Teatro para niños
Un día de los Reyes Magos
y echándole mucha gracia
preparó para los niños
una fiesta muy sonada:
con marionetas y títeres,
con música y con palabras,
se representó a los Magos
y a “Niña regando albahaca”.
Las marionetas, de Lanz,
al piano, Manuel de Falla
y las voces las pusieron
Isabel García y Laura.
Isabelita García
era su pequeña hermana
y Laurita de los Ríos,
años después, su cuñada.
Fueron tiempos luminosos
transcurridos en Granada,
cuando los sueños corrían
como corre el agua clara
por el Darro y el Genil
entre valles y montañas,
al bajar alborozados
desde las cumbres nevadas
para inseminar la Vega
de choperas verdiclaras
que en el otoño se encienden
en fúlgidas llamaradas.
Farsas para guiñol
Las farsas para guiñol
no son un juego infantil,
sino teatro en el teatro,
personajes de perfil,
con juegos en el retablo
y ficción en el vivir.
Muñecos, los personajes
siempre en pleno frenesí
rememorando un teatro
difícil de concebir,
unas veces, por las rosas
y otras, porque el bisturí
se adentra en la carne viva
con una insania febril.
En el retablo, las sombras
crean un ambiente sutil,
danzando los “cristobicas”
del uno al otro confín
con las cabezas gigantes
y su cuerpo saltarín.
En muñecos de guiñol
“Amor de don Perlimplín
(que es un viejo verde y loco),
con Belisa en el jardín”
a quien persigue con celo
y con lujuria senil.
En “El retablillo” grita
don Cristóbal, un pillín,
tras las faldas de Rosita
con delirio juvenil
inventándose promesas
en mil modos de mentir.
La ambición y la locura
son el afán y el vivir
y el espectador no sabe
si llorar o si reír
mientras gritan los muñecos
con sus muecas de carmín.
Próximo romance: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
Ver romances anteriores de CONOCER A FEDERICO:
6. García Lorca y Manuel de Falla
14. La Barraca
15. Bodas de sangre
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