Francisco Rojas: «Para mí la poesía es ante todo un acto de soledad»

 

Francisco Rojas Santos (Motril, 1979).  Es diplomado en Arquitectura Técnica por la Universidad de Granada. Fue finalista del Premio Villa de Salobreña, año 2001 y del Premio García Lorca de la Universidad de Granada, año 2005. En 2006 publicó el libro ‘Del aire a tu frontera’  (UGR). Esta tarde estará en el Centro Artístico, Literario y Científico de GranadaCentro Artístico, Literario y Científico de Granada para presentar ‘Estancias a lo incierto’, que ha publicado con Editorial Nazarí. Le acompañarán en este acto su amigo, el poeta y prologuista de esta obra, Juan José Castro y su editor, Alejandro Santiago (20 h).

 

– ¿Qué empuja a escribir a Francisco Rojas Santos?
– Eso mismo me he preguntado yo mismo muchas veces. Puede que sea sencillamente un intento de materializar, “hacer realidad”, ese cúmulo de sensaciones que la vida ofrece. Por otro lado, la poesía es también una forma de huida hacia nosotros mismos mediante la que intentamos comprender mejor “eso” que nos rodea.

– ¿Quiénes son los principales destinatorios de sus versos?
– Creo que un poeta en el momento de la escritura no piensa en el lector o, por lo menos, no adapta su «forma de escribir» a la posible reacción del lector ante el poema, sino que se ocupa del poema mismo, de seguir esos hilos por donde el poema lo va arrastrando. O al menos eso quiero pensar. Otra cosa es lo que yo espero de un lector cuando el poema o el libro ya ha sido escrito. Y es que éste haga una lectura atenta, activa del libro. Un lector que sólo busca en un poema algo ya acabado no es, en mi opinión, un buen lector de poesía. Creo que un poeta busca en el lector lo siguiente: que éste haga una lectura con toda la honestidad que él ha puesto humildemente en el proceso de escritura.

– Entre su primer libro ‘Del aire a tu frontera’ publicado por la UGR en 2006 han pasado una docena de años ¿a qué se debe su lenta producción literaria?
– En realidad son algunos menos. Terminé de escribir el libro más o menos a principios del 2015. Aún así son nueve años. A algunos le parecerán muchos a otros tal vez no. Hay poetas de producción lenta y otros exageradamente prolijos. Cada uno tiene sus propios ritmos. A veces es más interesante escuchar (leer) que decir. Puede que ese largo período se deba precisamente a eso, a que no tuviera nada que decir o a que no encontrara cómo decirlo.

– ¿Qué es lo primero que acude a su mente al mencionar ‘Cuaderno de poesía Vozetos’?
– Alegría, amistad, ilusión…

El autor con un ejemplar de su libro

– Su prologuista Juan José Castro afirmar en el prólog «Estancias a lo incierto es una obra compleja y arquitectónica, dispuesta de forma meditada, elaborada y pulida, síntoma de una conciencia constructiva rigurosa que dota a todo el poemario de una unidad indiscutible» ¿Es evidente un guiño a formació como arquitecto?
– Bueno, en realidad arquitecto técnico. Para mí la forma, la estructura, el cómo, es tan importante en un libro de poesía como el qué. Puede que esto sea debido a esta formación, no lo sé. Aunque creo que va más allá. Los libros del propio Juan José Castro también están estructurados a conciencia y dotados de esa unidad indiscutible. Creo que esto es más bien debido a mi modo de entender un poemario como un todo y no como un conjunto de poemas.

– ¿Comparte así mismo que el compromiso de todo poeta es ante todo con el lenguaje poético como fabulador y conformador?
– Esto se afirma en el prólogo en relación a la realidad. Antes decía que el impulso poético tal vez surgiera del intento de querer verbalizar ese cúmulo de sensaciones que nos vienen de afuera, esto es, de la “realidad”. Nombrar, aunque suene paradójico, es “perder” realidad. El compromiso de todo poeta es lograr materializar a través de todos los mecanismos del lenguaje esa sensación para que se acerque lo más posible a su intensidad, es decir, para que esa “pérdida” sea lo menor posible. Para esto el poeta no dispone más que de la palabra (así como su relación con el silencio) que no es más que una “parábola” de las cosas, una invención de la realidad con la que nos entendemos. Pero si la pregunta va en el sentido de si un poeta debería estar comprometido socialmente, creo que el principal compromiso es con el valor de la palabra como creadora. Un poeta comprometido con la palabra es un poeta comprometido con la sociedad, independientemente del tema tratado. En este sentido hay una afirmación de Emilio Lledó que resulta muy esclarecedora: “si nos acostumbramos a ser inconformistas con las palabras, acabaremos siendo inconformistas con los hechos”.

– ¿Cuándo nace el primer poema de ‘Estancias a lo incierto’ y cuando le puso punto y final?
– No podría decir fechas exactas. Mi manera de escribir no es la de sentarme a la mesa y escribir un poema del tirón (aunque esto ocurra en contadas ocasiones) sino que es un proceso largo, de varios meses incluso. Así que no fecho un poema cuando lo acabo. Creo que el primer poema de este libro lo comencé a escribir en el año 2010 y terminé el último a principios o mediados de 2015.

– ¿Qué queire decir con que la función de la poesía es, «cortar la soledad y que el tiempo sangre»?
– Explicar de forma “prosáica” un verso es difícil (y más cuando el verso es de uno mismo). A veces, con esto no se consigue más que estropearlo, que despojarlo precisamente de su poesía. El entrecomillado es una paráfrasis que hay en el prólogo de los versos: “En el pasaje absurdo de mis años / corta la soledad y el tiempo sangra”. Para poder interpretar este verso tengo que decir primero que para mí la poesía es ante todo un acto de soledad. Por otro lado, en este verso hay un evidente juego de relaciones causa-efecto que no es necesario aclarar. Teniendo en cuenta estos dos comentarios, se podría explicar el verso diciendo que el hecho mismo de la poesía trata de apresar el instante hiriendo de esta manera al tiempo. Y hasta aquí puedo leer…

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