Gregorio Martín García: «Un recuerdo y un llanto por nuestro antiguo templo, 3»

Catafalco de magnificencia que el sacerdote de turno ponía en el templo para las exequias solemnes. Este estaba muy bien adornado en función de la bolsa que se hubiera abonado.

Ciriales encendidos de categoría superior, rodeaban el tal artefacto durante la misa que, darían más satisfacción y boato… ¿A quién? No había cosa más rancia por su mal gusto humano, ni más ridícula, que con dinero querían ganar gloria para aquel a quien iba destinado. Al difunto por un lado y a la bolsa de un cura que olvidaba que su misión era algo más noble y elevada.

Pero he aquí que aún había más motivos de exaltación monetaria para darle más boato y realce a lo que solo debiera ser una sencilla misa por el difunto y su alma: Los que querían armónium y canto habían de correr pagando otro tanto, en este caso, al sacristán de Colomera que por enseñar sus desdentados dientes cantando y sus largas y mal cuidadas uñas tocando, le había que pagar algo que encarecía la misa del difunto, otro tanto,

Un lamentable y vergonzoso montaje, quizá solo excusado por el estatus de pobreza de la gente de la iglesia de aquellos tiempos, en que pasaban hambre. Que con sus sotanas raídas demostraban una vida de privaciones y faltas.

Esto no era propio en todos los ordenados, era la excepción que toda regla tiene, por ser así.

La mayoría o todos eran grandes hombres entregados a Dios, a sus feligreses y ciudadanos, por los cuales consagraban y consagran, su vida al Eterno Hacedor.

Eso eran las misas de difuntos, catalogadas de primera, que algún sacerdote en Benalúa, nuestro pueblo, puso en práctica en aquellos lejanos tiempos.

Había las de menor rango como eran las de segunda o tercera y creo que las había también, qué dentro de este censo ni estaban, por ser de balde absoluto el Padre Nuestro que al difunto le rezaban.

Esta denigrante costumbre de cobrar por rezar perduró unos años, terminando totalmente con ello el buen párroco y hombre, D. Miguel Gonzales Álvarez del Manzano y algún otro sacerdote antes.

Despacio seguían tus pies avanzando por el pasillo central empapando tu ser de agradable paz y tu mirada en el altar clavada, y hasta allá arriba llegaras, si no fuera porque a la izquierda de tu absorto camino una fuerza misteriosa atrae tu atención y hacía girar tu cabeza una coacción emocional que penetrando en ti y quedando quieto allí, admira, desde esa distancia, el rostro del más penetrante y emotivo crucificado que, yo y cualquier benaluense, jamás hayamos contemplado.

Nuestro  Jesús Crucificado

Sí, era nuestro Crucificado de cautivadora figura, de maravillosa estampa que refleja toda la Pasión del que en la Cruz clavado por todas las vilezas del hombre había sufrido y pasado, para con su posterior Resurrección rescatar del pecado a aquel que con espinas habían coronado.

A sus pies y sobre el pavimento de la solería, que a modo de mosaico toda la planta del templo lucía. Se encontraba la pila bautismal, puerta catacumenal y camino de entrada a la comunidad cristiana de todo benaluense en nuestra villa bautizado.

Era costoso apartar la mirada de aquel crucificado que en la mayor oscuridad de su capilla se presentaba sobre un altar sencillo y noble sin más, porque no lo necesitaba, su sola imagen llenaba el espacio circundante, influyendo con su presencia y majestuosidad inexplicable.

¿Un hombre clavado en una cruz y su presencia inundaba con majestuosidad, aquel lugar santo? Sí, clavado estaba y muerto aparentaba. -Entonces, más bien sería una persona fracasada que en aquel madero de suplicio, su vida había dejado

¡He ahí el Misterio!

Continuado el avance con paso sosegado y cada vez más templado, hacia la cabecera del templo de planta basilical y tras el comienzo de la paralela nave izquierda.

En ese tramo central, los grandes cuadros ya citados.

Una cruz en madera con salientes rayos simulados de su crucero salen y, una leyenda que reza el motivo de su presencia en aquel lugar: La visita de una misión de frailes predicadores que rememoraba la misión al pueblo en días cuaresmales.

Órgano misma marca y parecido modelo al que había en la antigua iglesia y que alguien, al parecer, robó

Ya había quedado a nuestra derecha la secundaria puerta del templo que a una pequeña placeta salía, existente en aquel lugar, sitio de juegos preferido por los chavales del pueblo.

Una figurita pequeña, representando a Jesús Resucitado y Triunfante, estaba colocada sobre el grueso muro del arco izquierdo, a una cierta altura, que yo nunca comprendí. ¿Por qué alejarlo tanto de la cercanía de sus fieles.

Ya en el frontal de ambas naves nos encontrábamos en retablos sencillos a San Antonio en el altar de la derecha y a nuestro Patrón San Sebastián a la izquierda, amén de otros altares que, con sus hornacinas y santos, daban a nuestro templo ambiente de recogimiento y lugar de oración, cubierto por bóvedas en sus techos, sin valor arquitectónico alguno y la vieja lámpara de cristal de regular tamaño, colgaba del centro del crucero, así como de un decrépito coro que en la nave central había a media altura y a la entrada de la iglesia parroquial. Le daba nombre a la iglesia y bajo su advocación fue puesta: ”De La Encarnación”. Por el Misterio que lucía en el frontal del Altar Mayor.

. /…Continuará

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Gregorio Martín  García

Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y

Autor del libro ‘El amanecer con humo’

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Comentarios

2 respuestas a «Gregorio Martín García: «Un recuerdo y un llanto por nuestro antiguo templo, 3»»

  1. Francisco Avila

    Tercera entrega de tú yo mejor qué relato diría vida vivida en tú querido pueblo y todo lo qué en el es significativo. Los entierros como todo lo que él hombre organiza y también sé incluyen los que adoctrinan con sus ideas de servir al prójimo los tenían de categoría distinta según él poder a la hora de llenar mas o menos él pepillo a la vez de describir la diferencia de un entierro nos haces un recorrido por la iglesia y sus alturas con sus correspondientes imágenes escelente tercera entrega

  2. Gregorio Martin Garcia

    Entonces, PaquitoTe ha gustado todos contentos. Escribiéndolo me emocionaba con lo que ya te he dicho del Cristo. De NUESTRO CRISTO. La gente de BENALUA de las Villas, nuestros paisanos, es quemo lo conocen. Paco. Un saludo y un abrazo. A ver esa visita a tu pueblo y. Lo ves.

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