Burrita: Cañas y más cañas; adobes y más adobes… ¿Se puede saber qué trapicheo se trae usted, con tanto bajar y subir del rio, señor arriero…?
Arriero: Están próximos los Reyes y, aunque republicano y agnóstico, me gusta alimentar en mis nietecitas la ilusión de que el milagro de los regalos existe…
Burrita: ¿Y qué ocurrencia se le ha venido ahora a la cabeza?
A: ¡Si vieras, Molinera, con que alegría acogen los juguetes que su abuelo fabrica para ellas con sus propias manos…!
B: ¡Cosas de abuelos…, desde luego! ¿Y me va a decir que los prefieren a esos otros, tan golosos y bien acabados, que ofrecen la televisión y los comercios?
A: Una diferencia hay con ellos: que los reciben, juegan y valoran con mucho más entusiasmo que los otros… Los míos son imperfectos, lo sé… Y también más frágiles…, pero reúnen todas las exigencias “educativas”, “seguras”, “lúdicas”, “económicas” y “respetuosas con el medio ambiente” que se les debe exigir a los cachivaches con que llenamos sus armarios y cajones…
B: ¡Se le están viendo las orejas, señor Isidro! Le falta un pelín para asegurar que el Taller de Juguetes es una de las bazas que baraja usted en su Pedagogía Andariega….
A: ¡Demontre de Molinera! De puro adivina, se diría que eres un poco bruja….
B: Embrujada estoy, ya lo sabe usted… Pero dígame: ¿esos juguetes favorecen el desarrollo sensorial, afectivo e intelectual que con tanto énfasis predica usted en sus prospectos?
A: El amor con que se han llevado a cabo es su valor más significativo. Luego está el material tan “a la mano” y recurrente con que están hechos. Añádeles el trabajo investigativo que lleva su confección, su versatilidad y lo más valioso… que los propios niños tienen en sus manos la posibilidad de fabricarse con este mismo material, para sí y para sus compañeros, otros parecidos y, si me apuras, más ingeniosos todavía…
B: ¡Pues ya da de sí semejante taller…! Por mi parte, siga usted contando con mi ayuda para acarrear tan bendito y pedagógico material…
A: No seas zalamera, Molinera… Que bien sé con qué delirio te comes los restos de las cañas al deshojarlas…
B: Pues ya sabe, señor arriero. ¡Añada usted esa ventaja a la hora de pregonar tan bienhadado recurso didáctico!
Isidro García Cigüenza
Blog personal ARRE BURRITA
EN CAPÍTULOS ANTERIORES
Capítulo 1: «Pedagogía caminera. Mi mejor maestra: una burra andariega»
Capítulo 2: «Aprendemos caminando… del ronzal de mi burrita Molinera»
Capítulo 3: «Por unas Matemáticas andariegas. Diálogo entre el arriero y su burra»
Capítulo 4: «A vueltas con las “Matracas”. Diálogos de un arriero con su burra»
Capítulo 5: «Clase de Lengua. Cervantes: ‘Persona Non grata’. Diálogos de un arriero con su burra»
Capítulo 6: «La clase de Música en la Pedagogía Itinerante»
Capítulo 7: «Los olores… en la Pedagogía Andariega»
Capítulo 8: «La asignatura de Valores Sociales y Cívicos en la Pedagogía Andariega»
Capítulo 9: Los Poetas Modernistas en la Pedagogía Andariega
Capítulo 10: Las maquetas de adobe en la Pedagogía Andariega
Capítulo 11: La asignatura de Química en la Pedagogía Andariega
Capítulo 12: Los juguetes en la Pedagogía Andariega