El lunes, 10 de junio, a partir de las 10:30 horas, se iniciará en el IES Padre Manjón de Granada la celebración del 40º aniversario del del Aula de Estudios Europeos con una conferencia sobre Europa cargo del catedrático Fernando Guirao Piñeyro, antiguo alumno del instituto y actualmente profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona). A continuación seguirán unas palabras de un representante del Club de la Constitución y la interpretación al piano del ‘Himno de la Alegría’ a cargo del alumno de segundo de Bachillerato, Ismael Trapero Martín. La clausura del acto la realizará el director del instituto, Rafael Artacho Cañadas. Asimismo, los asistentes al acto visitarán la exposición, montada en el vestíbulo y en el claustro del centro, alusiva al Aula de Estudios Europeos, organizada en el Instituto Padre Manjón, por la que el Consejo de Europa le otorgó la Medalla de Oro.
Gracias a la profesora Maribel Martínez hemos contactado con el profesor Fernando Guirao, quien fue alumno de este centro para conocer qué le supuso su paso por el centro, así como los temas que aboradarña en su conferencia. Respecto al primer tema nos ha contado lo siguiente:
«Mi paso por el Instituto Manjón fue fundamental para mí. Hoy no sería el mismo sin mis cuatro años de estudio en dicho centro.
Primero, en su momento, segunda década de los años setenta, era un instituto experimental por lo que resultaba muy diferente al resto de institutos públicos (por ejemplo el Padre Suárez): creo que llegué al año siguiente de la implantación del BUP (curso 1976-77), era un centro laico (un alivio después de toda la educación básica en los Salesianos), mixto (lo que tenía su atractivo) pero también se hacían cosas diferentes, como, por ejemplo, el Aula de Estudios Europeos. También era un centro abierto a experiencias novedosas. Por ejemplo, a finales de 1979, representantes de un programa de intercambio de estudiantes que se llamaba (y se sigue llamando) ‘American Field Service’ acudieron al instituto a buscar candidatos: seleccionaron a mi amigo Manolo Pareja y a mí. Y así fue cómo, con 17 años, recién acabada la selectividad, me fui a pasar el curso académico 1980-81 a New Jersey con una familia anfitriona maravillosa. Nunca volvería a ser el mismo: el mundo acababa de abrirse ante mí y no lo dejaría cerrarse nunca más.
Segundo, el profesorado era excelente, en idiomas, matemáticas, ciencias e historia. Un profesor, Don Domingo Ramos, me marcó para siempre. Don Domingo entendía el mundo y nos entendía a nosotros y yo ni entendía el mundo ni me entendía a mí mismo. Así que yo quería ser como él. Ser como Don Domingo y pasar un año en Estados Unidos explicando la España de 1980/81, incluido el hecho de que un señor que parecía un torero con bigote entrara a tiros en el Congreso, me hicieron el historiador que soy».
Respecto a la temámica de su conferencia ‘La Unión Europea, ¿por qué y para qué?’ También hemos aprovechado para interrogarle sobre el futuro de la Unión Europea. «Lo veo como siempre lo he visto. Mi visión no ha cambiado tras las pasadas elecciones, ni por el fenómeno del Brexit. Yo soy un historiador especializado en integración europea y mi comprensión del fenómeno es de larga duración, no sujeta a modas pasajeras: la Unión Europea representa un instrumento colectivo de transformación voluntaria que nos ayuda a vivir mejor y a ser menos vulnerables frente a terceros y, sobre todo, es la voluntad de construir un futuro compartido. El Brexit nos ayuda a entender que la Unión Europea es una construcción democrática en la que tan legítimo es entrar como salir y el ascenso del movimiento anti-Unión Europea nos ayuda a entender que sólo se mantendrá operativa si los ciudadanos lo quieren así. La cosa no tiene más ciencia».