcurre, atravesar valles y montañas, playas sin fin, donde el viento sople con su largo quejido, la sombra del águila vuele sobre el páramo, en donde la luz se pose en tu piel dorada, reflejen tus ojos de miel y descubra tu entornada sonrisa.

Alumnos mayores en clase de nivel intermedio de inglés con la profesora Carmen Aguilera Carnerero

En una sociedad cambiante y dinámica, donde todo se transfigura, las personas mayores con la conciencia más ancha y libre, necesita encontrar su sitio en una civilización globalizada, una de las claves se encuentra en el idioma.

Quizás llegamos tarde, porque formamos parte de unas generaciones perdidas para los idiomas. La causa principal, los sistemas de aprendizajes en escuelas e institutos españoles de los años 60 y 70, que resultaron un auténtico fiasco, en comparación con los países europeos en la didáctica de aprender un idioma extranjero. La poca visión de futuro, nos condicionaron a estudiar a la mayoría francés, cuando el idioma dominante de la ciencia, comercio y de intercambio en los países occidentales sería el inglés.

Estudiantes avanzados en inglés en clase con la profesora Isabel Andrés Cuevas

Ahora, después de los años, me pregunto si aquello fue verdad o una pesadilla, cuando de niño, en un pupitre de madera para dos con el hueco en medio de los tinteros, réplica de un pasado reciente. La figura estilizada del maestro más serio que nunca, con gafas oscuras y sotana tan negra como sus ojos, paseaba por medio de las mesas con la regla como apéndice de sus largos dedos, recitando las declinaciones del latín. Manolito con su corte de pelo a lo Marcelino, pan y vino (la moda de pelado para los niños, flequillo, corto y con raya) miraba ensimismado como una mosca encima de otra, anda sobre la mesa. El golpe seco de la regla sobre el escritorio resonó como un trueno en la clase, nos sobresaltó a todos. ¡Manolito! Primera declinación Rosa Rosae… Aquella voz repentina ronca hizo que el corazón me golpeara el pecho y Manolito que no era tartamudo se le trabó la lengua …

No soy juez, pero si testigo, de mis primeros pasos con el idioma, de niño lo recordamos todo y lo vemos todo, en este caso con la lengua muerta del latín. La lengua estaba viva, tan viva por el miedo al castigo, porque aún resonaban en las iglesias las frases en latín y Julio César, nos enseñaba en latín las campañas de las Galias.

La Alianza Universitaria Europea Arqus reúne a las universidades de Breslavia, Granada, Graz, Leipzig, Lyon, Miño, Padua y Vilna

Con redoblado entusiasmo llegó el Bachiller y comenzamos aprender el idioma diplomático, eso decían, el francés. El inglés estaba maldito en la enseñanza con eso de que nos robaron Gibraltar. El profesor, un señor menudo, con cara afable y dedos amarillos, tenía el arte de encender un cigarrillo detrás de otro, siempre envuelto en su bocanada de humo. Él nos hablaba en castellano, su método didáctico consistía en gramática, traducciones, dictados y literatura francesa. Aprendimos un idioma de palabras en la memoria, nos convertimos en un diccionario de francés a español.

Al pasar a la educación superior, el inglés era el dominante en las ciencias y se convirtió en un sufrimiento para la mayoría que procedíamos de francés.

Hay que ser justo y equilibrado ante la penuria de medios de la época que sólo permitía escuchar idiomas en la radio, casetes o discos de vinilo.

El mundo da vuelta y lo que ayer estaba abajo hoy está arriba. En el siglo XXI, la situación es diferente, los idiomas unen y abren fronteras, el universo de las ideas, conocimiento y relaciones internacionales se expanden en las lenguas del inglés, francés, alemán, español y progresando el chino.

Las clases de idiomas, con materiales y medios audiovisuales, novelas adaptadas, videos, conversaciones interactivas…

Cada uno es tan joven como lo crea y tan viejo como su escepticismo, aprovechemos el tiempo que nos espera, disfrutando de nuestros hobbies. Aprendamos y practiquemos un idioma para viajar, mantener relaciones con otras culturas, en definitiva, para que nuestras neuronas no mueran en el aburrimiento.

La universidad para los mayores y en este caso, el Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) de Granada, fomenta el estudio de los idiomas inglés y francés en sus aulas. Promueve la internacionalización de los seniors con la integración en el programa ARQUS de la UGR con ocho universidades europeas. La asociación de alumnos universitarios ALUMA promueve cada año viajes de intercambios con mayores de universidades europeas (Portugal, Italia, Francia, Bélgica y Polonia), cuya base de comunicación es principalmente el inglés.

Tabla de matriculados en idiomas en el curso 2022/2023 del Aula Permanente (APFA). En la asistencia: el inglés predomina sobre el francés y la mujeres sobre los hombres

El programa universitario de mayores del APFA de la Universidad de Granada integra el idioma extranjero (inglés y francés) como una asignatura optativa especial que debe abonarse aparte de la matricula general, con dos horas semanales durante todo el curso. En comparación con el resto de las materias, la asistencia de alumnos mayores es baja, un 8% de los matriculados, donde las mujeres con su espíritu abierto para aprender duplican a los hombres.

Estamos lejos de Europa en la cuestión del aprendizaje de idiomas, las universidades de mayores que hemos visitado, tienen un abanico amplio de lenguas extrajeras y niveles (inglés, francés, alemán y español).

 

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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.

Rafael Reche Silva

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Comentarios

2 respuestas a «Rafael Reche : «Generaciones perdidas para los idiomas»»

  1. Diego Quiros Montero

    Excelente artículo del que hay que extraer los beneficios que reporta el aprendizaje de un idioma, pese al esfuerzo enorme que signifique a algunas personas, entre las que me encuentro. Enhorabuena

  2. Antonio Alcalde Castilla

    Los idiomas son muy importantes yo he estado en el extranjero con un diccionario buscando una palabra y era un lío para entender cuando bas a otro país deve uno aprender algo de su idioma. Muy interesante el artículo Rafa un abrazo.

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