No son buenos tiempos para las librerías, ni para las galerías de arte. Si hace unos días este periódico recogía el cierre de la veterana Galería Cartel, hoy de nuevo volvemos a hacernos eco de la clausura de otro espacio expositivo. Milenium Gallery que dirigía el joven granadino Alberto López, no volverá a abrir sus puertas. La falta de rentabilidad ha hecho que esta ciudad pierda este espacio en el que durante los dos años y medio que ha permanecido abierto se han celebrado 24 exposiciones, de cerca de 50 artistas que han mostrado casi mil obras de arte. Por ahora, su director mantendrá la galería virtual en Internet con posibilidad de compra de obras y el deseo de organizar exposiciones puntuales en céntricos edificios de Granada.

Es una sensación muy extraña. Visitar una galería de arte cuyas paredes has contemplado llenas de color y que has visto repleta de gente y encontrártela vacía y con las paredes desnudas, es comparable a la vida y la muerte. Por eso, la primera pregunta a Alberto es inevitable. ¿Por qué echa la persiana Milenium Gallery? La respuesta, no por esperada, deja de ser más desoladora. «Después de dos años y medio con un proyecto ilusionante, hoy con tristeza tenemos que decir que cerramos porque el panorama económico actual no permite que un espacio como este sea rentable». A ello se añade las explicaciones del tipo «hasta la última exposición he estado con la misma ilusión que tenía al principio, pero llega un momento en el que te encuentras con la tesitura de seguir adelante o no, pues aunque me aporta muchísimo a nivel personal, por otro lado tanto esfuerzo no tiene una repercusión directa en la rentabilidad». A ello añade que no ha sido fácil tomar esta decisión e indica otro motivo como es el contar con otra actividad a la que debe dedicar «un tiempo importante».

Así mismo, es indudable la proyección alcanzada por esta sala durante el tiempo que ha permanecido abierta, no solo por la cantidad de exposiciones sino también por la calidad de las mismas. Según relata en sus paredes han colgado sus obras artistas como Pedro Roldán, uno de los grandes maestros coloristas; el simbolista Joseph Baqués que a sus 83 años, les acompañó a la feria de arte de Nueva York; el gran acuarelista de nuestra tierra considerado uno de los mejores de España, Galán Polaino; los hiperrealistas Barberán o Trigueros; el costumbrista, Manuel Barahona; el pastelista levantino, Germán Aracil; el valenciano Joseph Francés y desde Navarra lo hizo Albert Sesma, y así, hasta medio centenar de grandes pintores a los que Alberto quiere mostrar su agradecimiento «por haber confiado en nosotros y con los que me he sentido muy a gusto trabajando».

Está claro que algo no funciona pues en Granada, una ciudad que aspira a la capitalidad cultural, van cerrando estos templos del arte. Para Alberto que no lo achaca ni a Granada ni a los granadinos son dos los factores. Por un lado, la situación económica compleja que tenemos y en segundo lugar, «la incertidumbre política que hace que los bolsillos se cierren en todos los sectores. Para mi hay un componente social y cultural, pues hoy día la gente prefiere gastarse mil euros en un teléfono móvil que al día siguiente de sacarlo de la tienda se ha devaluado un 30% o un 40 %, y no en una obra de arte que puede incrementar su valor conforme va pasando el tiempo. Los paradigmas de las sociedad han cambiado y es muy difícil, no solo en Granada sino en cualquier parte del mundo». Como ejemplo de esta afirmación recurre a su viaje a Nueva York donde vio « una una reticencia importante a la hora de adquirir obras de arte. Ahí está el problema, mayor incluso que el económico y es que la gente no valora la importancia de tener una buena obra de arte en las paredes de su casa».

Galería virtual

Por ahora Alberto quiere aprovechar la experiencia adquirida y los numerosos contactos para mantener abierta una especie de galería virtual a través en Internet. «Uno de mis grandes logros es haber conseguido una presencia importante en el ámbito digital a través de la web y redes sociales, lo que me ha permitido exportar obras a diferentes puntos de la geografía española e incluso a otros países», indica. Por ello, aunque ha echado la llave al espacio físico su deseo es mantener abierta la galería virtual para aquellos clientes que compran si acudir a la sala. De esta forma no renuncia por completo a esta actividad que tantas satisfacciones le ha dado al tiempo que mantiene el componente emocional pues tiene la sensación de haber dejado de lado a los pintores con los que ha creado un vínculo muy especial, «y tengo la necesidad imperiosa de seguir vendiéndoles y difundiendo sus obras». Tampoco descarta la organización de exposiciones puntuales en espacios «céntricos y emblemáticos» de Granada. Para terminar, además de agradecer a IDEAL la difusión de las distintas exposiciones, desea hacer un llamamiento a la gente para que se pare a admirar el arte y mantenga vivas el restos de galerías granadinas pues «cualquier expresión artística embellece el alma y hacer crecer a las personas».

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