Hijos Dulces de Dios
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (XI-B)
Fíjense que ellos allí discutiendo y hablando de las fiestas, desarrollaban más trabajo y aportaban más rendimiento que político en comisión de Gobierno en el Parlamento. Llegaba el mediodía cuando el sol más calentaba en la medio terminada verbena cuando, en una barra ya montada e instalada con tablones, un grifo de cerveza acaban de…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (XI-A)
Capítulo X I Del sosegado otoño, “ahoyar” el pajar, rastrojeras, fiestas… La calle marcaba las huellas de acémilas, ganado, personas y ruedas de carro por la cantidad de restos de paja que sobre ella había. Todo ello debido al acarreo, transporte y suministro de pajas de las recientes mieses trilladas, ahoyadas en recónditos pajares, por…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (X-C)
“Bien dices Rodrigo… pues apuro el vaso, os invito, y me voy, que tengo cosillas que hacer”. “¿Qué diiices? ¿y ya te vas? ¿no quieres otro mortero?” “No”, contestó “tengo que hacer unos mandaos, otro día”. Se dió media vuelta y salió. La era quedó para la trilla, toda limpia, las piedras de su suelo…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (X-A)
Capítulo X De los primeros televisores, las “sordás” de verano, el Día de la Virgen… Estaba solo, como único era el vaso de vino que le acompañaba sobre el mármol de la barra de aquella taberna de “Joseillo” que, acercándose, le sirvió la tapa en un plato pequeño de plástico duro y casi negro. La…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (IX-C)
Alguien le informó al Sr. Pepe García la forma de evitar tal problema y así vimos como se colocaron en las paredes una especie de alfombras de grueso tejido que, amén de resultar ornamentales, evitaban el eco de los altavoces y se pudo disfrutar de un sonido que sin ser estéreo (que no existía), ni…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (IX-B)
Pasados unos días, pocos, se supo que la “pedida de mano” sería muy pronto. Por “el pedimento”, se conocía y conoce en Benalúa. Corrían finales de abril y muchas cosas había que hacer aún. En esas primaverales y hermosas jornadas de mañanas serenas, repletas de luz. Con el rocío en sus campos, que refleja en…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (IX-A)
Capítulo IX De los pedimentos, desmote, el ajuar, las invitaciones y las bodas. Del río Parrales subían. Sus grandes canastas de mimbre llevadas con arte, en su cadera; colmadas de trapos, limpios. Lavados, tendidos y secados en el lavadero, acondicionado en el tramo de río existente a la salida de la villa, a la altura…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-D)
Decíamos que la presa de la “Jondonada”, partiendo de dicho lugar, regaba tierras de la familia Carrillo Benítez que gozaban del privilegio de no aportar gastos ni peonadas, ya que el trazado de la acequia, permitieron pasar por el centro de sus colindantes y próximas tierras. El movimiento de las aguas por gravedad les hacía…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-C)
Don Antonio, el maestro que tomando el sol en la puerta del bar de Juan Pedro, permanecía charlando con otros mayores del lugar que, atentamente, oían sus comentarios que, como más culto, exponía como único maestro que era de la única escuela de niños y otra de niñas que había. Los señores maestros, en Benalúa,…
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El amanecer con humo. Benalúa de las Villas… Hijos Dulces de Dios (VIII-B)
[…] En un trozo de tierra se cultivaba de todo. Destacando los hermosos melones de clase Leyva, rayados o de piel de sapo, y sandías rojas o blancas, igual daba que, sembradas en secano, bien labradas y cuidadas y con el rastrillo trabajadas con destreza y gana, se lograba que tuvieran un buen y dulce…




