«La idea fundamental presente en todo el libro es la relación simbólica entre el cuerpo del estado y el cuerpo simbólico, alegórico, de la nación encarnado en el cuerpo de una mujer», cuenta la profesora granadina que se marchó a Estados Unidos hace 27 años cuando contaba precisamente esa edad. «Me fui en el año 89 a la Universidad de Nuevo México donde permanecí 12 años y conseguí el doctorado en Historia de España Contemporánea, en la especialidad de Género, en la actualidad soy catedrática en la Unviversidad Internacional de la Florida desde el año 2011», añade al tiempo que explica que el libro que presenta en su tierra es el resultado de todos estos años de investigación y está basado en dos libros anteriores escritos en inglés, en el que aborda cómo las mujeres durante el tardofranquismo, sobre todo, en la época de los años 50 y 60 van a ser educadas en unas normas específicas de comportamiento que denomina la ‘catolicidad femenina’ y cómo los cuerpos de esas mujeres son controlados, al igual que los de los hombres.
En su opinión la investigación que se ha hecho hasta ahora sobre los años del franquismo se centra más en los primeros años de la Dictadura, «porque es cuando la represión es más fuerte, pero a partir de los años 50 el Régimen se rehabilita, de hecho después de los pactos con los EE.UU de 1953 y el Concordato con la Santa Sede, ese mismo año, España se va reinsertar en el mundo occidental y la Dictadura se va a apuntalar por otras dos décadas». Fue ese el motivo por el que se interesó en esas dos décadas del franquismo porque «es esencial para entender esa transición y la modernización de España, el paso de una economía autártica a otra de consumo y lo que supone por la superviviencia de un dictador que ha sido apoyado por los nazis y los fascistas». Libro en el que, por un lado analiza las fuentes oficiles como la legislación, encíclica de la iglesia católica, y, por otro, todo lo que tiene que ver con la cultura popular (revistas, cine, radio,…) «que es lo que va a hacer que se llegue a las masas porque, aunque la Sección Femenina a la que dedica un capítulo, va a ser importante para organizar y regular la vida de las mujeres lo cierto es que muchas mujeres no pasaban por ella porque ni fueron a la escuela ni se sacaron un pasaporte ni un diploma de segundo grado ni nada, «creo que esa es la originalidad pues todavía hay pocos estudios de este período».
El libro se inicia con un capítulo que analiza la anatomía del franquismo, visto desde un punto de vista de análisis de discurso, lo que la autora llama «la naturaleza ideológica del franquismo como un neobarroco en el que se va a recuperar todo el discurso de la contrarreforma», de volver la vista atrás, a 1492, que legitima la dictadura en el poder y el regimen va a perseguir una democracia orgánica en contra de la democracia inorgánica de la República. «El sustrato ideológico va a ser el nacionalcatolicismo y para que las democracias occidentales acepten el régimen de una manera menos escandalosa, Falange se va a relegar a un segundo plano y el OPus Dei va a entrar dentro de los Gobiernos de franquismo. Si uno analiza las relaciones de género de la Falange a través de la sección femenina va a seguir viva hasta 1977. Por lo tanto los valores católicos van a prevalecer en lo que son las relaciones de género entre las mujeres», aclara.
El segundo capítulo versa sobre el ideal católico de mujer española en el que se analizan los tres pilares fundamentales tres, por un lado la rehabilitación del culto a Santa Teresa de Ávila, la rehabilitación de los tratados renacentistas de Juan Luis Vives, ‘La instrucción de la mujer cristiana’ y ‘La perfecta casada’ de Fray Luis de León. Además, se van a utilizar las encíclicas papales como la ‘Casti Connubii,’ que trata las relaciones entre marido y mujer y el matrimonio como única vía del encuentro de los sexos, y otra encíclica que es ‘Quadragesimo anno’ que va a regular la educación segregada por sexos que es uno de los elementos más importantes del régimen.
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El tercer capítulo va sobre el matrimonio, el ideal de esposa y de madre, y otros determinismos biológicos, y el cuarto capítulo sobre la prostitución y lo que el régimen califica de ‘la mujer caída’. El matrimonio se convierte en la única vía legal para que las mujeres pasen a tener una entidad legal como mayores de edad aunque seguirán sujetas al permiso del marido para comprar, vender, buscar un trabajo, para abrir una cuenta en un banco, por el código civil de 1889 que se va a reinstaurar en 1938 y no se va a reformar hasta 1958. La parte de la prostitución es muy importante pues el régimen la va a tolerar hasta 1956. Es una ideología que se basa en la idea de la mujer caída para la que se crea el Paronato de Protección de la mujer en 1941 con el objetivo de controlar a las mujeres que están en riesgo de caer en la mala vida.«Lo que se da cuenta una es que la mayoría de estas mujeres eran huérfanas por lo que se había quedado solas después de la guerra civil lo que les lleva a ser encerradas en estos conventos donde tienen que redimirse».
El capítulo quinto lo dedica a la sección femenina que se encargará durante la guerra civil de todo lo que son servicios sociales en el frente y el régimen la va a corresponder haciendola la única organización legal de mujeres hasta 1977. «Las muejeres van a tener que hacer el servicio social consistente en seis meses de práctica, repartidos en tres y tres meses de adoctrinamiento, al igual que los hombres hacían el servicio militar. Al final conseguían un certificado necesario para conseguir otros documentos legales desde un diploma de bachillerato hasta el carné de conducir. Así mismo, analiza dos leyes muy importantes en el tardofranquismo, como es la ley de derechos políticos en el trabajo de las mujeres y la ley de educación física, ambas de 1961, que de alguna manera van a regular los cuerpos de las mujeres «que se pretende sean unos cuerpos sanos para que sean unas madres prolíficas». Lo cierto es que van a encontrar una cierta libertad para participar en equipos de baloncesto o balomnano y puedan viajar y sentirse independientes pues «una cosa es la ley otra y otra cómo la gente la vive. Esta ley es importante porque había una serie de carreras de las que las mujeres estaban excluidas como, por ejemplo la diplomacia o la magistratura lo cual cambiará esta ley pues una vez que se mete en el ámbito internacional tienen que lavarse la cara y permitir que la mujer pueda acceder a la economia moderna. El consumo ha llegado, muchos hombres emigrarán y las mujere
s tienen que acceder al mercado del trabajo».
Los dos últimos capítulos titulados ‘Días oscuros de cine’ y ‘De cuerpo presentte: El destape’ insisten en la idea fundamental presente en todo el libro: la relación simbólica entre el cuerpo del estado y el cuerpo simbólico, alegórico, de la nación encarnado en el cuerpo de una mujer. En este sentido los cuerpos cinematográficos de las mujeres van a ser como pequeñas metáforas de lo será el cuerpo político de la nación que el franquismo ve como un cuerpo enfermo que hay que sanar porque la democracia inorgáncia ha destrozado la verdadera España. En el cine se puede ver cómo poco a poco conforme la censura se va levantando, sobre todo en los años 60, va a haber una manera de que los cuerpos femeninos se empiecen a ver más desnudos en la pantalla. «Analizo la carrera cinematográfica de Aurora Bautista con la que tuve una entrevista personal y su encarnación de lo que eran los valores eternos del franquismo en la película ‘Locura de amor’ en la que encarna a Juana la Loca, y cómo luego se convierte en un símbolo de resistencia a la ideología del régimen. La otra figura contrapuesta a Aurora va a ser Sara Montiel que se convierte en, digamos, la Marilyn Monroe española de los años 50.«Si seguimos pensando en la alegoria del cuerpo femenino como la alegoría del cuerpo democrático, las mujeres empiezan a aparecer desnudas. En la transición española hay una explosión de erotismo y en la presna esos cuerpos desnudos que aparecen en la revista Interviú, se van a comparar con la nueva democracia que es frágil mientras que el cuerpo del dictador que tarda mucho en morir está entubado, cada vez más decrépito, y el cuerpo joven y hermoso de Marisol en la portada de Interviu como la nueva democracia que se avecina». Por supuesto hay todo un discurso misógino porque las mujeres no tiene una voz en cuanto a su sexualidad, se les da las gracias de que se desnuden pero en ese mismo momento también hay voces de resistencia a que se cosofique y se convierta en objeto de deseo de la mirada masculina.« Esto es interesante porque nos ayuda a pensar en las consecuencias que esto tiene para la democracia actual en la que hay una explosición erótica en los medios pero al mismo tiempo hay un desprecio por lo femenino y una violencia de género que le cuesta la vida a muchas mujeres».
Este libro se ha presentado con anterioridad en la Residencia de Estudiantes de Madrid y «ahora aqui en mi Granada, en mi tierra, rodeada de gente a la que quiero, mis padres, que siempre me han apoyado y de amigos muy queridos». Para terminar la entrevista Aurora Morcillo aclara que desea honrar a nuestras madres que vivieron bajo un régimen opresor y que sintieron ganas de ser libres e independientes y también a nuestros padres poque hay que reconocer que hay muchos hombres buenos y feministas.