Antes de cursar los estudios de Magisterio, de presentarme a unas oposiciones y de convertirme en lo que soy: maestro de inglés y bilingüe, como les sucedió a muchos de mi generación, me permití el lujo de impartir unas clases particulares de inglés, precisamente.
Gracias a ellas, pude entender cómo funciona el cerebro de un niño de Educación Primaria, cuáles son sus intereses y sobre todo, cuáles son sus mayores dificultades. No nos engañemos: “La gramática importa y mucho”.
Si bien es cierto que muchos de ellos presentaban un mutismo selectivo muy especialmente en lo que concierne a la exposición oral del inglés, otros presentaban serias dificultades por la gramática, entendiéndose esta como la capacidad de construir estructuras gramaticales con sentido (coherencia) y cohesión, en función de unas normas o reglas en lo que se refiere al orden de aparición de cada uno de los elementos que conforman una oración.
Sin embargo; pese a determinar esa dificultad que entramaba el tener que formar oraciones con sentido gramatical desde cero y con un código diferente al castellano, me planteé otro gran problema: falta de motivación.
Si le explicamos a nuestros alumnos con términos gramaticales, a buen seguro se pierdan, se desmotiven y no sepan aplicar esa terminología a sus conocimientos, debido a que se trata de algo abstracto para ellos.

¿Pero cómo les puedo enseñar gramática si no les motiva?
Hay muchísimas tendencias, corrientes educativas, estrategias, recursos para enseñar la gramática del inglés pero, humildemente, ninguna como la que les voy a presentar a continuación. No quiere decir que sea la mejor, la más infalible y la que mejores resultados pueda ofrecernos en el proceso enseñanza-aprendizaje, nada más lejos de la realidad… pero sí, les puedo asegurar que es creada y diseñada por un servidor, puesta en práctica con numerosos alumnos de casi todas las edades desde Primaria hasta un nivel universitario.
A la vista está que no todos los alumnos aprenden de la misma forma y con las mismas estrategias o recursos, pero si hay algo que todos tienen en común a la hora del aprendizaje de las lenguas con este método se llama motivación.
Pues bien, diseñé unas tarjetas escritas en inglés en cartón, del tamaño de una ficha de dominó. Aunque a medida que pasaban los años fui mejorando la técnica y la visibilidad del proyecto, siempre tuve como objetivo el que los alumnos pudieran manipular las tarjetas, localizarlas, agruparlas y ordenarlas según su criterio.
En primera instancia, me bastaba con ponerles un distintivo del tipo estrellita, puntito de colores, onda, subrayados, bordeado para poder identificar cada una de las categorías gramaticales a trabajar. Los resultados positivos no se hicieron esperar, de modo que procedí a la confección de esas mismas tarjetas triplicando su tamaño y con relleno de letras o alrededores, con unos colores intensos y esclarecedores, por categorías.
Tenía claro, desde el primer momento que este método, no patentado, no creado hasta ahora y con muchas expectativas de éxito, tendría que responder a todas las necesidades de la enseñanza del inglés, con una base fundamental pedagógica. Si se osa a mencionar una totalidad de la gramática inglesa, es con tela de juicio y bajo mi responsabilidad. Es una fuente inagotable de recursos, sin límites al ser un método abierto que acepta todo tipo de incorporaciones. En el caso en el que se quiera trabajar una categoría gramatical concreta, si no ha sido creada previamente, se puede crear sobre la marcha, sin problema.
Al presentarles la posibilidad de desarrollar una actividad manipulativa para la enseñanza del inglés, automáticamente encenderán el piloto del interés y de la concentración.
¿Cuáles son esas categorías gramaticales a las que hago mención?
Lo mismo que sucede con la enseñanza de la gramática de la lengua castellana, podríamos potenciar el repaso de las siguientes categorías, las menciono una a una, considerando que cada una de ellas tendrá un color y forma determinada:

Pronombres personales.
Pronombres posesivos.
Determinantes: demostrativos, artículos (determinados e indeterminados), posesivos, indefinidos y numerales.
- Verbos del tipo 1 en presente: to be, to have, can.
- Verbos del tipo 2 en presente.
- Verbos del tipo 2 en pasado, presente continuo, futuro.
- Nombres comunes: números, comidas, partes del cuerpo, aficiones, miembros de la familia, animales, medios de transporte. Algunas diferenciadas en singular, plural.
- Nombres propios: de persona (hombre y mujer), de ciudades.
- Preposiciones.
- Auxiliares: Do, does, did.
- Adjetivos: En sus grados: positivo, comparativo (inferioridad, igualdad y superioridad) y superlativo.
- Adverbios: De modo, tiempo, lugar, cantidad, duda, negación o afirmación.
- Adverbios de frecuencia.
- Verbos modales: modal verbs.
- Partículas de negación:
- Pronombres interrogativos
- Respuestas cortas.
- There con todas sus posibilidades.
- Conectores

Con este artículo no pretendo dar lecciones ni vender esta metodología tan personal… solo quisiera hacer hincapié en dar la posibilidad a los señores y señoras lectoras de IDEAL EN CLASE de conocer, descargarse el PDF y si lo desean, ponerlo en práctica.
Volviendo al proceso de presentación y puesta en escena de esta actividad, para muchos considerada como un juego, una vez presentadas las tarjetas, cabría seleccionar algunas categorías para poder ser manipuladas por el alumnado.
Empezaremos con:
Los pronombres personales: I, you, he, she, it, we, you they, acompañados de los verbos que he considerado como del tipo 1: to be (am, are is), to have (have, has) y can. Aprovecharemos para introducir la partícula negativa N’T y de esa forma ya podremos formar oraciones sencillas en forma: afirmativa, negativa, exclamativa e interrogativa.
Si se desea se añadirán algunos nombres comunes y propios, junto con sus determinantes para formar otro tipo de sintagma nominal.
“Mi abuela no tiene elefantes en Londres”:
My grandmother hasn’t got any elephants in London.
Como habrán podido observar no todas las oraciones que podamos formar gozan de un sentido, pero el objetivo es el de construir oraciones modelo a raíz de unas tarjetas con vocabulario básico y no el de traducir todas y cada una de las oraciones posibles de la lengua inglesa. Eso sería inviable.
¿Puedes pasarlo a afirmativo? ¿Y a interrogativo?

El alumno se percata automáticamente de la necesidad de hallar o saber elegir la palabra precisa con tal de formar una oración con éxito. Fundamental, en este caso, el papel del maestro para asesorar, animar y ayudarles a encontrar, de forma razonada y orientativa, lo que buscan.
Llegamos al final de este artículo. Se podría agregar mucho más: otros ejemplos, oraciones tipo, actividades con distintos agrupamientos y objetivos… pero mi objetivo cuando decidí escribir sobre esta técnica no era otro que el de divulgar una idea, que a mí, particularmente, me ha funcionado, motivo por el cual no dudo en compartir.
Para terminar, quisiera compartirles esta reflexión:
“Estamos de paso en esta vida. Nada es de nadie, ni siquiera lo que es nuestro, debería de pertenecer al mundo. Por ese motivo, casi por inercia, tiendo a compartir ideas, recursos, materiales y documentos con ánimo de dejar algo de huella, aportar algo a los demás y si no, que se quede en la intención. No hay más pretextos”.
Gracias por su tiempo y por leerme. Gustosamente leeré sus comentarios y aprenderé de ellos, a buen seguro.
Pedro ofrece a los lectores de IDEAL EN CLASE este material que puede descargar, imprimir y plastificar pulsando sobre la siguiente imagen:

Se trata de un juego o recurso muy intuitivo a la par que manipulativo que sirve para un nivel básico A1 hasta uno muy avanzado C2.
Les recomendaría lo siguiente:
- IMPRIMIR EL PDF a todo color, incluso ampliar a tamaño A3
- PLASTIFICAR
- RECORTAR DE DOS Y DOBLAR FUERTE POR LA MITAD.
- AGRUPAR LAS PAREJAS CON GOMAS ELÁSTICAS Y METERLAS EN UNA CAJA.
OTRA OPCIÓN:
Recortar todas de una en una
Ponerles imán






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