“Un reino a espada no es la típica historia de fantasía dulcificada. Tampoco está compuesta por personajes planos de los que sabemos qué esperar desde el principio” nos cuenta de entrada esta joven autora amante de los perros, especialmente de los chihuahuas y de la fantasía épica. Así mismo, indica que “existe en sus personajes una complejidad que los dota de realismo, permitiendo que sus acciones, unas veces más acertadas y otras menos, les lleven a evolucionar constantemente como cualquier persona real. Por eso, todos podemos sentirnos identificados con ellos”. ‘Un reino a espada’ transcurre en un mundo imaginario donde, a excepción de la protagonista que es la que tiene poderes sobrenaturales el resto de la acción “se desarrolla de manera normal en una época medieval”.

Los protagonistas de esta novela de 578 páginas son Yami, una niña de 12 años que aparece en unas circunstancias especiales pues nadie sabe de dónde ha salido. La acción se desarrolla en Astra donde existe una ley bastante curiosa pero que tiene su sentido pues quien quiera y se atreva a desafiar al monarca y le venza se proclamará rey del país “siempre y cuando sea aceptado por todos sus habitantes”. Tanto Yami como el resto de personajes están tratados “de una manera realista pues ni el bueno es el bueno bueno ni el malo el malo malo, tienen sus lados de sombras y grises”. La única con poderes extraordinarios es la protagonista que puede invocar una tormenta, provocar rayos, cualquier cosa que se le ocurra, por eso la gente la tacha de bruja. Aparte de ello tiene una peculiaridad física pues sus ojos son de color violeta, totalmente diferentes a a los de cualquier persona.

Natividad aclara que a pesar de que la protagonista tiene 12 años “no es un libro para niños de esa edad”. Esta historia la concebió para un público juvenil o adulto pues entiende debe tener cierta madurez para meterse en la obra disfrutar de ella, captar la complejidad, el trasfondo y los mensajes morales. “Que sea de esta edad es para tener la oportunidad de poder mostrar su evolución con el tiempo”, añade. Respecto al otro personaje, Owen, aclara que es una especie de superdotado de la época y que tiene una madurez propia de los niños de la Edad Media que pasaban muchas penurias y maduraban mucho antes que ahora lo que hace que la protagonista le repita varias veces «hablas como un viejo». Otros personajes principales como Dékar lo califica de “muy bueno” y «mercenario recién reclutado» y Luziah como “una mujer muy independiente” que aparece hacia la mitad del libro, tiene una fuerza terrible y un humor muy irónico, algo atípico en la época pues “sería, por decirlo de algún modo, como una feminista de la época”.

Ilustraciones

Como suele ser habitual en este tipo de narraciones la obra se inicia con el mapa del continente Antanos donde se encuentran los reinos de Astra y Capry, escenarios en los que se desarrolla la acción que recuerda el feudalismo medieval siendo la autora de las ilustraciones Belén Ortega. “Aunque yo tenía mis propios dibujos -añade- ella me ha ayudado a plasmar de una forma más fidedigna tanto la imagen de la portada y contraportada como las interiores. Me emocionó al ver plasmado en el papel lo que yo tenía en la cabeza y que tanto interés están despertando en los lectores”. Así mismo reconoce que ha incluido bastantes vivencias personales esta historia adornándolas, eso sí, con la fantasía propia de estas obras en la que ha puesto el corazón. “Este libro lo escribí para mi pues no tenía pensamientos de que se publicara y es una gran alegría poder compartirlo con más gente”, señala. Para su autora la esencia del libro está en “el afán de superación por un bien mayor; pues Yami deberá afrontar retos imposibles para una simple niña y luchar por defender Astra de una cruenta invasión, valiéndose no sólo de sus extraordinarios poderes, sino de una portentosa fuerza de voluntad para seguir adelante pase lo que pase, aun cuando las cosas parecen estar perdidas o carece de apoyo”.

Libro que acaba con un final abierto para dar pie a la continuación de las siguiente partes en las que seguirá profundizando en el destino de esta niña cuya historia comenzó a imaginar cuando tenía 18 años y su marido era por entonces su novio- “Como somos un poco frikis comenzamos a jugar un rol imaginando una historia y fue así como fue surgiendo toda la trama. Comencé a escribirla para no olvidarla. Cuando ya me puse en serio ha habido cosas que han sido modificadas y otras ampliadas”. Sus lectoras, lejos de quejarse por el número de páginas, coinciden en señalar que el libro les ha resultado muy entretenido, de fácil y rápida la lectura.

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