Una preciosa hojita bloque de dos efectos (26 y 27 coronas) filatelizando dos hermosos rincones de las tierras checas, concretamente el Castillo de Jezeri y el desfiladero pétreo de Vici, geográficamente en la misma área. El edificio está magníficamente reconstruido en un entorno boscoso que no deja indiferente al visitante.
La pieza fue diseñada por Adolf Absolon y en la parte inferior de la hojita encontramos escenas de la vida cotidiana hace centurias e ingenios que se utilizaban para extraer las riquezas de las profundidades de la tierra. Impresa en offset multicolor, tuvo una tirada de 30.000 ejemplares y comenzó a circular el 9 de junio de 2021, la ceremonia de puesta en circulación se realizó en Litvinov (para el castillo) y Abertamy (la formación pétrea).
El castillo, tras haber quedado prácticamente en ruinas, acabó siendo recuperado y es uno de los más hermosos de las tierras checas en un magnífico altozano. Inicialmente tiene su origen en la construcción medieval de Lacu, también conocida como Eisenberg, levantado en las Montañas Doradas en el ya lejano 1365; en 1549 fue reconstruido y reconvertido en el castillo renacentista que ha llegado a nuestros días tras la última reconstrucción.
Tras la célebre Batalla de la Montaña Blanca, la propiedad fue confiscada, desde 1623 estuvo en manos de la saga Lobkowicz. En 1649 el edificio fue pasto de las llamas y en la reconstrucción subsiguiente fue rediseñado de manera integral y se levantó con planta en forma de H. La edificación también representó un punto de atracción social y cultural, por allí anduvieron personajes de la talla de Goethe o Beethoven que estrenó aquí su célebre sinfonía HEROICA.
El edificio era una gema que no pasaba desapercibida y así también será la sede de los ocupantes hitlerianos, concretamente de su temida SS que encerró aquí a numerosos oficiales de los aliados. Tras la II Guerra Mundial sería nacionalizado [eufemismo empleado por los comunistas cuando simplemente te despojaban de tus propiedades] y pasó a manos del Ejército checoslovaco que lo acabaría abandonando a mediados de la segunda mitad del XX, con ello caería, momentáneamente, en el olvido, el saqueo y la ruina.
A mediados de los ochenta los recursos mineros del subsuelo dieron prioridad a la extracción del carbón, mientras la propiedad languidecía, inicialmente estaba destinada a su demolición total, pero se inició la lucha que no sólo no llevaría adelante ese proyecto, sino que haría renacer tan magnífica joya de la arquitectura de otras épocas. Aquellas voces lograron la reconstrucción integral en 1988 y hoy constituye un área catalogada como un paisaje a preservar y protegido bajo los estatutos de la UENSCO.
La mina de San Jorge, como tantas otras de las que se extraía carbón, fue clausurada y con el cambio climático, esos recursos quedan abandonados para tratar de darle un respiro al planeta. En el territorio se montó un zoológico, una reserva de caza y un arboretum, único para estas latitudes y el visitante puede encontrarse numerosos y extraordinarios ejemplares de exóticas procedencias. Otra aportación fue el famoso jardín de estilo barroco y una serie de canalizaciones que lo hacen muy apreciado en las calurosas jornadas estivales. El matasellos, y la imagen en blanco y negro de la parte inferior de la hojita, nos retrotraen a la explotación minera de tiempos pretéritos.
Ver más artículos de
Maestro de Primaria, licenciado en Geografía
y estudios de doctorado en Historia de América.
Colaborador regular, desde los años 70, con publicaciones especializadas
del mundo de las comunicaciones y diferentes emisoras de radio internacionales.
