Ángeles García-Fresneda: «Manresa, 1979»
Aunque la actualidad no me concierne, reconozco que ni bajo el cimborrio de la catedral de Burgos, ante la tumba
Leer másAunque la actualidad no me concierne, reconozco que ni bajo el cimborrio de la catedral de Burgos, ante la tumba
Leer másDesde Castril, en una hora, llegas al borde de Andalucía por las altiplanicies de Granada y Murcia, por carreteras locales
Leer másLos amigos son el regalo de la vida. Incluso si es yendo de viaje con ellos —circunstancia esta propensa a
Leer más«La ciudad de Elvira, situada en una llanura, se hallaba poblada por gentes que no podían sufrirse unas a otras,
Leer másCon el propósito de que el tándem bares de debajo de mi casa-policía local de Granada descanse de mi persona,
Leer másUn mes largo en el campo. Regreso a Granada y, tras poner la casa a punto, me instalo los cascos
Leer másDesde que estoy jubilada me ha dado por hacer cosas raras; por ejemplo, reproducir actitudes de algunos de mis personajes
Leer másAcudimos, a la Biblioteca de Andalucía a la presentación de la última obra de Juan Carlos Rodríguez, ‘Para una teoría de la literatura. Cuarenta años de Historia’, publicada por Marcial Pons y de la que el profesor Miguel Ángel García nos hizo una reseña a la altura del teórico marxista; con resignación aludió también a la soledad intelectual del maestro que nos enseñó a ver el arte y la literatura en su radical historicidad, como un producto ideológico que brota del inconsciente del sujeto burgués libre. ¿Libre? Sí, posiblemente así lo atisbaba el vasallo que huía del señor feudal para refugiarse en el burgo. A la larga solo resultó tener libertad para explotar o ser explotado.
Leer másEste pasado domingo asistí al ingreso de Félix de Azúa a la RAE. Su discurso fue íntimo tanto en la forma como en el fondo, fraternal, un reconocimiento a Martín de Riquer –cuyo sillón H él ocupa ahora “por serendipia”- que le descubrió, como a todos nosotros, el mundo de los trovadores y, en su caso, el léxico de las armas medievales que luego novelaría en Mansura y a sus amigos, algunos académicos allí presentes, como Javier Marías o Vargas Llosa que le dio una réplica vigorosa, loando la visión integradora de las artes y la libertad de pensamiento del nuevo académico, “es difícil ser independiente en esta época en la que ya no hay casi ilusiones… Félix de Azúa fue uno de los primeros españoles en perder aquellas ilusiones de los años sesenta y setenta pero ello no lo sumió, paradójicamente, en el nihilismo…continuó escribiendo y batallando en solitario por unos valores e ideas cada vez más solitarias y excéntricas en el mundo en que vivimos”.
Leer másEn pleno debate sobre la formación del profesorado y su respectiva carrera profesional en España, os voy a contar mi experiencia personal como profesor después de haber opositado y obtenido una plaza fija. Estas oposiciones me han permitido descubrir un sistema educativo diferente, que está inmerso en una «refundación del colegio público». El año pasado me presenté a las oposiciones de profesor de Educación Física, en Francia. Mi objetivo era conseguirlas en dos años: el primero me serviría para aprender a escribir el idioma francés, y el segundo para aprender la dichosa “disertación francesa”, o el ejercicio de la argumentación, que ella sola representa la base del pensamiento crítico francés. En este ejercicio de disertación no basta con memorizar referencias teóricas o científicas, hay que justificarlas con ejemplos prácticos sobre et terreno y sobre todo criticarla, ya que la verdad absoluta no existe. Por suerte (y sobre todo, por trabajarlo) he podido aprenderlo todo en el primer año y obtener así una plaza de profesor.
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