En la reunión de responsables del teleclub, ya lo había dejado caer alguna vez D. Francisco. Pero esta vez fue más claro en su exposición y hoy venía dispuesto a exponernos su proyecto.
Era una de las únicas actividades de ocio de la juventud de mi pueblo. Además de jugar a cartas y consumo de cubatas se hallaba desorientada, aburrida, perdida en sus confusos pensamientos e incertidumbre de futuro. Estaba de tal forma esparcida e introducida en los bares del pueblo, que vida social no tenía.
Era de absoluta necesidad un cambio. Y ese serrano pueblo de los Montes Orientales Granadinos tuvo su ocasión y el destino le condujo a su transformación.
En el Teleclub de Benalúa cabíamos todos y era por ello por lo que toda la juventud del pueblo de todas las edades al mismo pertenecemos, casi sin excepción.
La dirección de D. Francisco Lombardo era acertadísima, sus maneras captaron, hacían de llamada y aquello funcionaba, era el alma y motor que movía todas las inquietudes juveniles, con bastante influencia incluso más allá de los pueblos limítrofes y de los más alejados de Los Montes Orientales Granadinos.
Un comprometido cuadro de responsables, con su presidente, secretario, tesorero y un encargado u hombre de todo, especie de conserje, que se ocupaba de la buena marcha de la sala, hacían que aquello fuera ejemplo de organización todo movido con sano altruismo y entrega.
Ejemplo éramos de organización humana, en este caso juvenil, que ejemplo dábamos a instituciones muy serias de los mayores.
El análisis de todo ello, la confianza que teníamos en nuestro centro hizo que aquel día el director nos expusiera lo que guardaba dentro. Quería ahondar más en la actividad social, lúdica, recreativa y educativa del Teleclub y estrechar lazos entre nosotros sus miembros, las gentes del pueblo y con aquellos vecinos de distintos pueblos con los que manteníamos estrechas relaciones. Se perseguía unos días de convivencia plena fundamentada en la cultura, ocio, la sana diversión, el deporte, charlas y foros. Una amplia gestión de valores que sirvieran a esa idea que el director tenía dentro.
Y, nos lo dijo y expuso sin rodeos lo dijo de pronto: -Vamos a organizar una gran fiesta, “La Fiesta de la Juventud de Benalúa de las Villas” le llamaremos. Con ella habremos de ganar todos habremos de de elevar este ambiente que el Teleclub está sembrando y logrando cambiar, esos antiguos y equivocados conceptos inherentes en las gentes de este, sencillo y honrado pueblo.
Quieto, callado y mirándonos a la cara, quedó. Observaba la reacción y el parecer de cada uno, a esta su propuesta y proyecto. Estuvimos unos minutos callados observándonos e intentando adivinar qué pensaban los otros de semejante exposición.
Habló primero el presidente, despacio, algo impactado y pensando, dijo: -Eso es un gran reto, hace falta mucho tiempo, mucho trabajo y entrega, tomarlo muy en serio y además mucho dinero. Algo negativo estaba el “presidente”.
Los demás, pensándolo, todavía estábamos. Alguien concluyó y sin más… – ¿Y por qué no?
-A ver…a ver. continuó, removiéndose en el asiento de su silla…- Esto hay que pensarlo en serio.
-Adelante y a organizarnos, dijo el tesorero.
-Efectivamente, organizarnos es la palabra. Añadió el secretario, continuando: – Y, creo que lo debemos hacer por grupos de gestión, adjudicando a un responsable de grupo la organización y gestión de este. Cada grupo tendría uno de los distintos conceptos en que dividiremos el trabajo, procurando que todos sus componentes fueran conocedores o trabajadores de esa faena encomendada a ellos. Pareció bien y nos dijimos: ¡Adelante!
Se citó a una asamblea extraordinaria y específica para comunicar a todos los proyectos aprobados por la Junta Directiva, la asistencia fue masiva. ahora faltaba su información a socios y su aprobación si procedía.
La asamblea se manifestó a favor por aclamación. Tras ello se nombraron cinco responsables de grupos de acción o de trabajo.
– Uno: formado por la propia Junta Directiva: Gestión, coordinación, inspección y economía.
– Un segundo: encargado de relaciones sociales exteriores, invitados y gestión de anfitrión.
– Un tercero: de suministros y material.
– Un cuarto: estructuras y montajes.
– Un quinto: logística y apoyo a los demás grupos.
Una frenética actividad se instaló en todos los socios, porque todos se volcaron a la consecución del reto que nos habíamos propuesto.
La sociedad benaluense venía de un estatus medieval. Benalúa de las Villas durante mucho tiempo fue un señorío, título nobiliario concedido por Carlos III en 1781, en favor de la familia Cañaveral, que pasaron a ser condes, con la denominación de “Condado de Benalúa y de las Villas”. Esta situación, claramente venida del feudalismo, durante muchos años mantuvo a nuestro pueblo paralizado en sus movimientos económicos, sociales, culturales. Imponiéndose un estatus que tenía muy poco de positivo y escaso desarrollo de lo que resultaba un grupo social muy atrasado en todos sus aspectos. Semi esclavos de su trabajo. No dejaban de ser pobres y analfabetos ya que los medios eran escasos y la enseñanza nula. Y los medios predispuestos a ello
El Teleclub de Benalúa de las Villas, se propuso dinamitar esa influencia que sus gentes sufrían, romper con esas formas de vida arrastrada y traída desde antaño. Desarrollar la idea que movía al director y responsable del gran movimiento juvenil de élite conseguido. Don Francisco Lombardo Valverde, ese hombre, ese cura que aglutinó, y con su gestión logró hacerse con toda la juventud y desde ella imprimir en el pueblo aires nuevos que vinieran a romper aquello viejo que estoicamente aguantaron. Las formas de vida habrían de cambiar.
Continuará. /…
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Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y
Autor del libro ‘El amanecer con humo’
Comentarios
2 respuestas a «Gregorio Martín García: «Teleclub de Benalúa de las Villas: La fiesta de la juventud y su Toro Chispas, 1/7»»
EL TELECLUB. Cómo llamarlo para no quitarle ni un ápice de su importancia y ni su gran labor qué tuvo a la hora de abrir él camino de las necesidades que la jeventud necesitada de grandes retos preparada para erguirse en tomar el relevo, y para ello él teleclub tuvo su papel fundamental haciendo una organización bien llevada por sus directivos nombrados en democracia cuando aún esa palabra no sabíamos el significado se formaron para toda clase de actividades qué a su fin sólo pretendían la unión entre sus gentes Gregorio buena introducción de lo qué se prevé será muy interesante.
Buen comentario Paco. Por ser acertado y, se ve que te ha gustado como a todos aquellos que allí formando club estábamos, pasándolo muy bien, con formalidad y organización exquisita. Tan importante fue la vida social que ganó el Teleclub en Benalúa que, además de escribirlo con mayúscula, aún aquellos que fuimos socios se nos nota cierta clase que jamás nos abandonará.
Si Paco, fue modelo y ejemplo de mayores y de importantes señores políticos o no que, aun viviendo en otros momentos sociales, políticos y de no plenas libertades, esos señores que antes miento al ver nuestra perfecta organización, predisposición y unión nos tenían «respeto» y un cierto recelo y tiento que yo llamaría casi miedo. Algún día contare lo que paso con las carocas de una de las fiesta de la Juventud que al no ser del agrado de las autoridades locales, enviaron a los dos agentes del municipio con su escalera a arrancar aquellas. Otro socio y yo acompañados de otros nos hicimos presentes en el lugar y a nuestra manera «ordenamos a la autoridad local que aquellos letreros no se tocaban y que allí estarían todas las fiestas…¡Y estuvieron! Dime Paco, si en aquellos tiempos en que se podía ir al talego no fue aquello una demostración de que la autoridad nos tenia un respeto. ¡¡Obedecieron nuestra postura y ante el Teleclub que toda la juventud era, no quisieron quimeras. Un abrazo de tu amigo Gregorio Martín