A las cinco de la tarde,
de una tarde que era fuego,
el toro del holocausto
sembró de lirios el ruedo
entre gritos de amapolas
por los bancales trigueños
agostados bajo el sol
y refulgentes viñedos,
que asperjan luz y bondad
en el paisaje manchego.
Ignacio Sánchez Megías,
personaje de altos vuelos,
elegante trotamundos,
escritor, actor, torero,
amante de Argentinita,
otra artista de abolengo,
amigo de Federico
y un dios griego en el toreo
que en Manzanares murió
lidiando un morlaco negro
apodado “El Granaíno”,
astifino y traicionero.
El sol entornó los ojos,
la tarde se paró en seco,
en la plaza las gargantas
una a una enmudecieron
mientras los ayes rasgaban
el tupido azul del cielo
contemplando a Ignacio herido
en la arena del albero.
A las cinco de la tarde,
el cuerpo de Ignacio yerto
y la sangre derramada
entre llantos y lamentos
rebotando en los tendidos
con la sordidez del eco.
Era un ataúd la cama
con ruedas, surcando el suelo
al gritar la Argentinita
su desgarro y desconsuelo
porque quería abrazarlo
en el momento postrero
y quedarse para siempre
los sudores de su cuerpo.
Federico García Lorca,
“que no, que no quiero verlo”,
mientras la gélida dama
envolvía a Ignacio en velos
y los ángeles barrocos
preparaban el entierro.
Lorca armonizó el poema
del llanto y desasosiego
con el dolor en las manos
por no caberle en el pecho,
anegado de congojas
y abatido por el miedo.
En estos versos culmina
la esencia del sentimiento
donde la poesía pura
sosiega todos los vientos
y la sangre sublimada
se hace escarcha por el ruedo.
Este poema elegíaco
de Lorca al amigo muerto,
en la poesía española
es un referente egregio
junto al de Miguel Hernández
y el poeta manrriqueño,
eminente trilogía
del lirismo más excelso.
Próximo romance: YERMA
Ver romances anteriores de CONOCER A FEDERICO:
6. García Lorca y Manuel de Falla
14. La Barraca
15. Bodas de sangre
Comentarios
10 respuestas a «Conocer a Federico, 17: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías»
Estos versos de Juan José Gallego nos recuerdan lo pronto e inesperado que llega la muerte en un ser sano y querido. Frente a ella su amada no se lo quiere creer y Federico no quiere verla pero hace lo que mejor se le da: escribirle una poesía. El toro, impávido, deificado por griegos, egipcios y tantos otros más aguarda la próxima víctima.
Daniel, mi respuesta me ha aparecido más abajo, fuera de sitio. Un abrazo.
Hoy y gracias a este romance conocemos los granainos mejor a esos dos personajes lorquianos-Ignacio Sánchez Mejías y la Argentinita. Como tus otros romances bien medido y adornado. Gracias y enhorabuena.
Gracias siempre a ti por tus comentarios. Dos personajes realmente atractivos y muy populares en su época.
Ignacio Sánchez Megias, en ese día paso a ser inmortal.
Magnífico amigo Federico.
Así es. El personaje tuvo mucha transcendencia en su época,tanto en el mundo del toreo como en el cultural y artístico.
La Dama del Alba, como la llamaba Casona, es cruel e impredecible. Siempre está al acecho. Aquí es el toro quien se encarga de elevar a los dioses su trofeo. Gracias por tu comentario, siempre reflexivo y acertado.
Respuesta para Daniel Guijarro.
Personajes inmortales, pese a que la muerte les echara el cerco, gracias a sus méritos y al arte y a la poesía que los plasma… ¡Gran acierto!
Muchas gracias, María José . Tus apreciaciones siempre son oportunas y acertadas. Te las agradezco. Abrazos para todos