Benalúa de la Villas
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Gregorio Martín García: «Las tres chaparras de Los Salobres, (3/3)»
Se dejó sentir, ahora más fuerte, el segundo aviso, el segundo reclamo de mi hermano, ahora rematado con: -…Como tenga yo que ir a por ti te voy a traer de una oreja… ¡Venga ya hombre! remató.
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Gregorio Martín García: «Las tres chaparras de Los Salobres, (2/3)»
Pronto llegué a la encina. Las formas de mirar y comportarse de mi hermano vi que allí pasaba algo y pensé que una sorpresa me guardaba. A él le gustaba eso y yo que lo sabía, comencé a mirar por doquier en busca de sorpresa que sabía yo que seguro la había. Fue un gesto…
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Gregorio Martín García: «Las tres chaparras de Los Salobres, (1/3)»
Eran tres, fornidas y fuertes chaparras que allí quedaron cuando desmontaron y rompieron aquel manchón, aquel terreno, para ponerlo en labor. Tres vigías parecían, tres espías ellas eran, todo lo que acontece lo guardaban bajo sus cortezas y las fibras de su madera, en anillos anuales y en círculos concéntricos.
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Gregorio Martín García: «El retrato de una vida, Antonio Romero Raya, ‘El Noni’, 2/2»
Siguen las andanzas de nuestra lejana juventud, la vitalidad de Antonio, cariñosamente apodado “El Noni” era espectacular, había de guardarla para tiempos más recientes en donde la tragedia exige demostrar, al verdadero NONI.
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Gregorio Martín García: «Mi tío Teodoro, alias ‘Tedorico’, II»
Contada esta historia las risas y fuertes que inundaron la habitación de la casa de “Tedoro” y todos festejaron la fuerza y pujanza con que el amigo Librado nos la había narrado.
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Gregorio Martín García: «El amor y la cola de los botijos. En la Fuente del Pilar, y 2»
Solo había en el pueblo dos fuentes de agua de escasísimo caudal. La conocida “Fuente Junco” y la no menos célebre “Pilar”. Uno en cada extremo de la villa, que con su escaso chorro de agua saliendo por un único caño, ocasionaba que la llegada de cántaros a sus mínimas afluencias fuera mucho mayor que…
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Gregorio Martín García: «… Y le llamaban Lamborghini»
Erase una vez un pueblo, que hundido en sus tradiciones y costumbres todavía labraba sus campos, sus tierras con yuntas de buenos mulos…¡aaah…! y mulas también las había y también buenas aradoras y animales de tiro.
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Gregorio Martín García: «La onomástica y su regalo»
– ¡Cristóbal!… a los güenos días que mus dé Dios… – Güenos días compae Rafael. Le contestó su vecino que frente a la puerta de su cortijo laboraba afanosamente para terminar de regar sus remolachas antes de que terminara su torna de agua.
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Gregorio Martín García: «Nueva juventud para unos nuevos tiempos»
El humo saturaba todo el habitáculo. Un grupo de jóvenes de no más de diecisiete años, formando un semicírculo junto a la barra, jugaba a los “chinos”. Se apostaban una de aquellas invitaciones que sobre el mostrador había servida en cuatro vasos de vino blanco peleón, con las tapas de costumbre. Una actitud apática e…
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Gregorio Martín García: «Un cactus prendido»
Al tirar de la pesada cancela de hierro para cerrarla, detrás de sí, ésta emite un seco y áspero chirrido, consecuencia del oxidado hierro de sus viejas bisagras… Al tiempo que advertía, a su amiga, que le precedía. -Espera Mari Ángeles… para… ¿Qué es eso…? Espera… prendido llevas algo. Dijo, Feliciana. -¿Dónde?, preguntó, Mari Ángeles,…