El escritor, poeta y periodista cordobés, Antonio Rodríguez Jiménez (1956), comenzaba el pasado 14 de diciembre, una minigira para la presentación de su último libro ‘La sociedad secreta de los poetas. Estéticas diferenciales de la poesía contemporánea’ (Ed. Carena) que le ha llevado por Madrid, Córdoba, Sevilla y Málaga. Hoy la cierra en Granada, en la cafetería-librería La Qarmita, en la calle Águila, 20, donde le acompañarán los poetas Fernando de Villena y Antonio Enrique (19 h).
Con este libro busca el acercamiento crítico e informativo a las obras de 48 poetas nacidos en el siglo XX que tienen en común «ser poetas diferentes, originales y únicos». En la introducción general de más de cien páginas deja claro que no se trata de un canon personal, aunque sí podría ser el canon de la poesía diferencial, en la que se valora a poetas de calidad desde la Generación del 27 hasta la del 80. Rodríguez Jiménez que durante 23 años dirigió el suplemento cultural del Diario Córdoba, ‘Cuadernos del Sur’ que le valió los premios Nacional de Fomento de la Lectura y el Andalucía de Periodismo, reconoce el apoyo del que fuera su primer director e impulsor del suplemento, el periodista alhameño, Antonio Ramos Espejo, del que afirma que «si no llega a ser por él jamás hubiésemos hecho ‘Cuadernos del Sur’».
Mientras va camino de Málaga nos cuenta que su nuevo libro «llama mucho la atención porque cuenta la historia de lo que ha pasado con la poesía en los últimos 35 años, cuando de repente en los años 80 tratan de imponer un tipo de poesía, como si fuese una especie de involución de poesía neorrealista. Era como volver a los años 50, pero algo más sentimentaloide, en principio para conectar con la gente. De esta manera la gente no tenía acceso a publicar en las editoriales más importantes de poesía. Eso provocó una frustración a nivel nacional. Poetas de mucha altura, como los del grupo Cántico pasan a un segundo plano. Yo denuncié esto en aquella época, a través de ‘Cuadernos del Sur’. También afirma que ahora «hay muchas tendencias pero el grupo de poesía de la diferencia al que pertenezco no somos una tendencia sino una sub-existencia».
Entre los «48 poetas estupendos» estudiados en su libro se incluye desde Rafael Alberti a Antonio Gala, Claudio Rodríguez, José Hierro, Pablo García Baena, Antonio Colinas o Pedro Rodríguez Pacheco y los más jóvenes como Concha García, María Antonia Ortega, Blanca Andréu, algunos menos conocidos y otros más como el propio Rafael Guillén, e incluso «algunos que estaban en las catacumbas». Respecto al título que se asemeja a una novela de misterio señala que se debe a las cosas que les pasaron a estos grupos, «algunos secretos que se reunían en las tabernas o se iban a la sierra para hablar de poesía, incluso era cacheados».
También se refiere «al grupo granadino que si no escribes como él, tu poesía no vale y no puedes publicar en las grandes editoriales. Yo he estado toda mi vida sobre este tema, pero la cosa no ha cambiado, aunque ahora han desaparecido las tendencias», añade. Entre los poetas granadinos que Rodríguez Jiménez ha recogido en su libro están «Antonio Carvajal, Rafael Guillén, Antonio Enrique, Fernando de Villena y José Lupiáñez, espero no dejarme a ninguno pues lo estoy diciendo de memoria, en cualquier caso estos son poetas que tienen personalidad propia», a lo que añade «me hubiera gustado incluir a Elena Martín Vivaldi pero no he estudiado su obra a fondo».
Así piensa Antonio Rodríguez que en la actualidad desarrolla su labor docente en la Universidad de Guadalajara (México) y que tiene muy claro que «la calidad de los versos es lo único que permanece» y como los premios literarios, salvo contadísimas excepciones, tienen mucho que ver con el amiguismo.