Responsable de hacer cumplir el convenio de Estambul en la defensa de los menores víctimas de violencia de género
Esta semana no vamos a poder escribir el relato. No vamos a tener tiempo. Nos urge encontrar un buen abogado y estamos preguntando a todos nuestros contactos por si conocen a alguno bueno en Granada.
No debería ser difícil en una ciudad que cuenta con una de las facultades de derecho más antigua de España. Haberlos, haylos. De eso no nos cabe la más mínima duda.
Nos han hablado de uno. Gabriel Rubio.
Dicen que pertenece a una de las conocidas sagas granadinas. Esas que pululaban por las noches universitarias y llegaron a puestos de responsabilidad y a los despachos. Los Rubio Prats.
Pero nosotros necesitamos a un buen abogado, no una buena familia. Vamos a buscar referencias en Google. Gabriel Rubio Prats. Abogado
Aquí está su foto. Tiene porte distinguido. Toga, traje, camisa blanca, corbata. Impecable.
Cabello plateado…- Si. Si. Necesitamos alguien con experiencia- …y parece que se ha asociado con un importante bufete implantado a nivel nacional e internacional.
-¿Dónde estarán las gafas?- Ha sido abogado de importantes empresas andaluzas y hasta de una entidad bancaria granadina. Vamos a seguir leyendo porque esto es interesante. Parece ser que ha ganado varios casos importantes: defectos en la construcción, negligencias médicas, responsabilidad civil, graves lesiones en tráfico… Estas victorias han tenido repercusión económica, pero ¿habrá ganado algún caso de índole más social? A ver, a ver – ¡qué lento va hoy el servidor- Sí. Míralo. Alguien que por error no debió estar en la cárcel hasta que consiguió su libertad.

Parece que conoce los entresijos judiciales ¿Será suficiente?
Necesitamos más referencias. Optamos por una búsqueda avanzada. Hemos encontrado su currículo. Comenzó como pasante en el despacho de Rafael Torres.
Al poco de estar allí se incorporó, Eduardo Torres González-Boza. En esa etapa como pasante aprendió con los mejores. Y comenzó a fraguarse en los juzgados y en su concepción de la abogacía. Máster en medicina forense. Formación en valoración de daños corporales. Es ahí donde tomó conciencia de que la igualdad ante la ley parte del derecho a una defensa digna.
Cuando se sintió preparado, abrió bufete propio.
Vamos a buscar informes en la web del Colegio de Abogados de Granada, importante institución que asocia, representa y defiende los intereses de todos los profesionales de la abogacía de la provincia.

Fue presidente del Grupo de Abogados Jóvenes a los que representó en Confederación Estatal de abogados jóvenes, Diputado Segundo de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados, Delegado Provincial de la Mutualidad de la Abogacía, patrono de la Fundación de Estudios y prácticas jurídicas de Granada (Universidad de Granada- Ilustre Colegio de Abogados de Granada) participando activamente en la elaboración y aprobación del Máster Profesionalizante para el ejercicio de la abogacía. Ha ejercido como profesor del mismo y de otros encuentros formativos como experto en negligencias médicas. No nos extraña. Posee las cualidades que presuponemos en un abogado defensor. Conocimiento, oratoria, claridad de exposición, estrategias argumentativas, modulación y proyección de voz, rapidez en la contra argumentación.

Por eso nos lo han recomendado. Debe ser muy conocido en el círculo de la abogacía granadina. A lo mejor este es el abogado que necesitamos.
Nos cuentan que la mañana del día 25 de septiembre de 2018 recibió la llamada que nunca nadie debería recibir y que lo enfrentó de bruces con la violencia vicaria.
El ex marido de su prima hermana, a la que asesoraban desde su despacho en su proceso de divorcio, había asesinado a sus dos hijas. Así de duro. El padre de Nerea (6) y Martina (2) les acababa de arrebatar la vida.
La violencia contra la mujer no depende de la nacionalidad, ni del grupo social, ni del nivel de estudios.
La madre había venido advirtiendo de las amenazas recibidas directamente contra las niñas en varias ocasiones: en el Centro de Salud, en el Centro de la Mujer, en la Policía, en el Juzgado…
Este abogado, que no era especialista en violencia de género, entendió que alguien debería haber protegido a esas niñas. Y denunció públicamente lo que estaba fallando.
En principio y con apoyo del apoyo del defensor del pueblo que le cedió sus locales, hizo pública una carta de la madre de las niñas. La hemos leído y se nos han saltado las lágrimas. Durísimo.

Y luego presentó una reclamación tanto contra el Ministerio del Interior como contra el Ministerio de Justicia, entendiendo que había corresponsabilidad de ambos ministerios.
Pero ¿Quién va a querer asumir la responsabilidad en un caso así?
El Ministerio del Interior, argumentó que la reclamación se había presentado fuera de plazo. Burda estrategia, porque si no se recurre esa resolución, es como si se aceptara. Reclamó. El procedimiento siguió adelante.
El Ministerio de Justicia, por su parte, rechazó la reclamación argumentando que el cauce adecuado no era el de la reclamación por funcionamiento anormal de la administración de justicia, porque, según ellos, se trataba de un error judicial.
Este abogado, volvió a recurrir: Y en esta ocasión, el propio Ministerio estimó el recurso y reconsideró su postura, solo en cuanto al formato de la reclamación, aunque el Consejo General del Poder Judicial aconsejara rechazar la reclamación por entender que la vía era la del error judicial.
Esta era la excusa para archivar todo este tipo de reclamaciones, y ello por una razón: la estimación de reclamación por error judicial, precisa como requisito sine qua non una resolución judicial que declare la existencia de tal error. Así, se pretendía, primero por el Ministerio y luego por el CGPJ, que la cuestión se centrara en el Auto de la jueza de no adoptar una medida de protección solicitada: Y tal argumento no era sino una estrategia para mandar a la papelera la reclamación porque ningún juez o tribunal censurarían nunca jamás el libre arbitrio judicial.
Un abogado como Rubio Prats no se dejó amilanar y realizó alegaciones a tal dictamen.
Para eso le sirvieron todas las batallas judiciales en las que se había curtido,
Para eso le sirvió el estudio riguroso que le llevó al convencimiento de que había algo había fallado en la custodia de las dos niñas por parte de Estado
Así que reclamó.
Reclamó el anormal funcionamiento de la Administración de Justicia en el caso de su prima: el Juzgado de Género de Castellón, que era donde vivía la familia, tenía dos habitaciones en sus dependencias que servían de almacén: papeles e incluso algún funcionario guardaba su bicicleta : Una era el despacho del psicólogo, y otro del asistente social. Vacíos los dos.
Y también denunció que para los casos de violencia de género se estaban aplicando protocolos de valoración de riesgo, conocidos como los viogen, inútiles, obsoletos y que incumplían flagrantemente el Convenio de Estambul (*).
Un convenio que formaba parte del ordenamiento jurídico en España desde cuatro años antes y obligaba a articular protocolos que valoraran el riesgo de muerte para las víctimas de violencia y que valoraran el riesgo de los menores expuestos a violencia.
Un documento que estaba guardado en cajones de los Ministerios de Interior y de Justicia, y nadie, en todo el Estado, se había dado por enterado.
¡Por favor! Ahora mismo estamos en shock. No podíamos imaginarnos que esto hubiera podido ocurrir en nuestro país.
Hemos buscado la resolución y el Estado no pudo por menos que asumir su responsabilidad. Pero ya era tarde para Martina y Nerea.
Sin embargo, este asunto, fue el detonante para que el protocolo de valoración de violencia de género en España se adaptara al Convenio de Estambul. Este asunto también fue el precedente de una modificación en el Código Civil: el derecho de estancia, visita y custodia queda suspendido para los padres investigados por delitos de violencia domestica en cualquiera de sus clases.
Ya no vamos a buscar más.
Este es el abogado que necesitamos.
Alguien que cuestiona, que pelea, capaz de enfrentarse a los gigantes.
Esta va a ser nuestra decisión.
Gabriel, abogado granadino, hijo de Juan Gabriel Rubio y María Dolores Prats. Por conocer el funcionamiento de la justicia y hacerla respetar
In memoriam Martina y Nerea y de todos los niños y niñas víctimas de violencia vicaria.
(*) Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, hecho en Estambul el 11 de mayo de 2011.
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