José Antonio Escudero Cabello es propietario de la cristalería que lleva su nombre en la Calle Virgen Blanca, frente al Parque García Lorca. Negocio que abrió sus puertas hace 42 años y en la que actualmente colaboran sus dos hijos. Nos encontramos con él en el Polígono industrial ‘El Fresno’, en las proximidades de la rotonda de Vega del Genil. Cuando llegamos allí encontramos aparcado este impecable que tiene una historia muy curiosa. Como nos demuestra su actual propietario con documentación, su primer dueño fue el Patronato de la Alhambra. Así se indica en la hoja que nos muestra: «la procedencia de este vehículo ha sido acreditada con la certificación jurada expedida a efectos de matrícula por Motor Ibérica, S. A., Barcelona, fecha, 2 de diciembre de 1958 habiendo sido adjudicado por la Secretaria Gral Técnica en 22 de enero de 1959 con prohibición de venta en dos años. Este automóvil ha sido inscrito por Patronato de la Alhambra».

Un capricho

José Antonio Escudero añade que vino de Inglaterra, vía Barcelona importado por el Patronato de la Alhambra, como cisterna pero, «parece ser que era grande y según he oído de su anterior propietario lo tuvieron en el Palacio Carlos V, cuatro o cinco años hasta que pudieron subastarlo y pasó a manos de los hermanos Blanco. Hasta que se ha jubilado lo ha tenido Antonio Blanco que es a quien yo se lo compré el 8 de abril de 2004». A ello añade que a primera vista estaba bien «pero, claro, tenía muchos años y estaba muy retocado». Así mismo, reconoce que ponerlo como está ha sido «un capricho que no me pesa, pues el vehículo lo merece». Restauración en la que ha colaborado varios de sus amigos tal y como aparece en la primera página del álbum fotográfico del camión fechada en junio de 2011 que nos facilita y que contiene un buen núemro de imágenes de antes y durante la misma. Entre los datos que recoge se indica que el proceso se prolongó de 2009 a 2010 y el desmontaje complejo lo realizó el propio dueño; como técnico de chapas participó Antonio ‘Risitas’ ; la mecánica técnica ‘regañada’ corrió a cuenta de Manolo López ‘El Maestro’ en tanto que la general y el ‘departamento’ de madera fue obra de Emilio ‘El Turoncete’. En la mecánica distraída y otros menesteres intervino Pedro ‘El del Lagarto’ y, por último, en el departamento de inyección y ajustes técnicos en diésel, participó el doctor Matías. «La colaboración de todos, en los dos años que estuvimos liados con él, ha sido muy importante», advierte antes de añadir que « no ha habido hueco ni tornillo que no se le haya tocado».

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