Recuerdos
-

Francisco Ávila: ‘Adora la gitana’ (6)
En 1946 otra gran riada se apoderó, esta vez, de nuestra finca, abriendo un cauce por medio que nos dejó el haza dividida en dos. Por suerte, la vivienda de Adora, como sospechaba José Molinero, no sufrió desperfecto alguno; incluso la cabra que tenían se salvó montándose en una garbera de leña que acondicionó la…
-

El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (IX-A)
Capítulo IX De los pedimentos, desmote, el ajuar, las invitaciones y las bodas. Del río Parrales subían. Sus grandes canastas de mimbre llevadas con arte, en su cadera; colmadas de trapos, limpios. Lavados, tendidos y secados en el lavadero, acondicionado en el tramo de río existente a la salida de la villa, a la altura…
-

Francisco Ávila: ‘Adora la gitana’ (5)
La promesa de Molinero hecha a Adora y a su familia ya era evidente. La familia se había instalado aquí, junto a nuestra finca y frente por frente al grupo de secaderos del señor Molinero. Era una vivienda construida por ellos mismos, de palos y cañas, con muros y tapias de adobe; una especie de…
-

Leandro García Casanova: «Recuerdos del verano»
Aquella mañana de junio de hace dos años tuve que coger el autobús del pueblo a Granada y, una vez aquí, coger otro autobús que iba al otro extremo de la ciudad para recoger mi coche en el servicio oficial, pues le habían estado revisando los frenos de pie durante dos interminables días, ya que…
-

El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-D)
Decíamos que la presa de la “Jondonada”, partiendo de dicho lugar, regaba tierras de la familia Carrillo Benítez que gozaban del privilegio de no aportar gastos ni peonadas, ya que el trazado de la acequia, permitieron pasar por el centro de sus colindantes y próximas tierras. El movimiento de las aguas por gravedad les hacía…
-

Francisco Ávila: ‘Adora la gitana’ (4)
El río se había desbordado esta vez cerca de una finca que labraba el padre de José Asencio, «El Clemente». Por lo visto, había un recodo donde se fueron acumulando palos y ramaje de todo tipo de arbustos arrancados de cuajo por la corriente, lo que provocó el desbordamiento. Esto hacía que la fuerza del…
-

El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-C)
Don Antonio, el maestro que tomando el sol en la puerta del bar de Juan Pedro, permanecía charlando con otros mayores del lugar que, atentamente, oían sus comentarios que, como más culto, exponía como único maestro que era de la única escuela de niños y otra de niñas que había. Los señores maestros, en Benalúa,…
-

Francisco Ávila: ‘Adora la gitana’ (3)
El problema que había con los desbordamientos del agua del río en verano era que, por este sector comprendido desde La Trampa hasta el Puente de los Vados, el cauce era muy ancho y poco profundo. De hecho, había muchas tomas de agua del río para regar en ambos lados del cauce, sobre todo, en…
-

Leandro García Casanova: «Carmen y la Nati»
Recuerdo a la Nati cuando le decía, ¡ya sé lavarme las manos!, como quien ha hecho una hombrada. Entonces yo era un renacuajo y ella una mujer en plena juventud. Hoy la mitad de su corazón no le funciona, y así lleva siete años entrando y saliendo del hospital. Cuando fui a visitarla, le estaba…
-

El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-B)
[…] En un trozo de tierra se cultivaba de todo. Destacando los hermosos melones de clase Leyva, rayados o de piel de sapo, y sandías rojas o blancas, igual daba que, sembradas en secano, bien labradas y cuidadas y con el rastrillo trabajadas con destreza y gana, se lograba que tuvieran un buen y dulce…




