Artículos de
Gregorio Martín García
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-D)
Decíamos que la presa de la “Jondonada”, partiendo de dicho lugar, regaba tierras de la familia Carrillo Benítez que gozaban del privilegio de no aportar gastos ni peonadas, ya que el trazado de la acequia, permitieron pasar por el centro de sus colindantes y próximas tierras. El movimiento de las aguas por gravedad les hacía…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-C)
Don Antonio, el maestro que tomando el sol en la puerta del bar de Juan Pedro, permanecía charlando con otros mayores del lugar que, atentamente, oían sus comentarios que, como más culto, exponía como único maestro que era de la única escuela de niños y otra de niñas que había. Los señores maestros, en Benalúa,…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-B)
[…] En un trozo de tierra se cultivaba de todo. Destacando los hermosos melones de clase Leyva, rayados o de piel de sapo, y sandías rojas o blancas, igual daba que, sembradas en secano, bien labradas y cuidadas y con el rastrillo trabajadas con destreza y gana, se lograba que tuvieran un buen y dulce…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-A)
Capítulo VIII. De Ben-Alúa, su nombre, sus tributos, la hortaliza y el riego “¡Plaaaanta…bataaata¡ ¡Vaaaamos! a la plaaanta batata”, gritaba aquel buen hombre que iba en su bicicleta Orbea, ya bastante vieja por lo mucho trabajado y, como hoy, cargada a tope en su porta equipos trasero. Recorrían la comarca de algunos pueblos de los…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VII-B)
[Viene del capítulo anterior] Después de postre y tabaco, a trabajar otra vez llama el manijero. Que, reloj en mano, mira la hora y se dirige hacia el tajo, a recomenzar la tarea, dar las dos últimas horas finales, cargar las acémilas e ir hacia la almazara. Después de haber cribado la aceituna recogida en…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VII-A)
VII. Del final de la campaña, almazara, “cagarraches” y el Día las Banderas… Los carámbanos -”carámbalos” decíamos nosotros -, colgaban de los tejados en puntiagudas lanzas, los caminos escarchados, se mostraba un bello aspecto blanco en senderos, veredas y agros, las hojas de la hierba aprisionadas, por agujas cristalinas del hielo albo y una tenue…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VI-E)
La sede cristiana quedó preciosa, el amor puesto en ello por aquellas mujeres era el motivo que lo causó, hasta los ornamentos blancos Benalúa de las Villas Hijos Dulces de Dios que habría de revestir el celebrante y acólitos, quedaron dispuestos sobre la cómoda que había en la sacristía. Dieron un último toque al orden…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VI-D)
La historia, por no contada, (sólo lo contaban entre la familia), creo no es muy conocida pero real y verdadera: En una oscura noche de Benalúa debido, más que a los elementos, al escasísimo alumbrado público y a que transcurría la contienda fratricida del treinta seis; un vecino, y paisano, ya siendo casi las doce…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VI-C)
A las prendas o al corro, al “tú la llevas”… y muchos más…¡¡y no había televisión!!.. ¡¡y no teníamos consolas!!…¡¡ni falta que nos hacía!!, Ni las conocíamos, ni existían. Teníamos un gran campo de acción, ¡todo el pueblo era nuestro!, y un gran parque con sus laberintos: la calles y plazas, que eran tomadas por…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VI-B)
El día tres de abril del año que nos ocupa, 1955, Domingo de Ramos, la vieja campana de la torre, luciría sus mejores sones y, al vuelo, pregonaría un gran repique, llamando a su sede a los cristianos. El antiguo templo benaluense, de planta basilical, de un pobre estilo románico y algo abandonada, contaba con…




