Siempre me ha llamado la atención y he admirado la sabiduría popular del refranero español. ¡Cuánta verdad se encierra en sus palabras!
Cuando entramos en un periodo de la historia donde las palabras pierden su sentido, su valor ético y se convierten en la encarnación de la incertidumbre de la boca de los máximos dirigentes del mundo, solo se me ocurre gritar: ¡Que Dios nos coja confesados!
Debo confesar que antes era más feliz sin tantos medios de comunicación y redes sociales que manipulan nuestras vidas, que nos condicionan sentirnos libres de vivir y de pensar. Quizás, vamos hacia atrás. Dicen doctores en neurología que las pantallas nos idiotizan y que el remedio es leer más libro en papel.
Siento el vértigo del desasosiego desde la primera hora de la mañana, cuando los noticieros te asaltan con información de los conflictos presentes sin posibilidad de diálogo. Compruebo que el orden internacional y las fronteras se condicionan sin criterio, en las mesas de unos cuantos dirigentes que manejan el mundo, en sus manos están las vidas de millones de personas y de su futuro.
Enquistados en su soberbia, empoderamiento, juegan fuera o al límite de la ley internacional o nacional. La realidad es otra, la gran mayoría somos gentes que vivimos en el planeta y deseamos llegar a viejo, con la bandera de dejarlo mejor que lo encontramos, buscando el equilibrio entre la humanidad y la naturaleza, eliminando la injustica entre los pueblos y las personas y mejorando la calidad de la vida humana.
No proclamo nada, pero me molesta el ruido de volver a la guerra nuclear para dejar un mundo en cenizas, me altera que quieran fraccionarnos en fragmentos a un país que se llama España o deshacer la Unión Europea, me apena que la tierra de un pueblo de sufridores y acorralados en un pedazo de tierra se cristalice en un casino de juegos, en hoteles de lujo, todo ocio, dinero y diversión sobre las tumbas de los infelices.
¡Que Dios nos coja confesados! Con los dirigentes que creen que el mundo les pertenece. ¿Qué planeta le vamos a dejar en herencia a nuestros hijos y nietos?


Al viajar siempre descubrimos otros mundos, otras formas de vivir, ni mejor ni peor que la nuestra, es la suya, su idiosincrasia como pueblo. Recorría Senegal donde la vida discurría en voz baja y con una lentitud serena, allí no me cansaba del paisaje, la soledad de los campos vírgenes y verdes por la estación de las lluvias con sus dispersos árboles Baobabs, detrás de esta cortina de color estaban las aldeas, la otra cara real de un mundo desconocido y sombrío por la pobreza y el hambre.
Un día visité la aldea que estaba en la pequeña isla de las Conchas, la carencia y el ingenio se fundieron para que las conchas de las almejas, un material abundante y gratis se convertía en el abobe de las paredes de las casas y en el asfalto de las calles. Todo un pueblo en armonía y feliz, con una convivencia en hermandad entre católicos y protestantes. El secreto del buen entendimiento estaba en el centro del pueblo, debajo de un chambao de uralita donde se reunían el consejo de ancianos para gobernar el pueblo.
En el mundo actual solo quedan resquicios aislados de los consejos de ancianos donde investidos de sabiduría, prestigio, poder y liderazgo, gestionaban la vida de su pueblo.
Eriza la piel ver tanto poder concentrado en unos pocos dirigentes capaces de deshacer la estabilidad del mundo por intereses económicos, destruir sin contemplaciones el legado de sus predecesores por la ambición de conquistar otros países, sembrar vientos de guerra económica, abrir caminos de destierro y pobreza.

Los estudiantes universitarios senior, hemos enriquecido nuestra sensibilidad basado en la formación al descubrir en la Universidad nuestro legado del pasado y buscar como pueblo de la civilización que nació de los griegos y romanos el más justo proyecto de futuro. Las asociaciones de estudiantes seniors como ALUMA, dejan en su medida un poco de humanidad con los más necesitados con sus Conciertos Solidarios en ayuda de la infancia.
Me adapto a las circunstancias como las nubes al viento, no queda más remedio si quieres mantener bien tu salud mental y física. Ahora disfruto de las pequeñas cosas como la satisfacción de ver la aceptación que mis queridos amigos lectores le están dando a mi libro de relatos “Historias que nunca me atreví a contar”.
Con el permiso del amigo y redactor del “Ideal en clase” Antonio Arenas, incluyo la invitación a mi presentación del libro de relatos en Granada.

Día, martes 18 de marzo, 19:15h en el aula 2, del edificio Espacio V Centenario, Avda. Madrid 11, acto presentado por el poeta Luis de la Rosa y el Presidente de ALUMA José Rodríguez y la primera actuación en público de la Tuna de la asociación ALUMA.
¡Quedáis invitados, os espero!
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