Aromas del Laurel (25): «De cruces y Vía Crucis en La Zubia»

La práctica totalidad de las poblaciones que estuvieron regidas durante siglos por la monarquía católica, vieron cómo su territorio era impregnado por las huellas que demostraban esta catolicidad. Uno de los elementos más destacados para demostrarlo fue la erección de cruces de piedra. De este modo se manifestaba públicamente la religión imperante, y su importancia en la vida cotidiana, ya que el símbolo aparecía por doquier

La Zubia no fue una excepción y en su término municipal se enclavaron diversas cruces monumentales, de mayor o menor tamaño, que estuvieron presentes en la vida diaria y cotidiana de sus habitantes durante varios cientos de años. Probablemente la más antigua sea “la cruz del diablo”, así bautizada por nuestro paisano Pepe Marín en 1996, el primero que trató sobre este tema. Sus datos, como los míos, proceden de una crónica de la provincia franciscana, escrita por Fray Alonso de Torres, y editada en 1683. En ella se anota que en el convento de San Luis de La Zubia, había un espacio denominado el sitio del “Calvario”, al pie del laurel de la reina. Estaba compuesto por “huesos, y calaveras, que muy bien concertadas y dispuestas, hacen frente y devota pared, que sirve de pedestal a una cruz”.La denominación “del diablo” le viene porque según cuenta la crónica, el diablo se aparecía en forma de “Ángel de Luz” y como crucificado en la misma cruz. Desde allí hablaba a un fraile, Fray Juan Ballarta, sacerdote y predicador, al que convenció para escribir el “quinto evangelio”; hasta que el prelado del convento lo advirtió, quemó los escritos y el fraile fue sentenciado a cárcel perpetua en el convento de San Antonio, en Arcos de la Frontera.

Dos fragmentos de la “Chronica de la Santa Provincia de Granada, de la Regvlar Observancia de N. Serafico Padre San Francisco”, escrita por Fray Alonso de Torres. Madrid: por Iuan Garcia Infançon, impresor, 1683, pág. 108, uno con la descripción del Calvario y otra con la historia del quinto evangelista. Fuente: Biblioteca Virtual de Andalucía.

Al parecer, esta cruz fue trasladada después a la propia iglesia del convento. Se encontraba en la entrada, junto a la pila de agua bendita. Luego el abandono del lugar hizo que estuviese desmontada y distribuidos varios de sus trozos por distintos sitios de la huerta. Las últimas intervenciones de la Orden mercedaria, actuales moradores de aquel espacio, han hecho que se hayan “reunido” de nuevo algunos de dichos fragmentos.

“Posibles restos de la cruz del diablo, cuando el convento estaba abandonado”

Volviendo a loa franciscanos, hay que señalar que esta orden se encuentra muy ligada a la exaltación de la cruz y a la historia de los Vía Crucis. El famoso Catastro de Ensenada, un documento de mediados del siglo XVIII contiene un plano del camino del Calvario existente en La Zubia. El catastro es en realidad un conjunto de documentos producto de una averiguación de carácter fiscal. Se puso en marcha, como paso previo a una reforma que pretendía sustituir la maraña de complicadas rentas que tenía cada población, por un solo impuesto, llamado la única Contribución. El impuesto único nunca se llegó a implantar, pero nos ha dejado un importante volumen de documentación. Uno de los aspectos más interesantes de estos libros es la existencia en cada uno de ellos de un dibujo o descripción de la localidad sobre la que tratan

“La Zubia en 1752 según el Catastro del Marqués de la Ensenada”. Fuente: Archivo Histórico Provincial de Granada. Catastro de Ensenada. Libro 1633

El plano de La Zubia, es el primero conocido de la villa y permite conocer con detalle, el Vía Crucis que atravesaba sus calles y que ya entonces estaba presente en la localidad. Se trata del primer dato conocido del mismo, pero es además muy minucioso. Los vía crucis, que pretenden imitar la llamada vía dolorosa en Jerusalén, son en realidad una invención bastante más moderna de lo que vulgarmente se cree. En sus orígenes se trataba más de una descripción ligada a la meditación, tal y como aparece en diversos autores del siglo XVI y XVII. Pero con el tiempo se convirtió también en un recorrido físico. Sus mayores impulsores fueron los franciscanos que solicitaron indulgencias (es decir el perdón de los pecados) para los que “recorrieran” esta devoción. Inocencio XII confirmó en 1694 algunas de estas indulgencias para los franciscanos y sus allegados; en 1726 Benedicto XIII extendió este privilegio a todos los fieles; y en 1731 Clemente XII lo extendió a todas las iglesias con la condición de que las figuras o representaciones que marcaban las estaciones en el interior de cada templo, fueran bendecidas por un religioso franciscano, con el beneplácito del obispo. Finalmente Benedicto XIV en 1742 confirmó todas estas indicaciones también fuera de los templos y se fijó definitivamente el número de estaciones en catorce dispuestas de un modo preciso.

“La crucifixión, cuadro fechado en 1329 por Giotto di Bondone (1267-1337), donde podemos ver al pie de la cruz a numerosos frailes franciscanos a la derecha, con su característico hábito marrón”. Fuente: www.franciscano.org

El Vía Crucis de La Zubia comienza en la misma puerta de la iglesia del convento de San Luis el Real, donde se situaba la primera estación. La segunda estaba extramuros del convento, pero en su misma puerta. A continuación seguía rodeando el mismo y las número tres y cuatro aparecen junto a las tapias del mismo, en la actual calle Mirador de la Reina. Giraba luego y continuaba junto a la tapia de la “Casa Jardín” enfrente del convento y ascendía por el camino de Granada hacia el Norte (actual calle Laurel de la Reina) con las estaciones seis y siete. La octava se encontraba en el cruce del Barranco de Corvales con la acequia gorda. Allí seguía por detrás de la iglesia donde se situaba la novena estación y ascendía hasta la número diez aproximadamente a la altura de la Casa Pertíñez o poco más arriba (actual calle Fernando de los Ríos). Después debía travesar el antiguo puente sobre el barranco (aunque en el plano no se representa) y bajaba al parecer frente a la Huerta Grande, en las estaciones número once y doce, llegando al Calvario en la número trece, y finalizando en la estación número catorce en la misma puerta de la ermita entonces llamada del Santo Sepulcro, y hoy de San Antonio.

“Inicio del Vía Crucis de La Zubia.” Fuente: Archivo Histórico Provincial de Granada. Catastro de Ensenada. Libro 1633

Dadas las fechas antes comentadas de las indulgencias concedidas a los Vía Crucis, y la redacción del Catastro del Marqués de la Ensenada, que en La Zubia se data en 1752, la representación debió ser muy cercana a la erección del Vía Crucis. No sabemos si en esta época ya se instalaron las cruces de piedra, pero es muy probable que así fuera dada la precisión del dibujo, seguramente confirmando su reciente emplazamiento.

La Zubia no fue una excepción, todos los pueblos comarcanos tuvieron instalado su vía crucis procesional, que algunos conservan mejor que otros. Pero probablemente la influencia de los franciscanos del convento de San Luis el real, hiciesen el de La Zubia uno de los primeros, sino el primigenio. En Ogíjares, por ejemplo, se conservan sendas cruces a la entrada de cada uno de los templos, como se puede ver en las fotografías adjuntas.

“Dos cruces del antiguo vía crucis de Ogíjares, ahora ubicadas en los templos de dicha localidad. Fueron recompuestas con restos de piezas de las antiguas cruces”. Fuente: https://vicenteamadorcruces.wixsite.com/cruces-de-piedra/single-post/2016/04/25/Og%C3%ADjares

Aunque la instalación de cruces no era una novedad. Muchas se habían erigido en otras épocas en los cruces de los caminos. En Granada su instalación estuvo más relacionada con la “sacralización” de espacios antaño musulmanes, pero especialmente con la Contrarreforma del siglo XVII. Este movimiento pretendía combatir las nuevas ideas luteranas, erasmistas o calvinistas llegadas del Norte de Europa, pero en nuestra tierra se vinculó mucho más al dogma concepcionista ligado al Sacro Monte de Granada. Desde finales del siglo XVI, con los descubrimientos del monte santo, aquel espacio se llenó de cruces levantadas por la devoción de los fieles; hasta 1.200 se han contabilizado, de las que hoy sólo quedan cuatro. También surgió en 1633 una Hermandad de la Vía Sacra de Valparaíso (más conocida como la Hermandad de las Cruces del Sacromonte), fraternidad que estaba regida, claro, por la regla franciscana. Una típica imagen granadina, fechada en 1895, de la Ermita del Santo Sepulcro, de dicho camino, proporciona una buena imagen de una de las cruces junto a la ermita.

“Ermita del Santo Sepulcro en el camino del Sacromonte”. Fuente: https://www.granadaporelmundo.com/la-hermandad-de-las-cruces-del-sacromonte/

No eran los únicos viacrucis de la ciudad. Existían otros en el entonces llamado Campo de los Mártires, hoy el Carmen de los Mártires; en el cerro del Aceituno o de San Miguel; otra en la misma ciudadela de la Alhambra; y la llamada de San Diego (seguramente en la parroquia de San Ildefonso); así como la tardía vía sacra de la Casa de Recogidas. Todas ellas han sido estudiadas por el especialista Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz. También nos habla este historiador del Vía Crucis establecido en la ribera del Genil por los cercanos frailes del convento de San Antón (franciscanos igualmente). Tenía su inicio en el Callejón del Pretorio en una pequeña ermita, que todavía subsiste, donde se veneraba la imagen de Jesús de la Humildad y de los Trabajos. Parece que procedente de este entorno, es la que hoy preside el camposanto de La Zubia, una cruz dedicada a las ánimas benditas (y por tanto no parece que relacionada con un vía crucis), pero que vino desde dicho entorno (el callejón del Pretorio) regalada por sus propietarios, don José Quesada Glibert y doña Magdalena Pertíñez Mendigorri, en 1948.

“Cruz de la cofradía de las ánimas, procedente de Granada, en el cementerio de La Zubia, e inscripción de su donación en la base”. Foto del autor.

Parece que anterior al vía crucis de La Zubia, pudo ser la erección de la llamada Cruz de San Antón, sobre cuya peana (un pedestal romano reutilizado) ya hemos hablado en otro artículo anterior. Todavía puede verse deteriorado en la calle Cruz de San Antón, en una esquina del Parque Plaza de la Paz. También la documentación de nuestro rico archivo municipal menciona “la era de la Cruz Blanca” en un escrito fechado en 1760.

A la vez también se instalaban las llamadas cruces de misión. Las misiones procedían o bien de algunas órdenes religiosas, cono los capuchinos o redentoristas, o bien del propio arzobispado, y en Granada además, del propio Sacro Monte. Se trataba de visitas de recristianización de los pueblos de la diócesis, que en la mayoría de las ocasiones terminaban con la erección de alguna cruz (normalmente de madera) que daba testimonio de la misma. En La Zubia se encontraba una cruz de misión en una pared lateral de la iglesia.

“Típica cruz de misión en un pueblo del Bierzo leonés.” Fuente: https://www.verpueblos.com/castilla+y+leon/leon/santa+cruz+de+montes/foto/655880/

A todas ellas habría que sumar la Cruz que hay frente a la puerta de la Ermita de San Pedro, y relacionada con una costumbre fúnebre que casi se ha perdido ya. Recordemos que en otras épocas, los ataúdes eran transportados a hombros de familiares y amigos del difunto desde la iglesia hasta el cementerio. Pues bien, en la Ermita, junto a la cruz, hay un banco donde se dejaba reposar el ataúd y descansar a los porteadores. A partir de ahí el cortejo fúnebre se despedía de la familia, que continuaba sola, sin acompañamiento, hasta el cementerio.

“Cruz de la Ermita de San Pedro”. Fotografía de puma3023. Fuente: https://turismolazubia.wordpress.com/2016/05/03/dia-de-la-cruz-en-la-zubia/

Los religiosos mantuvieron la devoción a dichas cruces, hasta la llegada de las nuevas ideas liberales que acabarían instalándose definitivamente. Así ideas como desamortización o anticlericalismo fueron poco a poco introduciéndose en el vocabulario. Nuestro convulso siglo XIX fue testigo de muchos vaivenes políticos que implantaron nuevas ideas (socialismo, anarquismo, etc.) que trajeron otras formas de entender el estado (monarquía constitucional, república, etc.). El Antiguo Régimen sucumbió y dio paso al Liberalismo. Aunque la restauración Alfonsina propició un renacer del clero y la extensión de la influencia de la Iglesia, la hostilidad de buena parte de la población y mucha indiferencia por parte de otra mostraban la escasa expansión de este renacer eclesiástico. Es cierto que surgieron nuevos conventos y aumentó la influencia de la Iglesia sobre el Estado, pero todo ello se veía frenado por el creciente anticlericalismo de la izquierda, y los cada vez menores índices de culto.

La proclamación de la II República unió a la Iglesia con las derechas en un frente común. Esto creará una hostilidad contra el sector izquierdista de la población. Sabemos que en La Zubia algunas alteraciones consistieron en la interrupción de la misa por personas que daban voces en la iglesia, o que se burlaban en la puerta de los que acudían a ellas. Así lo refleja el artículo de Juan Manuel Barrios Rozúa, titulado “La legislación laica desbordada. El anticlericalismo durante la segunda república”, publicado en la Revista Espacio, Tiempo y Forma, en 1999.

“Portada del defensor de Granada del 15 de abril de 1931”. Fuente: Biblioteca Virtual de Andalucía

Nos narra este investigador cómo poco después de la instauración de la República, en la Zubia, de población mayoritariamente socialista, se produjeron los primeros incidentes. La entrada de la primera gestora municipal se acompañó de una manifestación con muchos jóvenes vinculados a la Casa del Pueblo. Asaltaron el Ayuntamiento entre gritos contra el clero y quemaron los retratos de los reyes, de un militar de la localidad y del arzobispo Salvador de Reyes y García de Lara. Explica este historiador que de alguna manera se afrentaban a todo aquello que encarnaba la extinta monarquía, es decir, los poderes militar y eclesiástico, además de la nobleza. Otro símbolo atacado fueron las cruces existentes en el término. No fue una excepción, se derribaron en muchísimos pueblos, en muchos casos en acciones planificadas y llevadas a cabo por grupos izquierdistas, generalmente por la noche. Pero como afirma el profesor Barrios al que sigo:

“Fragmento del artículo del profesor Juan Manuel Barrios Rozúa, citado en el texto”

Los incidentes continuaron, y en enero de 1933, la prensa de la época recoge que se incendió la puerta de la iglesia de La Zubia. La noticia la dio claro, el diario granadino El Defensor de Granada, pero fue recogida también por otros diarios con mayores o menores aclaraciones.

“Fragmentos de la prensa de la época. A la izquierda, El Defensor de Granada, de 5 de enero de 1933, en el centro La Voz de Aragón, de 6 de enero de 1933 y a la derecha Diario de Córdoba, de 5 de enero de 1933”. Fuente: Prensa Histórica del Ministerio de Cultura y Biblioteca Virtual de Andalucía

Aunque la redacción da a entender que el atentado fue obra de izquierdistas, durante mucho tiempo la voz del pueblo acusó precisamente a las derechas de haberlo organizado con la intención de incrementar el clima de convulsión ya existente. Sea como fuere, los derribos de las cruces y el incendio llevaron a la precaución de quitar la cruz de misión que había adosada a uno de sus muros. Finalmente los restos de las demás cruces quedaron esparcidos por el suelo durante toda la república. Las últimas noticias que encuentro sobre los restos de estas cruces proceden de José Marín, que en su libro póstumo Historia de La Zubia, contiene los siguientes datos:

“Historia de La Zubia, de José Marín Hernández. Gustavo García (ed.), 2013, página 166

Efectivamente fue un triste final para un vía crucis ya definitivamente desaparecido, pero que hemos querido rememorar como parte del patrimonio que fue de la villa de La Zubia.

Alberto Martín Quirantes

AROMAS DEL LAUREL:

Un recorrido por la historia de La Zubia.

Alberto Martín Quirantes

Miembro del CEI Al-Zawiya

VER CAPÍTULOS ANTERIORES:

01 La Inquisición en La Zubia
02 Antonio Gala y los Sonetos de La Zubia
03 La Infanta de La Zubia
04 Los cementerios de La Zubia (1ª parte)
05 El órgano de la Iglesia de La Zubia
06 Los cementerios de La Zubia (2º parte)
07 La Huerta Iberos
08 Los cementerios de La Zubia (3ª parte)
09 La ocupación francesa en La Zubia
10 Los cementerios de La Zubia ( y 4º parte)
11 Trogloditas en La Zubia
12 Los mozárabes en La Zubia
13 Una escritora desconocida de origen zubiense: Doña Carmen Espejo Valverde
14 La llegada de la guardia civil a La Zubia (1ª parte)
15 La llegada de la guardia civil a La Zubia ( y 2)
16 El campo de Tiro de La Zubia
17  Los falsos señores de La Zubia y sus casas principales (1ª parte)
18  Los falsos señores de La Zubia y sus casas principales (2ª parte)
19 Los verdaderos señores de La Zubia
20 Francisco Fernández Navarrete (c. 1680-1742), un médico en la corte de Felipe V
21 Los marqueses de Bacares. (Parte 1ª)
22 Los marqueses de Bacares. (Parte 2ª)
23 De tesoros y moriscos en La Zubia
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Antonio Arenas

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