Gregorio Martín García: Origen y regreso de un emigrante benaluense. Parte: 3/3»

El castigo de Dios parecía seguirnos. De aquí nos fuimos con hambre como allí seguimos durante un tiempo hasta que mi abuelo encontró un trabajo para él y mi padre (su hermano). Argentina entonces respondió. Montó un negocio de transportes, con cuatro autobuses que recorrían Argentina, trabajaron y se emplearon a fondo, trabajaron duro y ganaban dinero.

Nuestra idea era montar un negocio propio y lo logramos en unos años y en otros pocos nos sentíamos afortunados. Creíamos ya que habíamos ganado y hasta pensamos volver acá y establecernos… No dio lugar, no nos dio tiempo y la desgracia volvió a cebarse con nosotros, la maldita crisis financiera y política tuvo la culpa.

Los pedidos, los pagos, los ingresos y gastos eran un caos. Todo se desmotivó y aquello cayó hasta los más bajo que económica y políticamente se pueda pensar.

Fue entonces cuando mi tío abuelo Juan Manuel se alegró que lo suyo con España no hubiera cuajado… Se alegro y ¡¡Mucho!!

A la par preguntaron Paco y María ¿Qué fue aquello de lo que tanto se alegró Juan Manuel y que tenía con España?

¿Aah, no sabéis lo de Juan Manuel con España? Siempre pensé que lo sabríais por ser vecinos del pueblo.

Juan Manuel cuando marchó con sus padres y sus cuatro hermanos a Argentina, aquí en el pueblo y desde hacía unos años tenía novia, muy bonita, muy apañada y de excelente familia. La vida les iba a costar a ambos la vida, estaban enamorados y estaban sufriendo lo que la vida les había preparado, parecía una maldita venganza por el amor puro que se profesaban. Intentaron que los días que quedaban hasta la marcha fueran felices. No lo conseguían, era verse cada tarde y comenzar a llorar, alguna vez hasta Juan Manuel, comprendieron que así lo pasaban peor.

Ante la imposibilidad de poder evitar la separación a un lugar tan remoto y sin saber por cuánto tiempo. Decidieron romper y dejar para el olvido su noviazgo y tratar de enterrar bien profundo su cariño.

Cuando se marcharon y se separaron estuvieron un tiempo sin comunicarse pero Juan Manuel que se movía en aquellos ambientes de los emigrantes un día oyó a unos que hablaban que se casaron por “Poderes”. Todo, de esto leyó, de todo se enteró e informó y concluyó para sí… ¿Y por qué nosotros no?

Y de inmediato se puso a escribir a aquella mujer que había quedado allí en el pueblo pero que siempre llevaba en su corazón. Le informó de los matrimonios por poderes y en ella se volvió a implantar la ilusión sus largos lloros cesaron y se impuso un tiempo de calma mientras se preparaban y discretamente se informaban de todo lo necesario para actuar por poderes en su bendición sacramental.

La benaluense novia, no hacía más que preguntarse cómo se lo comunicaría a sus padres ya que estaba segura de que nada sabían de los repetidos poderes.

Pasó un tiempo y con la aceptación de ambos decidieron intentarlo, proponérselo y lograrlo.

Sería esta tarde cuando la novia de Juan Manuel se lo expondría a su padre, esperó el mejor momento y cuando ello fue, toda temblando y con la incertidumbre de desconocer por donde saldrán sus padres comenzó a exponerle el plan. En principio escuchaban y no decían nada, parecía que por mal camino no iba la proposición.

De pronto su madre, la paró en seco y como ya fuera comprendiendo lo que su hija le quería decir, le dijo:

-A ver, repite otra vez eso… Su hija comenzó de nuevo, ahora más despacio y en un momento inesperado se oyó un tremendo:

-¡¡NOOO!! De eso nada.

– ¿No has oído esposo lo que quiere?

– No muy bien, pero algo oído tengo, pero basta y sobra con tu no, para que, no sea y no vuelvas niña a venir a nosotros con esas, que tu madre ha dicho ¡NO! y yo digo igual.

María Laura que ya había terminado de tomar el café, continuó. Los dos se dieron por vencidos, no podían con las adversidades y rotundos noes de los padres de ella, pues temían perder a su hija, era un viaje muy largo para hacer sola una joven mujer que nunca había viajado y que de Benalúa de las Villas apenas había salido. En aquella época, difícil empresa.

A pesar de todo siguieron comunicándose por carta, en un momento dado el tiempo iba agotando los comunicados, las cartas que cada vez se escribían más de tarde en tarde, los tiempos cambiaban por movimientos bélicos en Europa incluso sus esperadas cartas dejaron de cruzar el Atlántico. La guerra civil en España empeoró sistemas de comunicación y cesaron las cartas, parecía como si estuviera cesando el amor. ¡Pero no fue así!

Dejaron de escribirse, pero nunca cesó el Amor, siempre perduró éste y sus vidas sacrificaron por él, además del sufrimiento de sus almas maltrechas. Todo lo pusieron todo lo entregaron a su amor.

¡Los dos vivieron y murieron solteros!

Los dos ofertaron sus vidas y los dos amantes las sacrificaron por ello.

Todo por preservar aquello que entre ambos había nacido. Y que, no dejaba de crecer.

Enamorados estuvieron, solteros vivieron y amándose pasaron a mejor vida y quien sabe si allá arriba los han dejado casar.

María Laura, se quedó unos días en Benalúa de las Villas, conoció mejor el pueblo y visitó familiares y amigos de aquellos seis valientes que a Argentina marcharon. Trabajaron, triunfaron y la malicia humana con su agonía crea situaciones financieras que rompe y tritura todo lo bien trabajado.

Cayeron, se levantaron, se reactivaron y la genial María Laura a su tierra los trajo donde ya en su España se nacionalizaron. Un buen negocio de restauración y reparación de muebles, regentan en la Costa del Sol.

Nota del Autor

Esta entrañable historia ha sido redactada en base a un hecho totalmente real a mi contado por uno de sus personajes. Ocurrido en nuestro pueblo, Benalúa de las Villas. En aquellos años que aventureros emigrantes iban a “hacer las Américas”. Muchos hicieron fortuna, otros sacrificaron bienes, sacrificaron familia, vidas y hasta los más apasionados amores.

Todos los momentos básicos del guion se atienen a la realidad, si bien, se ha jugado con cierta fantasía en su desarrollo literario al solo efecto de lograr un mayor atractivo en su lectura e interés narrativo y algo de novelesco.

Algunos nombres son ficticios, no así el personaje que se ha mantenido dentro de su espacio en esta historia que narro. Se han disipado o disimulando algunos puntos o lugares del pueblo que pudieran dar lugar a ciertas identificaciones que el personaje no ha deseado.

Es una bonita historia vivida por benaluenses, muchos de los cuales pueden cruzarse con usted, cualquier día y en cualquier momento, en alguna calle de nuestro pueblo o de la Argentina.

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Gregorio Martín  García

Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y

Autor del libro ‘El amanecer con humo’

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Comentarios

2 respuestas a «Gregorio Martín García: Origen y regreso de un emigrante benaluense. Parte: 3/3»»

  1. Francisco Avila

    Bonita y realistas historia, vívida por un benaluense pero que bien pudo ser de cualquier otro pueblo de la maltrecha Andalucía de aquellos tiempos, emigrantes unos buscando hacer las américas y otros para salir de las miserias y del hambre ,hubo quien hizo fortuna pero quien también pasados los años tuvo que volver peor que sé marchó, sin olvidar los amores rotos y nunca olvidados bonito broche final a tu historia.

    1. Gregorio Martín García

      Un broche final que he debido guardar en secreto por no contar con el permiso familiar. Pero bueno, creo que eso le da mas misterio hace mas interesante el relato del emigrante de nuestro pueblo. Prueba de ello es, el montón de lectores que hoy me han preguntado para que les revele el misterio. Pero no puedo y así quedará para siempre. Un saludo.

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