Era Isabel de Solís
bella cristiana cautiva
que en una razzia los moros
la trajeron retenida
desde Martos, en Jaén,
a la corte nazarita.
Cuando a Granada llegó,
el sultán se prendaría
de la muchacha cristiana
en tierras de morería,
designándola al momento
como amante favorita
y repudiando a la esposa,
convertida en su enemiga.
A Isabel le fascinó
poder llegar a sultana
y cambió de religión,
pasando de ser cristiana
a abrazar la nueva fe
de devoción musulmana,
y, llamándose Isabel,
la nominaron Soraya
que en la lengua popular
es el nombre de Zoraida,
traduciéndose del árabe
como “Lucero del alba”.
Una vez matrimoniados
Muley Hacén y Soraya
hasta dos hijos tuvieron,
pero al poco la desgracia
fue debilitando el Reino
con la guerra de Granada
donde todos se enfrentaron
para no conseguir nada.
En esto falleció Muley
y su hijo Boabdil reinaba,
pero los Reyes Católicos
por Santa Fe se asentaban
y a final del siglo XV
las banderas castellanas
por todos sitios lucían
en la ciudad de la Alhambra
porque ya la Reconquista
se dio por finalizada.
No fue una mujer feliz
la bellísima Soraya
pues todos la despreciaron
dentro y fuera de Granada:
para el islam, una infiel,
en Castilla, renegada.
Sobre Soraya y sus hijos
toda noticia naufraga
porque fueron deportados
a unas tierras no datadas
y todo se diluyó
como la nieve en el agua.
Próximo romance: MIRA DE AMESCUA (Guadix, 1577 – 1644)
Anteriores entregas:
II. Ángel Ganivet García (Granada, 1865 – Riga, 1899)
III. Ibn Zamrak (Granada, 1333 – 1394)
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