Gregorio Martín García: «Por cuando se encerraba la paja, 3/3 »

Los que trabajaban en la paja en esos días era peculiar su manera de bajar al río Moro, a la presa de la Hondonada, corriendo y tomada al asalto para quitarse de encima aquel hormigueo que te picaba y molestaba por todo el cuerpo tras acabar la faena diaria.

¡¡¡Un grito de estilo selvático y “tarzanero” se dejó oír en medio pueblo !!!uuaaag!!! No, no era la pequeña Chita la del graznido exagerado, pero por nadie temido.

Era la identidad diaria oída en Benalúa de las Villas… de nuestro gran ´»Pepico», a su manera ́ «saluda » a todo el pueblo y parte de sus campos hasta donde llegaba el «suspiro». Sentado en un poyo de un tranco que en la puerta de la iglesia había. Eso sí. Éste orientado estaba para no sufrir los calores del momento, gozaba de lugar fresco y hasta con vistas. Allí permaneció Pepico durante interminables horas, saludando al paseante y pidiendo un cigarro. Este era el máximo movimiento social y físico que hacía nuestro “Pepe el Compadre”.

Bien es cierto que, alguna vez ayudaba en la faena de la paja, sobre todo en aquellas viviendas que habían de guardarla, pasándola por la mitad de la casa, este nuestro amigo El Compadre era contratado para con un gran manto aceitunero hecho una bolsa acarrear grandes cargas desde la puerta hasta el pajar.

En el pago estaba el truco o el mal intencionado trato. Algún desaprensivo valiéndose de su «superior sapiencia ́ «, sin, ni darse cuenta de que, eso era abuso, o… ¿Quizá sí? Le pagaba al que había contratado con un duro pedazo de pan junto con un trozo de añejo tocino y media botella de vino blanco no de especial crianza.

Falta de conciencia y falta del más mínimo pudor, aunque esto se daba en las menos veces ya que «Pepico» era querido por todos los vecinos y hasta por los pobladores de los cercanos pueblos.

Las pajas terminaban como todo y, la vida en Benalúa continuaba. Ahora cambian los ciclos, hasta ahora han sido veraniegos en torno a la recolección de cosechas. Sin dar tregua se comenzaba a preparar el acondicionamiento para la venidera.

Todas las yuntas a las besanas a levantar los rastrojos para la oxigenación de sus tierras, que el sol calentara para la buena germinación de las siembras venideras.

Los gañanes solían ser los más jóvenes y se encargaban del resto las personas mayores:

Recogida de la fruta otoñal, cuidado y recolección de las hortalizas. Convirtiendo a esta época en terminación y comienzo de nuevos ciclos agrícolas.

Así funciona el campo, así discurre el agro, con paso firme y adelante, con trabajo fuerte y ahínco y con la nobleza que caracteriza al labriego y al campesino, al labrador y agricultor, al peón, al gañán, al aceitunero y, en general, todo aquel que se entrega a esa vida natural con la que con recio trabajo se consigue el pan para alimentar y la satisfacción personal de lo bien hecho. Consecuencia directa de sosiego, calma, bonanza y reposo que se gana y disfruta el que trabaja la tierra y vive en su pueblo.

[FINAL]

 

 

 

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Gregorio Martín  García

Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y

autor del libro ‘El amanecer con humo’

 

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Comentarios

2 respuestas a «Gregorio Martín García: «Por cuando se encerraba la paja, 3/3 »»

  1. Francisco Avila

    Como carpetazo final a tú buena visión sobre él encierro de la paja no podias dejar atrás tú recuerdo al tan entrañable personaje Pepico como se abusaba de él por un cigarro un mendrugo de pan y cuartillo de vino blanco ¿cuanta paja encerraba? si existe él cielo el estará en un lugar preferente.

    1. Gregorio Martín García

      Sí Paco, fue un personaje dentro de su mundo que compaginaba muy bien con ese otro del pueblo. Su peculiar forma de ser, contrastaba con la de los demás paisanos pero era la suya y la lógica de su estado mental y físico y, eso en el pueblo supieron llevarlo muy bien, por eso viviendo él en un diferente mundo, cualquiera sabe si mejor que el que vivimos en el que pensamos es el ideal y correcto, fue querido y respetado en la sociedad benaluense. Ese, creo, era nuestro «Pepico El Compaye»

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