El Objetivo número 13 de Desarrollo Sostenible de la EU se refiere al Cambio Climático. Algo de lo que venían avisando los científicos hace tiempo este verano se ha hecho evidente, una ola de altísimas temperaturas en el oeste de Canadá ha dejado más de 500 personas fallecidas; en Alemania y en Bélgica las lluvias torrenciales también se han llevado por delante la vida de cientos de personas. Ante estas situaciones ocurridas en el primer mundo muchas personas que, aún sin ser negacionistas, consideraban que se exageraba y que la situación no era tan extrema, entienden que o hacemos algo por el planeta ya o los efectos de la pandemia sobre los humanos serán despreciables comparado con lo que nos espera si seguimos destruyendo nuestro entorno.
Ante la desidia y la apatía de los organismos competentes, colectivos de ciudadanos de a pie se están organizando por todo el mundo para poner, dentro de sus posibilidades, su granito de arena e intentar, si no revertir, sí desacelerar la degradación de nuestro planeta. Entre esos grupos se encuentra la asociación a la que pertenecemos ACCCGranada (Árboles Contra el Cambio Climático en Granada). Viviendo en una ciudad maravillosa pero con una calidad del aire pésima, nuestro objetivo es mejorar nuestra ciudad reforestando con árboles autóctonos en espacios de nuestro entorno que están áridos; a ello dedicamos parte de nuestro tiempo y nuestro esfuerzo.
Una de las zonas que repoblamos ha sido en el Parque Periurbano de La Dehesa del Generalife, justo donde el pasado 31 de julio se produjo un incendio. Queremos contar nuestra historia con este paraje y por qué nos duele tantísimo su destrucción. Llevamos tres años plantando, primero, encinas, lentiscos y gayombas, y luego, en los años siguientes, además de las anteriores, plantamos coscojas, madroños, enebros, rosales silvestres y algunos almeces y mirtos. En total alrededor de mil quinientos arbustos. Con el tiempo y con los cuidados adecuados durante los primeros años el área reforestada se hubiera convertido en un pequeño bosquecillo que hubiera ayudado a incrementar la biodiversidad de la zona.
Siempre hemos solicitado los permisos necesarios para plantar y para regar a las administraciones pertinentes, esto es a Medio Ambiente y al Patronato de la Alhambra y Generalife. Para plantar no nos han puesto objeciones, para regar, sí. Aunque finalmente nos han concedido los permisos, no nos han facilitado la labor. El primer año, subíamos a regar con una cuba de 1000 litros cada 15 días durante los meses de julio, agosto y septiembre. Sobrevivieron aproximadamente el 60% de las plantas. El segundo año, el Patronato de la Alhambra, fue sensible a nuestra petición y además nos permitieron instalar unas cubas durante todo el periodo de riego, un camión cisterna nos llenaba las cubas. Sobrevivieron aproximadamente le 70% de las plantas. Este año no nos lo pusieron nada fácil. Tanto Medio Ambiente como el Patronato nos dijeron, que “el monte no se riega”, lo cual es un insulto a nuestra inteligencia. Puede que hace años no fuese necesario, pero ahora las condiciones climatológicas han cambiado, los veranos son más secos, mas calurosos y más largos que antes y está estudiado que si no regamos durante los dos o tres primeros años, los plantones sembrados no prosperan. Este año también nos concedieron el permiso para regar, pero no para las cubas; el argumento esgrimido era absurdo, básicamente nos dijeron que ‘afeaba’ el paisaje. Se ve que los restos “biodesagradables” con los que se tropieza cualquiera que camine por las veredas no estropea el paisaje; queremos resaltar que el parque periurbano, que es una zona de expansión muy utilizada por los granadinos y visitantes, paradójicamente no dispone de aseos públicos.
El día 31 de julio empezamos los preparativos para regar a las siete de la mañana, un camión cisterna nos llevó doce mil litros de agua, regamos todas las plantas, terminamos de recoger todo y nos marchamos alrededor de la una del medio día, cansadísimos pero muy contentos. Nuestra alegría duró poco, sobre las una y cuarto, no sabemos exactamente el momento, una mente enferma prendió fuego y la desolación se extendió. Queremos pensar que fue una mente enferma porque daría mucho miedo asumir que fue por maldad.
Mª DEL CARMEN BENÍTEZ, CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, Mª DE LOS ÁNGELES ALONSO y GLORIA COBO. Asociación Árboles contra el Cambio Climático en Granada (ACCCGranada)
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