Patricia enseña matemáticas en el CEIP Nazaríes: P.M.M.S

Pedro Manuel Moral Soriano: «Fases para una posible intervención de un maestro con su práctico»

Estimados lectores y compañeros/as de profesión, el tema que trataré en este artículo es el papel de los prácticos en el aula. Todo sea dicho de paso que desconozco la existencia de un artículo como este en la red, en el Ideal de Granada o IDEAL EN CLASE; no obstante, procedo a dar algunas pinceladas de mi experiencia, tanto de práctico y alumno de Magisterio, como de tutor en numerosos colegios, muy especialmente, en Armilla.

El autor con sus primeros alumnos estando de prácticas: P.M.M.S

Corría el año 2001 cuando veía cumplido uno de los sueños de mi vida: ser maestro de verdad. Atrás quedaron los ratitos en el recreo tanto en la pizarra de mayores como de garabatos con algún significado en el patio de arena del colegio de los Salesianos (en época de EGB era un campo gigante de futbol de arena marrón); los años de clases magistrales a muñecos con una pizarra de esas blancas o con una pizarra que confeccioné de forma artesanal (antiguamente no había tantos medios ni tantas posibilidades de adquirir artículos exclusivos y menos a fuerza de clic, como se estila hoy en día…¡Bendita tecnología!).

Pasé de los muñecos a unas clases particulares, pero con la misma ilusión, de hecho esa misma ilusión me lleva acompañando toda la vida, desde que tengo uso de razón, presumiblemente desde los seis años de edad, tal cual me comenta Gloria Lázaro, una de mis primeras maestras en la antigua EGB y actual Educación Primaria. Así me lo aseguró 30 años después de aquello.

Alumna del CEIP Nazaríes tiene un detalle con la práctica Patricia: P.M.M.S

Sin ánimo de divagar, les diré que hice las prácticas en el colegio Ave María de la Quinta de Granada. Fue una experiencia inolvidable y que marcó mi vida, sin lugar a dudas. Desde el minuto uno, conté con el apoyo absoluto de mi tutora de prácticas, que de hecho, por circunstancias del destino y por un incidente que tuvo uno de sus hijos, estuvo ausente los primeros días de mi intervención como práctico. Dio orden, desde la distancia y su ausencia, a que tomara yo el mando de la clase, y así fue. No me costó nada, nací para eso. Cuando uno desarrolla una actividad con devoción y con pasión, todo fluye. Todo tornaba a ser inolvidable para bien, aunque he de reconocer que tras su vuelta el protagonismo y el marco de actuación se vio reducido significativamente a algunas intervenciones puntuales. Aún perdura en mi recuerdo y el de algunos de mis alumnos y alumnas de aquella tutoría de tercero de Primaria todo lo vivido, tanto buenos como malos momentos y cómo no, el momento despedida, uno de los más dolorosos de mi carrera como maestro. Tan sólo era un niño de veintiún años.

Alumno del CEIP Miguel de Cervantes tiene un detalle con la práctica Celia :P.M.M.S

A raíz de aquello, me hice una promesa que fue: “Si algún día me convierto en un maestro de verdad trataré a mi práctico o práctica como me gustaría que me trataran a mí”. Efectivamente siguiendo el principio fundamental de la empatía cumplí con mi promesa.

Ni que decir tiene que el papel que adoptamos los tutores de los prácticos que se nos encomiendan es esencial para el desarrollo, visión y repercusión de los mismos.

Una experiencia traumática, en donde no se haya monitorizado de manera correcta o en la que se tenga un nulo protagonismo puede derivar a la renuncia a convertirse en maestro o dedicarse a otros menesteres, por lo que, es poca broma.

Alumnos del CEIP Miguel de Cervantes despiden al práctico Antonio: P.M.M.S

Dicen las malas lenguas que los maestros que decidimos tener prácticos a nuestro cargo es por inapetencia de trabajar y gracias a ellos y por eludir el trabajo y las correcciones. Nada más lejos de la realidad. Velamos por cumplir con nuestras competencias como maestros o tutores y no relegamos la responsabilidad en alguien ajeno al sistema (que de momento lo es).

Una vez hecha esta introducción procedo a dividir lo que considero que es una idónea intervención de un maestro con su práctico, por lo que la divido en las siguientes fases:

  1. Presentación.
  2. Observación.
  3. Puesta en práctica con asesoramiento.
  4. Desarrollo de su autonomía.
  5. Conclusión y despedida.

PRESENTACIÓN

Es labor de todo docente dar importancia a todos y cada uno de los miembros de la Comunidad Educativa y servicios, incluidos los prácticos. Si le damos una importancia, un valor y una trascendencia en el proceso, el respeto hacia su figura estará relativamente garantizado, apostillo lo de la relativamente, porque gran parte del devenir en su experiencia estará marcada por su actividad e implicación tanto en el proceso enseñanza-aprendizaje como con los propios niños y niñas. El respeto se gana.

Dejemos que los niños sean niños, cuando toque :P.M.M.S

OBSERVACIÓN

Es inevitable el hecho de mostrarle indirectamente un modelo a los prácticos, de hecho, puede resultar a ser algo beneficioso para ellos, pues, de esta forma, podrán acceder al conocimiento de un modelo al que podrán imitar, denostar o, lo que es mejor, podrán forjar el suyo propio.

Evidentemente, han de estar informados de las rutinas de clase, desde los primeros minutos de la mañana hasta que nos despedimos, donde incluiremos el uso y confección de la programación, actividades de calentamiento, presentación de nuevos contenidos, uso del libro, inclusión del juego como factor motivador del aprendizaje, alumnos disruptivos o con dificultades de aprendizaje, de ACNEE (Alumnos con Necesidades Educativas Especiales) o ACNEAE (Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo), aplicación de la disciplina y el orden en la clase, evaluación, corrección, y cualquier otro aspecto que considere relevante para el tutor y que deba tener presente el práctico. Al tiempo, se puede informar sobre leyes actuales o tendencias educativas.

Insisto, estamos en fase de observación, por lo que algunas explicaciones no estarán de más.

Práctica María Molina recibe el cariño de alumnos de segundo del CEIP Miguel de Cervantes: P.M.M.S

PUESTA EN PRÁCTICA CON ASESORAMIENTO

Mi modo de proceder en esta etapa, consiste en estar a la vera del práctico o, si lo veo capacitado para ello, me sitúo al final de la clase, dejando al práctico en el frontal o donde él o ella veo conveniente. Las indicaciones que recibe por mi parte son de contenido completo o parcial, siendo este último el de más presencia o protagonismo en mis clases, dejando el mensaje a medias, por poner un ejemplo: -“Pregúntales si ya lo han… o si necesitan que les…”. De esta forma conseguimos que las neuronas se conecten entre sí y puedan aportar palabras, recursos e incluso acciones que no han sido indicadas ni comandadas.

Es imprescindible el uso del lenguaje positivo hacia la persona que esté realizando las prácticas, pues si hacemos de esto una experiencia inolvidable y gratificante no solo la recordará con cariño sino le repercutirá para alcanzar su sueño, si es el de convertirse en docente. Dar ánimos y vanagloriar sus progresos son acciones a tener en cuenta.

DESARROLLO DE SU AUTONOMÍA

Esta es la etapa posiblemente más importante de todas las anteriores, pero claro para llegar a ella hay que otorgarle la trascendencia que se merece a las previas, obviamente.

En esta etapa el práctico gozará de relativa libertad. Recibirá pocas indicaciones por mi parte, salvo en lo que se refiere a la organización de la jornada escolar, temario, fichas, actividades y cualquier otro aspecto.

Entonces será cuando se verá el resultado de un largo proceso, en el que tendrá una relativa libertad y manifestará soltura o no para desenvolverse en el aula con un mínimo de asesoramiento. ¿Quiere decir que mi papel como tutor será pasivo? Evidentemente no, pero es una obviedad considerar una imprudencia en relegar la responsabilidad del devenir de la clase a una persona que no tiene la suficiente preparación ni el título aún de maestro, sin olvidarnos de las contrariedades posibles manifestadas por algunas familias.

Práctica Celia llora en su despedida rodeada de sus primeros alumnos :P.M.M.S

CONCLUSIÓN Y DESPEDIDA.

Es esencial, como personas ricas en valores, preocuparnos por el estado anímico del práctico ante la culminación de la jornada escolar o la clausura de su periodo de prácticas. Hemos de hacerle sentir importante, escuchado, respetado, comprendido; aunque, por otra parte, le hemos de presentar sobre la mesa una serie de desafíos y retos que le hagan salir de su zona de confort para que aplique sus recursos personales o materiales para salir airoso de lo que se le presente, como si de supuestos prácticos se tratasen.

Por supuesto que atesoren todo el cariño de sus primeros alumnos en el día de su despedida e imborrables recuerdos que le acompañarán para el resto de su vida y con ellos, tú.

Práctica Celia hace gala de conocimientos y tablas para ejercer como maestra: P.M.M.S

Para terminar, quisiera una vez más, agradecerles su atención. Estoy abierto a aprender de cada uno de ustedes con sus prácticas docentes como tutores de un práctico/a.

Reciban un cordial saludo y disfruten de sus merecidas vacaciones de Semana Santa.

Alumnos agradecen la labor de los maestros :P.M.M.S

Pedro M. Moral Soriano

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Comentarios

Una respuesta a «Pedro Manuel Moral Soriano: «Fases para una posible intervención de un maestro con su práctico»»

  1. Antonio Palomares

    Amigo Pedro. Leo con mucho interés todos tus artículos y la verdad es que cada vez me parecen más interesantes.
    Respecto a los prácticos, que siempre que me los han propuesto los he tenido, creo que la labor del maestro/a tutor es fundamental en su formación.
    Has dejado muy claro los pasos que han de seguirse para que su experiencia en el aula sea lo más fructífera y placentera posible.
    Enhorabuena, que gran maestro eres. Un abrazo.

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