El Kintsugi es el arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado con polvo de oro. Así, cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza y a la vez la parte más bella.
Si este arte lo llevamos al terreno humano, podemos aprender de éste que cuando nos quebramos, nos rompemos por cualquier motivo, podemos recomponernos convirtiéndonos en algo más bello, más fuerte de lo éramos. El ser humano tiene la capacidad de aprender de los errores pasados, del sufrimiento y llegar a convertirlo en la lección más valiosa que le ha podido regalar la vida.
En ese proceso de aprendizaje las personas salimos mejores de lo que éramos porque nos hemos reparado con el mejor oro que existe: con sabiduría y amor.
Cuando más frágiles nos sentimos tendríamos que saber, tener la convicción de que más fuerte nos vamos a hacer, de que ese sufrimiento nos dará siempre una lección y que abrirse a esta experiencia nos llenará de serenidad, de bienestar. Las relaciones personales es lo más valioso que tenemos, ¿Qué pasa cuando se rompen, cómo podemos recomponerlas? La respuesta es muy sencilla, con el perdón, no hay otra, no busques más.
Todo puede ser muy fácil, pero nos cuesta creerlo cuando nos vemos presa del sufrimiento, del rencor, de la ira, del miedo. Aceptar que nos sentimos así y respetar nuestro sufrimiento es importante, pero también lo es saber que toda esa vorágine de emociones y sufrimiento, nos puede enseñar que el dolor es inevitable y que el sufrimiento es opcional y que aprender de éste nos hará mejores, más fuertes.
“No quiero llegar a romperme del todo; a morir, sin haber agradecido al sufrimiento ser el cadáver que soy”. Virtudes Montoro López
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso