Desde que tengo recuerdos escolares, he sentido un gran rechazo por las Matemáticas. No las entendía a pesar de que me esforzaba en comprenderlas. Con el resto de materias no me pasaba eso y tenía resultados bastante buenos.
En Bachillerato el profesor de matemáticas nos ponía un ejercicio cada día. Nosotros teníamos la clase después del recreo y nos ponía el mismo problema de la clase anterior. Para aprobarlos yo me los estudiaba casi de memoria. En la prueba de madurez para acceder a la universidad, tanto en junio como en septiembre, no supe resolver ninguno de los tres problemas que me pusieron. En ambas ocasiones y tras una enorme frustración abandoné el examen. Quería estudiar Medicina, pero decidí no intentarlo más y me matriculé en Magisterio. Creo que habría sido un buen médico, pero no me arrepiento. He sido muy feliz siendo maestro.
Siempre digo que siendo un joven maestro, tuve la enorme fortuna de conocer la pedagogía Freinet y el Movimiento Cooperativo de Escuela Popular. Darle la palabra a los niños y niñas para que expresaran sus inquietudes y emociones, partir de sus intereses, fomentar el autoaprendizaje desde la creatividad, la investigación, el trabajo cooperativo … hacía de la escuela un lugar maravilloso, para educar.
Leyendo hace ya mucho tiempo el libro “ La enseñanza del cálculo”, Celestin Freinet se preguntaba, si algunas personas poseían un don especial que les permitía dar respuestas rápidas y acertadas a las cuestiones lógico matemáticas. Algún día sabremos el secreto, se contestaba.
Varias décadas después, Howard Gardner formuló su teoría de las inteligencias múltiples, en las que daba respuesta a aquella intuición de Freinet. La inteligencia no era ya un conjunto unitario que reúne una serie de capacidades específicas, sino que todas las personas desde que nacemos, poseemos varias formas de inteligencia interconectadas y con distintos niveles de desarrollo. Dichas capacidades no son inamovibles, sino que se pueden potenciar mediante los procesos educativos.
Estas lecturas me hicieron reflexionar sobre las causas de mi desencuentro con las matemáticas y plantearme, que tal vez con otras maneras de enseñarlas y una motivación suficiente, todo hubiera sido distinto para mi.
Igual que con el método natural de aprendizaje de la lectura y escritura, en matemáticas partimos también de las vivencias de la vida real y no de los manuales. Se trataba de crear en clase un ambiente que permitiera la expresión libre y el tanteo experimental. Pronto empezaron a surgir pequeñas investigaciones, unas veces nacidas de los intereses de las niñas y niños y otras veces sugeridas por mi. Se producía así, una doble motivación para investigar distintos temas.
Los pasos más comunes para resolver los problemas que nos surgían, eran la manipulación y experimentación, la representación gráfica, la simbolización y el desarrollo de las operaciones. Primero con la suma y resta y después con la multiplicación y división.
Además de las investigaciones, otras veces el trabajo matemático se realiza con fichas que elabora el docente y que pretenden consolidar las operaciones. El docente realiza también fichas autocorrectivas, que además de seguir afianzando los algoritmos matemáticos, desarrollan el trabajo autónomo y respetan los distintos ritmos de aprendizaje.
Aunque los materiales no sean la parte más importante de estos procesos, pueden ser muy útiles si vienen a complementar el espíritu que los anima. Para ello deben ser usados con una concepción abierta y de libre experimentación y no con las reglas rígidas y dirigidas de los materiales comerciales.
Algunos de esos materiales y actividades las mostraremos en el el pequeño vídeo que acompaña este texto. Por citar algunos, los talleres de cálculo donde se experimenta con todo tipo de mediciones, construcción de instrumentos para algunas investigaciones, el registro de datos, los agrupamientos y representaciones gráficas, las operaciones cotidianas con la cooperativa de clase, las simulaciones de compras en la tienda de la clase, el uso de ábacos, geoplanos, regletas, chapas, juegos de mesa, …
Esta manera de enfocar las matemáticas es factible siempre, en cualquier etapa escolar, pero a nosotros nos parece que sobre todo, es muy necesaria y eficaz desde Infantil hasta la enseñanza Secundaria.
VER VÍDEO:
Ver capítulos anteriores:
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (I): Introducción
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (II): Somos artesanos y artesanas de la Educación
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (III): El texto libre
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (IV): La asamblea de clase
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (V): Las investigaciones escolares
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (VI): Los planes de trabajo
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (VII): Los talleres
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (VIII): La biblioteca de clase. Las publicaciones escolares
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (IX): Deberes no, haberes sí
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (X): El cálculo vivo
PRÓXIMAMENTE:
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (XI): El texto libre
- Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (XII): El Movimiento Cooperativo de Escuela Popular
Comentarios
Una respuesta a «Las técnicas ‘Freinet’ contadas en pocos minutos (X): El cálculo vivo»
Gran trabajo.
Me ha gustado mucho saber acerca de la pedagogía Freinet.