Hay ocasiones en que los errores históricos perduran durante años, sin que nadie los descubra. Algunos han sido difundidos por la potencia de las imágenes como los cascos con cuernos de los vikingos, o Hamlet sosteniendo una calavera en su monólogo del “Ser o no ser”. En otras ocasiones son intencionados para conseguir un objetivo. Y nuestra localidad, no se ha librado de este tipo de afirmaciones. Es el caso de lo que podríamos llamar como los falsos señores de La Zubia.
En otras épocas poseer títulos y distinciones engrandecía a una familia, por eso algunos autores, bien por adulación, o bien por puro interés económico abultaban los honores de alguna estirpe con datos que a la postre resultaban falsos, pero que servían para su objetivo de enaltecer a los miembros de la parentela. Es el caso de una rama de la familia Fernández de Córdoba, asentada en el siglo XVI en tierras granadinas. Concretamente don Pedro Fernández de Cordoba (m. 1557), hijo del III Conde de Cabra y perteneciente a una de las estirpes más importantes de la época, fundó una rama separada de su familia que se vino a denominar de los Señores de la Taha de Órgiva, y de la villa de Albendín en Córdoba. Pero también se le añadió el título de “señores de La Zubia”. Nunca lo fueron; y en puridad, fue con el hijo de don Pedro, llamado don Luis Fernández de Córdoba y Zapata, nacido en Baena hacia 1540 y fallecido en Toledo en 1592, con quien comienza esta historia.
Don Luis fue militar, menino de Felipe II, gentilhombre de boca de la boca del príncipe don Carlos, caballerizo mayor de don Juan de Austria, corregidor, caballero de Santiago y embajador. En 1566 fue nombrado Alférez Mayor de Granada, y luego participó activamente en la Guerra de Rebelión de los Moriscos (1568-1571). En 1571 recibió la encomiendo de Villanueva de la Fuente, y después participó en las batallas de Lepanto (1571) y Navarino (1572-73). Tras su estancia en Génova como embajador, volvió a Granada. Aparte de sus títulos interesan aquí sus posesiones, en parte heredadas de su padre, la mayoría en Granada. Aquí se dedicó a organizar su hacienda y labrar unas casas acorde a su rango. Las primeras fueron sin duda, las casas de Granada. Se edificaron en lo que hoy es la Plaza de Isabel la Católica, cerca de la desaparecida calle Sierpe Alta, a la que daba nombre un elemento de la construcción. Es el famoso Palacio de los Córdova, sede del Archivo Municipal de Granada, hoy ubicadas en la Cuesta del Chapiz, donde fue reconstruido el edificio.
Pero no fueron éstas sus únicas obras, también “labró” otras casas en Loja, y en La Zubia. Así lo narra su propio hijo ilegítimo, el famoso historiador Abad de Rute.
De esta casa habló nuestro Abad de Rute, con mucho énfasis, porque seguramente la conoció y habitó en ella, durante su infancia granadina. Ponderaba el autor las obras que había construido su padre, tanto en La Zubia, como en Loja, o en la propia capital.
Don Luis durante sus años en Granada, litigó contra sus familiares la herencia del Gran Capitán, a la que tenía derecho. El pleito se terminó mediante un acuerdo y convenio entre las tres: de un lado la viuda y duquesa de Sessa (de cuyo nombre toma la calle Duquesa su nombre) y también prima de don Luis; de otro el propio don Luis; y como tercera parte implicada otro sobrino, el duque de Soma. Nuestro protagonista recibió el señorío de la Taha de Órgiva, con sus once lugares, además del lugar de Busquístar, varias posesiones en la vega granadina, unas casas en San Matías, y los derechos al heredamiento de Albendín. Había desposado don Luis a doña Francisca Fernández de Córdoba Zapata y Mendoza, su prima hermana, nacida en Granada y que era señora de Las Guájaras y en parte de Albendín (por lo que el matrimonio reunió todo el señorío de este pueblo cordobés). En 1592 fue nombrado corregidor de Toledo, a donde marchó muriendo allí a los seis meses.
Don Luis nunca fue señor de La Zubia, aunque sí tuvo aquí una propiedad que llevó luego a algunos autores a decir que fue señor de esta localidad. Como mucho se puede decir que fue propietario de una gran casa de campo en nuestro pueblo. No obstante si hoy buscamos su nombre en muchas obras y portales de Internet, aparece con este falso título que nunca disfrutó.
Él mismo nunca se tituló así. En la siguiente imagen podemos ver un fragmento de una carta de imposición de censo, donde él mismo se llama: “Don Luys Fernández de Córdova, alférez mayor desta çiudad de Granada, comendador de Villanueva de la Fuente, señor de las villas de Orjiba y Albendín, etc.”. Nunca hubiera omitido el título de señor de La Zubia de haberlo disfrutado. No obstante así ha pasado a la historia, tanto él como su padre y su hijo y sucesor. A la muerte de don Luis, cuidó de la hacienda su viuda doña Francisca descrita como “señora de raras partes, agrado, discreción y gallardía”, que sobrevivió muchos años a su marido y todavía vio morir a su hijo en plena juventud con 33 años en 1603, falleciendo ella en 1623.
AROMAS DEL LAUREL:
Un recorrido por la historia de La Zubia.
Alberto Martín Quirantes
Miembro del CEI Al-Zawiya
VER CAPÍTULOS ANTERIORES:
01 La Inquisición en La Zubia
02 Antonio Gala y los Sonetos de La Zubia
03 La Infanta de La Zubia
04 Los cementerios de La Zubia (1ª parte)
05 El órgano de la Iglesia de La Zubia
06 Los cementerios de La Zubia (2º parte)
07 La Huerta Iberos
08 Los cementerios de La Zubia (3ª parte)
09 La ocupación francesa en La Zubia
10 Los cementerios de La Zubia ( y 4º parte)
11 Trogloditas en La Zubia
12 Los mozárabes en La Zubia
13 Una escritora desconocida de origen zubiense: Doña Carmen Espejo Valverde
14 La llegada de la guardia civil a La Zubia (1ª parte)
15 La llegada de la guardia civil a La Zubia ( y 2)
16 El campo de Tiro de La Zubia
17 Los falsos señores de La Zubia y sus casas principales (1ª parte)