– Hablando de guitarra, sabemos que su doble faceta de poeta y cantautor son inseparables, pero si tuviese que quedarse con una, ¿Cuál sería?
– Es difícil separar ambas cosas, llegué a la poesía por medio de la canción. Con Esteban Valdivieso comenzamos a musicalizar poemas de los clásicos hace años, para después interpretar esas composiciones, de manera que son facetas casi inseparables. El cantautor es el que se enfrenta al público para exponer su obra, su trabajo; el poeta, en cambio, realiza una labor más intimista, más conectada con la inspiración y los sentimientos.
– ¿Qué siente cuando mira hacia atrás y se transporta a principios de los años 70?
– Intento ante todo evitar la añoranza y la melancolía de un tiempo pasado… Fueron años muy intensos y cargados de acontecimientos muy especiales, pero la vida nos va enseñando que lo importante es vivir el momento presente y observar de reojo el futuro inmediato. El tiempo es un regalo muy limitado y no sería positivo gastarlo regodeándose en lo que ya no va a volver.
– ¿Qué queda de aquél Nande Ferrer y de la mitad de Los Querubines?
– Bueno, tengo que admitir que tampoco podemos renunciar a lo que alguna vez fuimos, hemos de aceptar todo lo que nos ha precedido: nuestra infancia, nuestra juventud, todo forma parte de esa ficticia maleta que llevamos junto a nosotros. A eso me refiero en el poema ‘Instantes atrapados en el pasado’: Son los recuerdos que nos conforman/ el equipaje donde almacenamos/ lo que fuimos/ la caja fuerte de la que apenas recordamos/ la contraseña…
– ¿Cuál es el nexo de unión de los 41 poemas que integran tu ‘Memoria del Tiempo’?
– Creo que el nexo de unión es la introspección. Uno de los objetivos de este poemario ha sido poder dar varios saltos al vacío en sus tres libretos: de unos ‘versos en la madrugada’ cargados de ensoñaciones e imágenes poéticas, he intentado adentrarme en versos cercanos al melancólico pasado de unos años anclados en mi yo más profundo con una recuperada ‘memoria del tiempo’, y por último, en un inconsciente alarde de superación a la melancolía, he llegado al bálsamo de unas ‘veladas ironías’ que resumen ese tránsito del que hablábamos.
Rincones granadinos
– De lo mucho y bueno que afirma su insigne prologuista en su prólogo-relato, con qué se queda?
– Pues estoy convencido que me quedaría con el inmenso amor y dedicación que Fernando G. Lucini siente por la canción de autor. Es una persona ligada desde siempre a cualquier tipo de manifestación cultural en la que esté implicada la poesía y la música. Su legado de documentación y bibliografía junto a los fondos de grabaciones y audios coleccionados y recopilados por el incansable Juan de Loxa conforman, actualmente, la mayor base de datos del movimiento de cantautores en España. No tardaremos en ver hecha realidad la creación de un Centro de Documentación y Difusión de la Canción de Autor, en el que el cantautor granadino Juan Trova también tiene mucho que decir.
– ¿Cómo surgió el poema dedicado a los ‘Rincones granadinos’? ¿Tiene versión musical?
– Tenía en mente dedicar unos versos a varios sitios emblemáticos de Granada que alguna vez tuvieron para mí un especial significado: Plaza de la Trinidad, Paseo de los Tristes y la Romanilla, pero conforme iba escribiendo sobre ellos iban apareciendo otros lugares que ‘reivindicaban’ su espacio… Y no, no tienen –aún- versión musical, pero no descartemos nada…
– Para despedirnos, díganos un haiku cuya composición le haya proporcionado una especial satisfacción.
Soy tu reflejo.
Síntesis de un icono
que amor pretende.
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Título: Memoria del tiempo – Más información en su blog personal: – Leer prólogo-relato de Fernando González Lucini: RELATO PARALELO DE UN SORPRENDENTE ENCUENTRO
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