Fulgencio Martínez, autor del poemario 'Carta partida'

Fulgencio Martínez: «Leer buena poesía te apresta el oído, te enamora de la música verbal»

Hacía décadas que no sabíamos nada de Fulgencio Martínez. Y un encuentro casual me permitió recordar el espíritu inquieto de hace décadas tuve la suerte de conocer. Encontrar a alguien después de mucho tiempo y tener la sensación de que poco o nada ha cambiado, es afirmar la coherencia de una persona manteniéndose firme en su destino. Y el destino de Fulgencio Martínez es eminentemente la poesía y lo poético. Y luego vino a mis manos su último libro, Carta partida. Exposición temporal 2 (2022). Ya el título en sí es original. Y más cuando seguimos leyendo la “Nota crítica del autor” donde desvela y desentraña sus temas e influencias principales y, sobre todo por ser más original, las voces que convierten su Carta partida en una trama polifónica. Si como reconoce el poeta el tiempo y el amor son los temas esenciales, hay otros que lo son vivenciales: el recuerdo de su tierra natal, la conciencia de ser hombre de su tiempo, la metaficción… En Fulgencio Martínez la poesía es emocional y también lingüística; lingüísticamente emocional, y, viceversa, emocionalmente lingüística.

Desde hace décadas es director de la revista Ágora-papeles de arte gramático. Su temperamento inquieto le ha llevado también por los terrenos del relato y el ensayo. En este último ha publicado un estudio sobre Antonio Machado. Y con los años tampoco ha abandonado ese impulso aventurero de seguir indagando en las posibilidades de la palabra. Un ejemplo es su proyecto Carta partida, unidad dentro de una serie que no respeta la continuidad de las entregas.

– ¿Cuál es tu proceso de escritura? ¿Es algo espontáneo o, por el contrario, tienes necesidad de leer mucho para que surja la chispa poética?

Casi siempre escribo por un impulso inmediato, otras veces por una obsesión que me punza. Pero es raro que el proceso de escritura se complete en el tiempo uno en que se escribe el poema. Mis mejores poemas los he reescrito en un tiempo segundo, cuando me han vuelto al azar por algún imprevisible camino. Casi nunca doy por finalizado el proceso, al menos hasta no publicar el poema en libro, y aun entonces, algunos poemas me han parecido mejorables, he vuelto a reescribirlos o, para más tormento creativo, he preferido a la publicada otras versiones de ellos. Por otra parte, es cierto que leer buena poesía te apresta el oído, te enamora de la música verbal y en algunas ocasiones me ha llevado a escribir por emulación.

– Aunque en la nota crítica destacas dos temas, el tiempo y el amor, en cambio Carta partida abarca mucho más: la metapoesía, el desdoblamiento autorial, la memoria, la naturaleza… ¿Cuál es el punto de inicio de este libro?

El libro lo escribí casi todo él en el año 2022. Tras trasladarme de Huesca a la Murcia y su entorno de huerta donde he vivido muchos años, los de infancia y adolescencia y los últimos años de mi vida laboral.

El libro adopta el cauce comunicativo de un diario de apuntes poéticos y poemas, que se inicia con una evocación; y continúa, en su segunda y en su tercera parte, con un itinerario (de huellas interiores, impresiones, preocupaciones incluso de un momento concreto), que sigue cierto orden cronológico (las fases del año, desde la primavera al verano, y del otoño al invierno). En esencia, y parecerá locura, mi intento inicial era, al escribir, conservar ese tiempo a sabiendas de que todo se pierde.

– También parece original que se trate de una serie y que, además, esta no se vaya publicando de manera secuencial de acorde a su fecha de escritura. ¿Qué criterio has seguido?

Esa secuencia poemática del libro es también producto, como es obvio, de una selección y una vuelta, revisión e identificación con lo escrito. Vivir en el poema requiere una cierta distancia crítica, para que un libro no sea una mera colección clínica de textos. Pensé, al volver a Huesca en septiembre de 2024, que debía sentarme, ordenar, recoger y seleccionar, pero no un conjunto muy amplio de poemas; ahora, de momento, pienso que los libros de poemas han de ser muy poco voluminosos, para que el lector los pueda leer de una sentada, recogiendo también el aire que los inspira y viviendo un poco como el tiempo que los ha modelado. Quizá, otros libros míos reunieron demasiados poemas en un intento de presentar una plural unidad extensa; la intensidad es ahora mi criterio. También por razones editoriales (pues su publicación me ha costado un dinero) he preferido un libro corto. Por otra parte, mi obra inédita en libro se presenta bajo el título “Exposición temporal” y las primeras colecciones de poemas inéditos se recogerán en el volumen I, Tiempo revivido. Carta partida es, por tanto, el volumen II de la serie “Exposición temporal” y he adelantado ese libro porque presenta una síntesis de poética y biografía que me convenía a modo de anuncio de la serie.

– En el libro son varios los tonos y formas poemáticas que empleas; el verso de arte menor y mayor, la prosa a modo de epístola y ensayo. ¿A qué se debe? ¿Crees que la intención condiciona la forma?

Creo que es muy cierta esa afirmación. La intención condiciona lo formal, y mi intención para este libro era expresarme en una especie de “poesía desnuda”, una secuela, si quieres, de mis lecturas de maestros como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Pedro Salinas (a los que cito en algunas partes del libro).

– El poema “A un poeta” me parece muy didáctico. En él se pueden sentir identificados cuantos individuos se aplican, de una forma más o menos concienzuda, al género lírico. ¿Crees que la juventud actual tiene el mismo concepto de poesía –en cuanto a lo que esta tiene de trabajo– que los poetas de tu generación?

No lo sé, la verdad. El texto que citas dice que no cierres tu palabra a precio del presente. Quien tenga oídos…

Cubierta de Carta partida, en la editorial Ars Poética

– Aunque hay lecturas asimiladas explícitas (Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Horacio, Hafez, Leopoldo María Panero…), ¿qué recuerdos tienes de Leopoldo María Panero? ¿Cuáles son tus referentes literarios?

Coincidí con Leopoldo María Panero en Madrid, en mis años de estudiante. Me lo presentó una amiga, poeta y pintora, Matilde Bregolat; los dos se habían conocido en París. Me pasó con Leopoldo, como años más tarde con Claudio Rodríguez: me sabía de memoria sus libros, sobre todo el publicado en Endimión por esa época, Last river togheter, y le admiraba como tipificación del poeta maldito. Pronto me di cuenta de que esos tipos son narcisistas irredentos y fui a lo mío.

Sobre mis referencias literarias actuales o de autores del pasado que admiro, te diré que cada buen poeta es un ejemplo para mí. Recuerdo que el poema que citaste anteriormente dice que hay que aprender de las perfecciones de otros mejores que tú. Los citados anteriormente, más Hölderlin, Luis Cernuda, Roberto Juarroz, Dionisia García, Luis Alberto de Cuenca, José Luis Martínez Valero. Acabo de leer esta tarde un libro que me ha gustado y removido: Mis fantasmas, de Juan Pablo Zapater. Y hay muchos buenos poetas a los que he leído poco o a los que espero leer en el futuro.

– Tú que también te ejercitas en el relato, ¿qué sensaciones tienes para expresarte en verso o en prosa?

La prosa literaria (no la redacción en prosa, para un artículo, por ejemplo) requiere un especial oído melodioso. Escribí relatos en un año clave, 1999. Y luego solo he vuelto a escribir algunas páginas de evocación (de mi infancia, de mis padres). El ritmo es casi más difícil en prosa que en verso, pues requiere en la prosa una gracia y un sostenido que no siempre se alcanzan si uno no tiene don de ello. Últimamente, me asombro de la cantidad de gente que redacta novelas extensas y tediosas, leer la novelita breve, póstuma, de Gabriel García Márquez (“En agosto nos vemos”) es un asomarse al paraíso viniendo de tanto bodrio que abarrota las librerías.

– Naciste en Murcia pero actualmente resides en Huesca. En Carta partida son varias las alusiones a tu familia, a retrospectivas de tu juventud. ¿Qué importancia tiene en tu vida como en tu poesía la infancia?

Soy un hombre, actualmente, de 60 años. La infancia, no solo la mía propia, también la de mi hija, que ahora ya es treintañera, son memorias constantes y llenas de vitalidad, de luz. Mi infancia en Murcia, en el pueblecito pedanía murciana de Puebla de Soto, junto al río Segura y entre acequias y huertas; y la infancia de mi hija Beatriz, en Huesca. Volver siempre a las mismas ciudades en un paso y contrapaso siempre es mi sino, pero también es mi suerte, ese modo de recorrer, aun con el corazón, las sendas perdidas de las infancias…

La sección “Carta partida” contiene poemas dedicados a la guerra de Ucrania. Te devuelvo una pregunta que aparece en el libro: ¿para qué sirve la poesía?

Me impresionó mucho la barbarie del invasor Putin, le dedico un poema al martirio de Mariúpol, la ciudad ucraniana sitiada y finalmente pasada a fuego por los mercenarios de ese personaje. La gran cultura de Rusia, incluso en algún momento de la URSS, no se merece un capullo tan frío y despreciador de las personas como es el Presidente que ordenó y mantiene esa cruel e injusta guerra.

Sí, debemos hacernos esas preguntas, y cada poeta y cada lector encontrará su o sus respuestas. Yo pienso que lo escrito, el poema como denuncia, es una posibilidad muy válida de la poesía, siempre que se haga con calidad (no vale por sus “razones” o mensajes, no debe ser igual que un panfleto). El poeta también es un poco cronista de su tiempo, porque quizá todos los tiempos pasados, presentes y futuros necesitan a un poeta cabreado y dolido que escriba a la contra.

– A pesar de tratar temas como el desengaño, el paso del tiempo, etc. tu poesía no es nada pesimista. En momentos tan convulsos como los presentes, ¿qué puede inspirarnos optimismo?

Bueno, seriamente vivimos en una época de grandes cambios, yo no sé, porque no lo viviré, si dentro de cincuenta años o de treinta, para venir más cerca, habrá un mundo mejor que el actual. Pienso, existencialmente, que si la humanidad ha resistido hasta hoy es porque ha triunfando de algún modo la buena voluntad, el bien, la honestidad, el talento, la creatividad, el impulso estético, frente a la codicia, la violencia, el mal y los impulsos destructivos. Pero, ya vimos hace unos pocos años, cómo un simple (o no tan simple) virus puede hacer peligrar la existencia del homo sapiens sapiens. Y sí, creo algo en la bondad, en la filosofía crítica, en la poesía y la belleza, en cualquiera de sus manifestaciones; nada creo en los políticos, hoy ni siquiera tenemos políticos sino mafiosos en el poder.

– Actualmente, en España, jóvenes escritores de Instagram ocupan la lista de libros más vendidos. ¿Qué opinas de este fenómeno?

No me interesa nada. Ni tengo Instagram. Les deseo que sus libros de poemas sean más vendidos que los libros llamados “novelas”, de autoayuda o de “ensayo” o cotilleo.

– Una reflexión para el presente.

Vivimos en medio de una plaga de mensajes, noticias, argumentarios; nadie, o casi nadie, lee un libro con reposo y espíritu crítico. La poesía es una isla en ese lodazal. Aconsejo que os aficionéis a reservarle una hora al día.

¿QUIÉN ESCRIBE?

Escribo con una mitad de mí
que desconozco,
no sé si es agua dormida
o cantar de pájaro muerto.

¿Quién escribe a sí mismo,
si no es un loco que unta
su pan en los charcos,
como le vi hace a Panero?

Escribir es mi manera
de llamarme
en el peligro.

A UN POETA

No cierres tu palabra a precio del presente.
Valora el intento del arte como herramienta que explora lo ancho de la vida.

No temas a los prejuicios si son tuyos,
Ni a los deseos porque eres tú quien los condena y los absuelve.

Sé atrevido, y veraz, y honesto. La poesía es una plaza
Muy dura de conquistar, requiere tiempo y dinamita,
También el abrazo sin malicia y la comprensión, a carta cabal,
De las perfecciones de otros mejores que tú.

No te midas por el ojo pequeño a ras de hierba,
sino por el diáfano horizonte respirando contento
de la mínima confianza que hayas encontrado en tu alma,
y seguro y cortés con los errores y dudas que mañana te acosen.

Despacio, como un agua que penetra la ceniza,
escribe con el corazón y con el gusto,
no olvides, por encima de todo, que eres músico
y un poco cantarín sobre la fronda del mundo.

Miércoles, 18 de mayo 2022

José Luis Abraham López

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