Virtudes Montoro: «¿Cuáles son las técnicas más adecuadas para el estudio?»

Según John Dunlosky, profesor de Psicología de la Universidad de Kent y coautor del estudio “Mejorando el aprendizaje entre los estudiantes con técnicas de estudio eficaces” nos revela que las típicas técnicas de estudio como es el subrayado, releer o resumir son los peores métodos de estudio, datos sorprendentes dado que al alumnado sólo se le aconseja utilizar estas.  El citado autor destaca otras técnicas o métodos que son poco conocidas y más efectivas.

Si recordamos los postulados de David Ausubel en su aprendizaje significativo, como ya indiqué en artículos anteriores, partir siempre del conocimiento previo, es decir, de lo que el alumno ya sabe podría ser una buena manera de que el alumno/a acometiera la fase de estudio para la preparación a la evaluación, en otras palabras, si no comprendemos lo que ya sabemos y lo contrastamos con lo que podemos llegar a saber, no se produce el desaprendizaje, la forma que considero más acertada para llegar a un conocimiento profundo.

Lo que quiero decir es que no se puede pedir al alumnado una memorización fidedigna de los contenidos de una asignatura o materia, sin tener en cuenta que realmente el aprendizaje es significativo; que comprende lo que memoriza o repite.

Por ello según John Dunlosky, bautiza a estos métodos, el subrayado, leer o resumir como el efecto de la ilusión del saber. Quiere decir que cuando el alumnado estudia una materia con estos métodos (la más frecuente el subrayado), empieza a sentir una gran familiaridad con el objeto de estudio: la de creer que domina el tema que sin embargo no está asentado.

Según el citado psicólogo las técnicas más eficaces serían:

1) Partir del conocimiento previo. Antes de estudiar la materia o la asignatura, yo aconsejo que el alumno/a escriba todo lo que recuerda o sabe sobre el tema, esto asienta lo que ya sabe. El/la estudiante al hacer este ejercicio se dará cuenta tanto de la que ya ha asimilado, así como de las lagunas que posee del mismo.

2) Apostar por la práctica. La realización de los ejercicios hechos en clase u otros semejantes hace que el alumno aprenda mejor y a más largo plazo, se logra conectar el conocimiento con su utilidad real

3) Tomar descansos cada cierto tiempo. Los expertos recomiendan espaciar las sesiones de estudio de la misma materia hasta que empieza a caer en el olvido. Él/la estudiante en este punto deberá esforzarse por recordar lo aprendido en un proceso en el que se fijan mejor los conocimientos.

4) Combinar asignaturas. Se recomienda no centrarse en una materia sino combinar varias así se va más allá de la memorización para alcanzar un aprendizaje significativo.

5) No rehuir los retos. Desde Harvard instan a elevar el nivel y a poner ciertas dificultades, (zona de desarrollo potencial), para incrementar el esfuerzo, así el aprendizaje llega a ser significativo y consigue integrar los conocimientos y ponerlos en práctica.

“Una de las claves, va a ser que el alumnado vea una utilidad, un sentido práctico de lo que está estudiando y pueda aplicarlo a la vida real”

Como vemos una de las claves, va a ser que el alumnado vea una utilidad, un sentido práctico de lo que está estudiando y pueda aplicarlo a la vida real.
Cuanto más práctico sea el aprendizaje, más se fija su contenido ya que puede aplicarlo en su vida diaria.

Otra clave será la persistencia que nos indica que, en vez de confiar sin más en los resultados anteriores, o en nuestra inteligencia, ser capaz de orientarse en adquirir nuevas habilidades, será más eficaz. La disciplina y la perseverancia son ingredientes esenciales.

Pero si tenemos que señalar cuál es la mejor técnica de estudio será la motivación y la pasión que el alumno/ posea y en este punto el profesorado, debe tomar conciencia de su papel clave en la dinamización de su alumnado, poniendo en marcha las estrategias y herramientas que consigan despertar la pasión por el conocimiento.

Si el profesor está concienciado de su trabajo y de la relevancia que tiene en el aprendizaje de su alumnado, logrará trasladar la motivación necesaria para conseguir el éxito escolar.

¿Y qué es el éxito escolar? Podrían apuntar que sacar un sobresaliente, un notable, sería un buen indicador de este, sin embargo, no se tiene en cuenta, el esfuerzo, la constancia, la atención, la motivación, las emociones por las que pasa el alumnado ante un examen, considerando de esta manera, un insuficiente como un pobre indicador del conocimiento, y un suficiente como un nivel bajo de este.

Si no se tienen en cuenta los anteriores factores, estamos situados ante una cuantificación, sin más del conocimiento, despreciando toda la aportación que el/la alumno/a puede y está poniendo en marcha ante el aprendizaje.

Llegará un momento, imagino, que se pasará a una evaluación cualitativa, justa, y adaptativa del conocimiento, así lo creo, donde desaparecerán los números, el apto o no apto.

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Virtudes Montoro López

Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso

 

 

Redacción

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