Hace unos meses que la poeta María Paz Moreno ha publicado su último libro, Amiga del monstruo, editado por Renacimiento. Ella misma nos proporciona una nota biográfica, con la cual conoceremos su trayectoria vital como ciertas claves de su Poética.
“Aunque nací en Murcia, me crié en Alicante y me considero alicantina. Ese rincón del Mediterráneo es mi refugio y mi referencia: allí está mi familia y allí es donde paso los veranos y todo el tiempo que puedo. Hice la Licenciatura en Filología Hispánica en la Universidad de Alicante, y al acabar la carrera me surgió la oportunidad de ir a Estados Unidos para hacer estudios de posgrado en la Universidad de Ohio State, estudiando con una beca y dando clases de español como Teaching Assistant. En Ohio State hice el Doctorado en Literatura Española y después conseguí un puesto como profesora en la Universidad de Cincinnati, también en el estado de Ohio. En la actualidad, soy catedrática de español en la Universidad de Cincinnati. Doy clases de lengua española, de literatura (sobre todo de poesía), de escritura creativa y también sobre gastronomía y cultura españolas. Compagino la docencia con la investigación y la escritura de poesía, y con mi trabajo como editora de la revista Cincinnati Romance Review”.
–Explique lo que entiende por poesía.
–Para mí la poesía es una suerte de antídoto al caos, una manera de intentar ordenar la realidad y entender mejor el mundo a través de la palabra. Entiendo la poesía como búsqueda, como articulación de preguntas. No me interesan tanto las respuestas como el proceso de la indagación en sí mismo.
–En su experiencia poética, ¿cómo surge un poema?
–La escritura de poesía es un proceso que disfruto muchísimo. Es como bucear, como sumergirse en un espacio en el que el tiempo no fluye y las leyes que gobiernan la realidad tal y como la entendemos quedan temporalmente en suspenso. Cuando escribo, es como si me moviera dentro del agua, bajando hacia el fondo. La inspiración para escribir suele llegarme a través de la lectura de otros poetas, o a partir de alguna experiencia que me impresiona o me hace reflexionar.
–Para una ensayista como usted, cuando escribe un poema ¿es difícil no estar pendiente de los rasgos puramente preceptivos?
–La escritura poética y el ensayo son animales distintos. Se comportan de manera muy diferente y hay que alimentarlos y tratarlos cada uno de acuerdo a sus necesidades. Me explico: el ensayo se escribe deliberadamente con el público lector en mente, mientras que la poesía, al menos en mi caso, es algo que escribo sin pensar en los posibles lectores, como una suerte de diálogo íntimo.
–¿Cómo surge Amiga del monstruo? ¿Comparten los poemas el mismo tiempo de escritura?
–El libro se ha escrito a lo largo de varios años. Hay poemas surgidos tras la muerte de mi padre y de otras personas allegadas (“Impermanencia”, “Bestiario”, “Búfalo blanco”), pero también hay otros escritos antes y después de ese momento, poemas que son reflexiones sobre otros temas. Curiosamente, el primer poema del libro, “Donde dices miedo”, es el más reciente, ya que lo escribí durante el confinamiento de la pandemia, en marzo pasado.
–En este libro, el dolor adopta formas de animales inquietantes tanto por su poder devastador como por su constante presencia, como salido de las tinieblas. ¿Qué es lo más le inquieta del dolor?
–Su capacidad para coexistir con el gozo y la alegría. El dolor no existe sin su opuesto, y nuestra vida transcurre siempre en el resquicio entre ambos.
–La infancia y el dolor no son los únicos temas notables bajo los que se construye Amiga del monstruo. También la experiencia cotidiana, la teoría del caos, la homofobia y el racismo reconocibles por cualquier lector. ¿Qué poder y función tiene la poesía en una sociedad como la actual?
–Yo creo firmemente en el poder subversivo de la poesía, en su capacidad para romper esquemas y reinventarse constantemente en momentos de crisis. La palabra y su poder simbólico poseen una fuerza que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios, y que seguirá estando siempre ahí para expresar deseos, rebeldías, miedos, y todos esos sentimientos que nos hacen humanos.
–En Amiga del monstruo se reconocen lugares como México y Estados Unidos (Montana, Guanajuato, río Ohio, Cleveland, etc.). ¿Qué espacio tienen en su biografía personal? ¿Cómo le ha marcado el conocer estos lugares?
–Viajar es un proceso de doble conocimiento: por un lado, el viajero descubre nuevos lugares, nuevos códigos culturales, nuevos idiomas, etc. Y eso hace que se replantee la configuración de su visión del mundo, de lo que uno considera como normal o habitual. Esa deshabituación con respecto a la realidad que nos rodea se traduce también en un proceso de viaje interior, aunque parezca una idea algo cliché. Mis poemas reflejan mis viajes y mis viajes siempre resultan en poemas.
–En el terreno poético, se inició con La semilla bajo el asfalto (1994). Después de casi una decena de libros de poesía publicados, ¿cómo ha cambiado su concepto de la poesía?
–Creo que mis primeros libros reflejaban una cierta “ansiedad de la influencia”, por decirlo en términos del crítico Harold Bloom, y era una poesía bastante marcada por las influencias literarias de mis primeras lecturas. Con el paso de los años, quiero creer que mi voz poética se ha consolidado y evolucionado a un tono mejor definido y más personal. Sobre todo, creo que a estas alturas escribo sin pensar en la recepción crítica de mi escritura, y valoro sobre todo mi libertad creativa.
–En su blog hemos podido leer: “Las teclas de un ordenador son profundamente antipoéticas”. ¿Es María Paz Moreno una poeta que aún escribe en papel”?
–Ese verso que seleccioné para mi página web, http:///mariapazmoreno.com, está extraído de uno de mis primeros libros, y reflejaba mi desconfianza hacia un mundo regido más por la tecnología que por el contacto humano. Pero soy muy consciente de que la tecnología ofrece también oportunidades increíbles desde el punto de vista humano y creativo. Aún escribo a mano los borradores de la mayoría de mis poemas, aunque no siempre. Mi libro El vientre de las iguanas, por ejemplo, lo escribí enteramente a mano a lo largo de una estancia de varios meses en la selva ecuatoriana. Depende mucho de dónde y cuándo me pille la inspiración. Encuentro que escribir a mano permite un proceso mental totalmente diferente al que se produce al escribir en el ordenador. En el caso de Amiga del monstruo, hay poemas escritos primero a mano y luego editados en el ordenador, y otros nacidos directamente en el ordenador.
–Ha dedicado gran parte de su tiempo al estudio de la obra del poeta Juan Gil-Albert. ¿Hay alguna deuda de este en su obra lírica?
–Sí, por supuesto, desde su actitud hacia la literatura hasta su concepción de la figura del poeta, el estudio de la obra de Gil-Albert me ha marcado muchísimo.
–Llama la atención en su bibliografía el estudio De la página al plato. El libro de cocina en España, y Madrid? ¿Cómo se puede conjugar literatura y gastronomía?
–Mi acercamiento a lo gastronómico es desde lo literario; yo empecé a interesarme en el tema a través del estudio de los libros de cocina, y tras estudiarlos durante años, llegué a la conclusión de que los recetarios son también una forma de literatura. Por un lado, nos hablan de sus autores –casi siempre, autoras–, además del tiempo y el contexto en que se escriben, y al igual que la literatura tradicional, son verdaderas minas de información sobre la condición humana. El estudio de los libros de cocina es un campo realmente fascinante, y como siempre digo, si se sabe leer entre líneas, es fácil ver que el significado de un libro de cocina va mucho más allá de su carácter meramente utilitario.
–¿Cree que es lícito hablar de una poesía femenina, una poesía escrita por mujeres…?
–Esta cuestión hace mucho tiempo que dejó de tener sentido como pregunta. Escribir poesía es escribirse. Todos, seamos hombres, mujeres, ocupamos nuestro lugar en el mundo condicionados por la sociedad que nos rodea. Nuestra visión del mundo refleja el espacio que habitamos y las experiencias que nos han formado para llegar a ser quienes somos. La escritura poética hecha por mujeres refleja, sin ninguna duda, nuestras experiencias, que por razones que van desde lo biológico a lo histórico y lo social, son diferentes de las experiencias masculinas. La poesía escrita por mujeres refleja esa visión del mundo, y en ese sentido, está escrita desde un lugar diferente a la masculina. Una mujer puede querer escribir sobre la menstruación, la maternidad o el acoso sexual, por ejemplo, como cuestiones que afectan a su existencia de manera fundamental. Esos temas no se han tratado en la poesía tradicional, porque la poesía recogida en los manuales tradicionales había sido escrita por hombres en un 99,9%, y esa visión masculina determinaba qué temas eran aceptables como “poéticos” y cuáles no. Pero las cosas están cambiando, afortunadamente. En mi opinión, vivimos una época de apertura poética maravillosa.
–Por último, ¿qué consejo le daría a un joven poeta?
–A un o una joven poeta le diría que lea mucho, que escriba, y sobre todo, que disfrute del proceso de la lectura y la escritura, y que no se preocupe demasiado por publicar. El valor de un texto poético no está en absoluto relacionado con su éxito editorial. Y que recuerde que, como decía Rilke, debemos amar lo que es difícil. En la poesía, el camino debe recorrerse sin tomar atajos.
Más información:
Twitter: @MPazPoeta
Instagram: mpaz.moreno
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Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato
Comentarios
Una respuesta a «María Paz Moreno: «Vivimos una época de apertura poética maravillosa»»
Me ha encantado la entrevista. Desconocía a esta escritora y voy a empezar a leerla. Saludos.