En total 40 relatos, epílogo incluido, que en su opinión pueden gustar a “jóvenes o adultos interesados en temáticas oscuras y variadas”. No en vano entre ‘Un final de héroe’, un crudo relato en el que el testigo de una violación que acude en defensa de la joven se despide del mundo, hasta el ‘Epílogo’ en el que se cuenta como van surgiendo nuevos mundos mientras regresa a su casa paseando bajo una incipiente llovizna. En medio varios muy parecidos al primero como ‘La sombra tras la sonrisa’, ‘Un cielo perdido’, o ‘Un testigo inesperado’. Otros de fantasía como ‘Arma’ o ‘Historia de Princesas’ y otros que son tan particulares que ni el propio autor sabe dónde encuadrarlos como es el caso de ‘Los secretos de Hogekan Nasekomo’.
Quizás por ello su autor afirma que esta antología “es difícil de describir pues abarca un poco de todo, tanto fantasía como ciencia ficción, terror, realismo,…” La afición por este género le viene a David desde su época de estudiante de instituto. De hecho algunos de los textos incluidos los escribió en esta etapa. En cuanto al origen de su interés por la escritura aclara que “yo diría que fue la literatura en sí misma. Después de estar leyendo desde la niñez siempre se me ocurrían historias y llegado cierto tiempo me pregunté el porqué no escribirlas”. Entre esas lecturas aludidas se incluye también “un poquito de todo”, desde Margaret Weis y Tracy Hickman a Camilla Läckberg pasando por Lovecraft , Stephen King, Tolkien y otros autores menos conocidos. En este sentido afirma que la saga Dragonlance “me inspiró bastante”, inspiración que a veces le llega “mientras paseo por la calle y me viene un flash, otras veces a partir de una imagen inspiradora, e incluso, hay algunos relatos que están basados en sueños”. De sus protagonistas afirma que la mayoría son solo de una historia pues “no están entrelazadas entre sí y mucho no tienen nombre”.
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Título: Compendio de mundos |
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