El pasado año, el día 27 de septiembre de 2022, decíamos que, un año había pasado desde que con esta faena había comenzado mi labor de colaborador en este espacio de IDEAL digital; a la fecha, muy mejorado y elevado su nivel muchos peldaños.
Antonio, Don Antonio Arenas, es el responsable con su total entrega y destreza dirige muy bien este apartado de nuestro IDEAL al que en el digital conocemos como IDEAL EN CLASE y en el que participamos, con nuestras aportaciones literarias, muchos colaboradores. Muchos buenos y otros mejores.
Lo que decíamos el pasado año en estas fechas en que, mi faena había comenzado hacía ya un año. Pues habremos de sumar uno más y ya son dos con éste que, llevo escribiendo y aportando mis pequeños trabajos a IDEAL EN CLASE. Satisfacción recibo a cambio y aunque mi modesto trabajo aportará poco a mis posibles lectores a mí me distrae en estos mis postreros años, me despeja la mente y plasmó en el cibernético y acristalado “papel” todo relato, anécdota o cuento que haya vivido, que haya soñado o compartido con testigo que me lo ha pasado.
Pero todo es cierto, todo es verdad. Como verdad es también que, los procuro adornar les pongo algo de fantasía, así como estilo novelesco, para intentar distraer y jugar con algo de misterio y fantasía para elevar su atractivo.
Cuando en septiembre del 2021 yo vi mi primera colaboración en IDEAL en Clase, satisfacción fue lo que sentí. Mucha, pero no tanta como pudiera parecer, porque ya había gastado bastante, el día que D. Antonio Arenas me invitó a escribirla.
Y es que me vino muy bien y me sentó mejor, por eso siempre se lo agradeceré. Sí, claro, habrá alguien que pueda decir: “Pues no es para tanto”. Para mí sí que lo fue, lo es y será. Ya saben Vds. lo que satisface que lean algo de lo que tú has escrito, que admiren algo de lo que tú has hecho. Al menos a mí mucho, pues infinitamente más disfruto escribiendo. Y es por lo que vino muy bien que Antonio se acordara de mí.
Gozo escribiendo, lleno mi tiempo, pienso y activo mi mente buscando historias que luego les cuento. Sí, sencillas semblanzas sin más pretensión que el placer de narrar las anécdotas, algunas insignificantes que a veces consigo fantasear con ellas y lograr novelescas crónicas.
Esto hasta me ha rejuvenecido y la sola neurona que dicen que los hombres tenemos en nuestra cabeza, ha encontrado otras y ya forman algo que pudiera llamarse un club. Sí, noto que mi neurona se ha multiplicado escribiendo y, eso para mí es gran aliciente en estos momentos en que he sumado años y debo cuidar y dejar que la suma aumente todo lo que quiera, pero con mi cabeza bien amueblada y no con ella perdida, “para allá y para acá, como ida”.
¡No!, yo la quiero mejor equipada, limpia y organizada, con sus neuronas dispuestas y en espera para lo que se les pueda mandar.
Muchas horas en mi ordenador, escribiendo, corrigiendo, repasando, buscando crónicas y aquellas fotos que me gusta poner en mis narraciones. Acompañan, ilustran, ennoblecen y dan vida a lo narrado.
Ante el cúmulo de razones expuestas y ante lo agradable de esta mi faena, considero que es deber continuar en ello y sacar provecho a este “trabajo” que no puede ser más adecuado para este jubilado.
Y ya que jubiloso soy seguiré escribiendo y aprovechar mi tiempo en enriquecer mi mente, llenar mi tiempo y dar satisfacción a mi ego, que también lo tengo.
Nota de autor:
Agradezco a Ideal y al gran
Antonio Arenas toda la
dedicación que ponen en esto.
Mi ánimo y reconocimiento para ellos.
¡Ver más artículos de
Inspector jubilado de la Policía Local de Granada y
Autor del libro ‘El amanecer con humo’
