Un cactus prendido
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…Y el cactus cumplió la promesa
Desde el día que lo “robaron” todo fue viajar, al norte ibérico fue y allí se fortaleció. Hermoso, pomposo y muy verde se puso él con la inestimable ayuda de quién lo cuidó, Mari Ángeles, ahumada de pro y de nacimiento benaluense. ¡Y volvió! cumplió la promesa que hizo y hoy, grande, robusto y hermoso…
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Gregorio Martín García: «Un cactus prendido»
Al tirar de la pesada cancela de hierro para cerrarla, detrás de sí, ésta emite un seco y áspero chirrido, consecuencia del oxidado hierro de sus viejas bisagras… Al tiempo que advertía, a su amiga, que le precedía. -Espera Mari Ángeles… para… ¿Qué es eso…? Espera… prendido llevas algo. Dijo, Feliciana. -¿Dónde?, preguntó, Mari Ángeles,…