La Calahorra
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Juan José Gallego Tribaldos: «Granjas contaminantes»
Marquesado del Zenete, un paraje singular donde el aire siempre puro es señal de identidad y, por tanto, hay que cuidarlo con un cariño especial.
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Juan José Gallego Tribaldos: «La Axarquía»
En el oriente de Málaga cuajada de buganvillas, ceñida por la diadema de las sierras granadinas, seducida por la cal de sus pueblos y alquerías, desde los montes al mar se solaza la Axarquía.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Guadix»
Cuando se avista Guadix, lo que más alto destaca es la hermosa catedral en cuya torre descansan las nubes que van y vienen del valle a Sierra Nevada mientras los chopos del río reverdecen con prestancia para en otoño incendiarse esplendiendo llamaradas.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Málaga»
El azul se desdibuja como la nieve en el agua cuando las tardes sedientas liban el fulgor de Málaga.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Campos de Níjar (‘Bodas de Sangre’ por el Cortijo del Fraile)»
La palmera, adormecida, los olivos, cabizbajos, las piedras, adoloridas, los tilos, desconsolados, los montes, encallecidos y un venteo atolondrado diseñando remolinos por el desértico campo.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Romancero de los caminos de España: Tierras de la Alpujarra»
Entre montes imperiosos que encumbran Sierra Nevada, abalconada hacia el mar cual ciclópea atalaya de fragosa orografía, se abonanza la Alpujarra donde parece que el tiempo se detiene y se embarranca.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Romancero de los caminos de España: Grazalema»
Las embestidas azules rasgan las nubes plomizas y los alfanjes de luz desangran y cauterizan este paisaje trenzado de choperas ateridas, de soledades espesas y ternuras infinitas.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Romancero de los caminos de España: Ronda»
Por la cicatriz del tajo cada tarde se desdoblan las nubes en sus silencios; pétalos blancos y rosas desdramatizan las sierras, atrás verdean las sombras, la violencia de la luz todo lo acalla y lo asorda.
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Juan José Gallego Tribaldos: «Romancero de los caminos de España: La Calahorra»
Llanos de La Calahorra: por su mudez bisbisean los balidos embozados de los rebaños de ovejas y unos silencios redondos gritando bajo las piedras.
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