- Los profesores: maestros en mediación
El papel del educador en nuestra Pedagogía es el de mediador: mediador entre saberes, personas y recursos, preparando concienzudamente las actividades a llevar a cabo. Esta labor implica un acuerdo con diversos actores, como industriales, artesanos, agentes medioambientales, científicos, agricultores o sanitarios, entre otros.
El papel del profesor es de un guía acompañante que camina al lado de los muchachos mostrando una actitud observadora y paciente. Un trabajo, el suyo, eminentemente artesanal que comporta el conocimiento de la “materia prima” con la que trabaja: la naturaleza y entorno familiar de sus alumnos. Esta comprensión le permitirá explorar las posibilidades de desarrollo y plasticidad de cada individuo, ayudando a desplegar todo su potencial, tanto de manera individual como en colaboración con otros.
Los muchos años que hemos ejercido este papel, en el mismo sitio y con la misma gente (Serranía de Ronda), nos llevan a la conclusión de que resulta errática y perniciosa una itinerancia anodina del profesorado, así como un status funcionarial. Estas prácticas tienden a ignorar lo peculiar de cada sitio, de cada comunidad, aplicando una misma enseñanza, insípida y desvinculada del contexto.
Será precisamente el conocimiento de los distintos recursos que ofrece el entorno –ya sea en el campo, el pueblo o la ciudad– lo que nos servirá de guía para, a medida que avanza la edad de nuestros alumnos, ir satisfaciendo su necesidad permanente de saber de la que hablábamos. La complejidad de los aprendizajes irá en aumento a medida que la realidad nos muestre aspectos inexplorados e interesantes.

La comunicación en la Pedagogía Andariega
En la Pedagogía Andariega prestamos especial atención al arte de la comunicación. Una parte fundamental de nuestra labor consiste en favorecer la trasmisión, comprensión y asimilación de vivencias y aprendizajes. La transmisión sensorial –auditiva, visual, táctil gustativa–, junto con la verbal, no verbal y, en edades superiores, la cibernética, juega un papel esencial.
El profesor andariego debe actuar como intérprete entre los niños y los profesionales. Su trabajo consiste en identificar con claridad los saberes y destrezas que se van transmitir. Para ello se habrá preparado personalmente, conociendo a personas, oficios y procesos vinculados a los recursos didácticos que quiere transmitir a sus alumnos.

Potenciar la comprensión y la empatía
El mismo principio se aplica a las explicaciones y manejos relativos a procesos, técnicas, maquinaria y recursos tecnológicos que entren a formar parte del motivo de aprendizaje. El educador fomentará una escucha activa, tanto hacia los que exponen su experiencia como de éstos a los propios alumnos. Este proceso le permitirá identificar intereses y capacidades, favoreciendo la comprensión mutua y la empatía.
En todo momento debe existir una flexibilidad, junto con la previsión de necesidades de espacio, material, seguridad y colaboración con las entidades participantes. Resulta esencial que todos los involucrados en el acto educativo establezcamos unas relaciones coordinadas, solidarias y empáticas, favoreciendo la satisfacción individual y colectiva en el proceso de mostrar, mediar, enseñar y aprender.
La educación es una responsabilidad colectiva. Una sociedad comprometida –formada por padres, empresas, colectivos, individuos particulares y gestores del bien común –, debe asumir en primera persona su papel educador. Sólo a través de un esfuerzo conjunto podremos construir una pedagogía viva, transformadora y verdaderamente inclusiva.
ÍNDICE
III . Quiénes somos
IV. De qué materiales disponemos
V. El Sistema educativo actual
VI. La calle: nuevo espacio de aprendizaje
VIII Los profesores: maestros en mediación
IX Como muestra, un botón
X La Pedagogía Andariega en Décimas espinelas
XI La Pedagogía Andariega en Décimas espinelas (continuación)
XII La Pedagogía Andariega en Décimas Espinelas (Final)





