’Recuerda, ‘memento mori’, que el 2 de noviembre es el ‘Día de los Difuntos’. Y se realizan en todo el mundo conmemoraciones relacionadas con la muerte y el más allá: la vida después del tránsito. En nuestro país se visitan los cementerios, se ora por las almas y se limpian las sepulturas. Se comen huesos de santos, buñuelos de viento y se representa el Tenorio. Se encienden lámparas, se medita sobre el paso del tiempo y, personalmente, huyo de visiones de disfraces y golosinas.
El refranero tiene muchos proverbios latinos, que son expresiones que emiten una sentencia, que nos hablan del correr de las épocas: ‘Tempora mutantur’, los tiempos cambian, y todos debemos cambiar con ellos, anima a adaptarse a los cambios sociales y no lamentarse en exceso al comparar dos situaciones temporales. ‘Tempus fugit’, el tiempo huye, irreparablemente. ‘Memento mori’, recuerda la muerte. ‘Carpe diem’, aprovecha el día. ‘Tempus regit actus’, el tiempo rige el acto; en el Derecho comporta generalmente la necesidad de que el reo sea juzgado en atención a la ley que en el momento de cometer el delito esté vigente. Este pensamiento está de máxima actualidad política y social.
Pero hay otros momentos en el año en el que el tiempo también es protagonista, como en las ‘Témporas’, que son unos días al final y al inicio de las cuatro estaciones del año, con objeto de dedicar un tiempo a dar gracias por los beneficios recibidos de la tierra y a pedir buenas siembras que produzcan cosechas abundantes. El desarrollo histórico de las témporas ha influido también en motivos culturales, como la necesidad de medir el calendario y predecir el tiempo meteorológico: lo que ha llevado a tradiciones, irrisorias, como el ‘Día de la Marmota’ y a almanaques, serios, como el ‘Calendario Zaragozano’. Forma de predicción distinta a las ‘Cabañuelas’, que para el próximo invierno presagian ‘temperaturas bajas y nevadas’ en todo el territorio nacional. Parece que están haciendo, más bien, un pronóstico de la posible situación política, aquí y en todo el mundo: ‘viento en la competitividad económica, frío en la dignidad laboral, heladas en el estado del bienestar, nieblas en la vivienda, granizos en la paz y lluvias en la igualdad’. Por lo tanto, ‘memento mori’, recuerda la muerte: Y mientras vivamos la vida, hagamos el bien en todo tiempo y momento. ¿No les parece?
Un cordial saludo a los lectores y lectoras de IDEAL en Clase.
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