Ricardo Gómez: «La literatura es patrimonio de la Humanidad»

–¿Qué preguntas le sorprenden más en este tipo de encuentros?
–Aquellas que se refieren no tanto a los procesos objetivos; en ocasiones te preguntan qué paso se sigue para editar o publicar un libro pero en otras ocasiones versan, por ejemplo, sobre qué siente el escritor mientras está creando un personaje o lo que se piensa cuando se encuentra con un libro y ese libro ve que se está vendiendo, o sea preguntas que tienen que ver con los sentimientos. A mí esas preguntas me llaman la atención porque se salen de lo trivial.

–Usted participó en el libro colectivo ‘Ocho maneras de narrar’ ¿cuál fue su aportación?
–La experiencia de Medellín fue fantástica. Que saliera este libro es la muestra de la buena sintonía que hubo entre los autores y por otra parte de ese deseo de responder a las preguntas que se hacen acerca de la escritura. Lo que valoro de este libro, y en particular de lo que cada uno ha escrito, es la posibilidad de invitar a los lectores a escribir, el hecho de que la lectura no se convierta en un hecho pasivo, sino que chicos y chicas puedan ser autores de sus propias escrituras, y que entiendan las dificultades que también tenemos incluso escritores profesionales a la hora de enfrentarnos con una historia, con un personaje, con una publicación… Destacaría ese intento de acercar la escritura a los lectores con objeto de que ellos sean también protagonistas de sus propios escritos.

–¿Que empuja a un profesor de matemáticas a dedicarse a la literatura?
–Creo que una de las ventajas que tiene la literatura es que es accesible a todos. Independientemente de la formación, de la profesión y de la educación, hay mucha gente que puede dedicarse a la literatura. Una de la pruebas está en que otro de los autores que formaba parte del libro «Ocho maneras de contar» es Carlo Frabetti también matemático y escritor. Yo creo que la literatura es patrimonio de la Humanidad y no tiene nada que ver con las actividades profesionales.

–Según reconoce, no hay diferencia entre escribir para jóvenes y para adultos; sin embargo ha escrito más para niños y jóvenes…
–Uno no puede renunciar a su historia y orígenes. Yo me recuerdo leyendo muy placenteramente de niño y de joven. Curiosamente, pasado el tiempo he releído alguno  de los títulos, no todos evidentemente, que leía de niño y de joven, y he encontrado una satisfacción añadida como es el hecho de pensar que hay obras eternas. Estoy hablando de «La isla del tesoro», de «Robinson Crusoe», de otros muchos libros que están fuera del tiempo. La intención de escribir para jóvenes es un intento de escribir para todo el mundo. Creo además que en ocasiones hay mala prensa o un desconocimiento de lo que se refiere a la literatura infantil y juvenil; se piensa que es una literatura un poco jibarizada, solo apta para lectores que están en formación, cuando se trata de una visión del mundo más fresca de lo que muchas veces es la literatura adulta.

Violencia escolar

–¿Qué le han aportado el Cervantes Chico y el premio Barco de Vapor, 2006 por ‘Ojo de Nube’?
–Creo que cualquier premio es un reconocimiento no tanto al trabajo del escritor, aunque lo pueda ser indirectamente, sino a la obra. Los premios son un acicate para seguir escribiendo. Lo que ocurre con los premios es que de alguna manera hay una objetivación; se supone que los premios, y sobre todo algunos de ellos, son un reconocimiento exterior, aunque hay que recordar que ninguna obra es mejor que sí misma por el hecho de haber recibido un premio.

–¿Cuál es el origen de ‘La piel de caimán’, en el que aborda la violencia escolar?
–Recuerdo que, cuando era profesor, uno de mis alumnos apareció en clase magullado. Al preguntarle qué le había ocurrido él calló y le costó varias horas reconocer qué le había pasado, y es que había sido agredido por un grupo, yo diría rival ideológicamente. A mí hubo algo que me sorprendió más allá del incidente en sí: el silencio que se teje incluso por parte de la víctima. En muchas ocasiones quienes son víctimas de violencia no quieren dar a conocer su situación, lo cual significa que se es agredido por partida doble. Escribir este libro era una manera de explicitar cuál es el papel de la víctima y el derecho que tiene, por lo menos, a sentirse como tal.

–¿En qué está trabajando actualmente?
–Estoy trabajando en varios libros.  Por un lado, en una re-publicación de los Cuentos Crudos, con la adición de algún otro relato, más una novela que estará a caballo entre la literatura juvenil y la adulta, más una colección de cuentos de terror que espero tener acabada en el transcurso del año. Aparte de otros proyectos.

Gran aficionado al cine, la fotografía y la música 

Ricardo Gómez disfruta con la escritura pero también con el cine, la fotografía y la música. Admite estar marcado por películas como “King Kong”, «Julio César», “Ciudadano Kane”, «Apocalypse now» y un largo etcétera, pero también el cine independiente de Ken Loach, Mankiewicz o Kubrick. Admirador profundo de Robert Cappa y de su pareja Gerda Taro “capaces de reflejar un instante concreto”. En cuanto a música recomendaría el “Requiem” de Fauré y el “Quinteto para Piano” de Shostakovich. Como lugares para perderse cita el desierto del Sahara pero también los bosques que hay alrededor de donde vivo, en Cercedilla (Madrid), pero diría muchos más; por ejemplo los ibones de Huesca, algunos sitios de la provincia de Cuenca, y, por supuesto, como estamos en Granada, la Alhambra”. En cuanto a la lectura nos confiesa estar leyendo ahora un libro que lleva en la mochila titulado “Elling” de un autor noruego de nombre impronunciable, Ingvar Ambjørnsen.

Página personal del autor: RICARDO GÓMEZ

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