José Antonio Flores Vera: «El Castillo de Belillos -o Velillos-»

El Cerro de los Infantes, enclavado en el término de Pinos Puente, muy cerca ya de la Comarca de Los Montes Orientales, ha sido a lo largo de la historia un crisol de culturas, restos arqueológicos, hechos y acontecimientos importantes. Al margen de su procedencia -que deriva de la Edad del Cobre y llega hasta la época medieval, pasando por el periódico pre-ibérico, ibérico y Romano Imperial-, cuenta con un hecho histórico, quizá el más conocido, y que fue el que dio nombre al Cerro. 

Está constatado que el 25 de junio de 1319 se produjo el hecho conocido como Desastre de la Vega, en el que murieron los Infantes Juan y Pedro, ambos de Castilla, en su guerrear contra las tropas del potente ejército del rey nazarí Ismail I. Estos infantes pertenecían a la élite de la familia real castellana; de hecho, eran los tutores de Alfonso XI, bisnieto del poderoso rey Alfonso X, conocido como “El Sabio”, por sus muchas contribuciones a la ciencia, literatura y traducción. De manera que muy importante debió ser esta batalla para que el ejército castellano estuviera capitaneado por estas dos altas autoridades en persona. No obstante, las hostilidades castellanas no cesaron, pero hubieron de transcurrir otros 173 años para que Granada fuera tomada por la descendiente de aquellos antiguos reyes castellanos, Isabel, Reina de Castilla, unida en matrimonio con Fernando, heredero del Reino de Aragón, que por aquel entonces pasaba por ser uno de los reinos más potentes de la península ibérica, con importantes posesiones territoriales tanto en España como en Italia.

Volviendo al Cerro de los Infantes, hay que decir que existe datación arqueológica e histórica de restos de lienzos de muralla que se han catalogado como del Bronce Pleno, aunque en tiempos de íberos y romanos se yuxtapusieron construcciones, descubriéndose éstas sobre todo en el entorno de la Corona del Cerro. Incluso, en la Corona, se puede observar como una especie de foso, que al parecer podría ser una cisterna, o bien un horno para cocer cerámica. La cerámica no era un aspecto fuerte en la civilización íbera, por lo que debió de haber existido influencia griega, aportada, probablemente, por mercaderes que hayan podido moverse por el interior del territorio andaluz.

Murro en el Cerro de los Infantes/ J. A. FLORES
Murro en el Cerro de los Infantes/ J. A. FLORES

Pero, quizá, uno los episodios más desconocidos fue la existencia de un fastuoso castillo construido a finales del siglo XI, casi tres siglos antes de la muerte de esos dos Infantes castellanos. Y es que, gracias a las memorias (un manuscrito denominado Al-Tibyan) de Abd Allah ibn Buluggin -último rey zirí de la taifa de Granada, que reinó entre los años 1073-1090-, escritas en su destierro en la ciudad de Agmat, se pudo conocer de la existencia del Castillo de Belillos -o Velillos, como se le suele denominar actualmente-. El término antiguo Ballilus, según varios expertos, proviene del latino vallis, valle, pero más propiamente de su diminutivo, en plural, velillox, o bien, vallecillos (ese vallecillo no podía ser otra cosa que la amplia Vega, la cual se domina de manera extraordinaria desde lo alto del Cerro). La razón de la construcción de este castillo, que estuvo ubicado en el Cerro de los Infantes y del que no hay apenas vestigios -se especula que fuera organizadamente desmontado unos siglos más tarde-, es la negativa del rey granadino de pagar tributos a Alfonso VI de Castilla. Este hecho propició una alianza entre el rey cristiano y el rey de Sevilla Al-Mu’tamid de Sevilla, enemigo del rey granadino (pensemos que las taifas eran como países independientes entre ellos, aunque compartieran religión y procedencia). La idea no era otra que acercarse a la capital granadina para ejercer su control y apoderarse de sus muchos tesoros. Alfonso VI y Al-Mu’tamid acordaron edificar el Castillo de Belillos en el año 1073, justo el año en el que se erigió rey de Granada Abd Allah, si bien las hostilidades ya derivaban de los tiempos de reinado de su abuelo Badis, al que sucedió Abd Allah.

Restos del muro en el cortijo de los Ángeles
Restos del muro en el cortijo de los Ángeles

El propio Abd Allah escribe textualmente: “Estuvieron conformes en que había que edificar contra Granada un castillo, que la pusiera en aprieto, en tanto caía en sus manos…”. Y continúa diciendo: “Él mismo fue quien, con este objeto, les indicó el lugar donde edificar el castillo de Belillos”. Más adelante, continúa escribiendo el rey zirí granadino: “Para reforzar la fábrica de este castillo alquiló Ibn’Ammar los servicios de un ejército de Alfonso y aprestó grandes sumas de dinero. (…). El mismo Al-Mu’tamid vino en persona para vigilar cómo iban los trabajos y, durante todo el tiempo que estuvo allí, hizo continuos desfiles militares por las cercanías de Granada, con la esperanza de que los habitantes de la ciudad se sublevarían en su favor”, continúa diciendo. Finalmente, reconoce Abd Allah, que acaba por prometer a Alfonso el pago de las sumas que antes le había pedido para evitar que la guarnición de Belillos -que debía ser bastante salvaje, como es común en los mercenarios- siguiera devastando y hostigando la Vega de Granada.

Como decía, el Castillo de Belillos desapareció, pero quedaron algunos restos de muro en la base del casi derrumbado Cortijo de los Ángeles, hoy día aún visibles. Además, existe un dibujo de lo quedaba del castillo realizado hacia el año 1614 por Francisco Heylán, un grabador flamenco, natural de Amberes, que falleció en Granada en el año 1650. En ese sentido, quedé impresionado por la semejanza de estos muros-contrafuertes con los dibujados por Heylán.

Muy importante sería profundizar y explotar en favor de Pinos Puente este hecho histórico y destacar la presencia en el Cerro de los Infantes -tal y como sostiene en sus memorias Abd Allah- del rey de Sevilla, Al-Mu’tamid, unos de los gobernantes más importantes de la España musulmana, gran estadista, según las crónicas, y destacado poeta.

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