Jara Heredia Robles. Bailaora. Hija del Sacromonte

Jara Heredia llega a esta galería de personajes granadinos, en calidad de bailaora, empresaria, profesora. De artista

El único problema que vamos a tener con este retrato es que va a resultar difícil pintarla en solitario. Y es que el pueblo gitano rinde culto a su historia familiar, venera sus ancestros. Ella misma, Jara Heredia, no se entiende a si misma si no es formando parte de un clan.

Cuando la hemos conocido, cuando la hemos oído hablar, expresarse, contar… hemos sentido el poderío de su linaje. Su discurso contiene pinceladas de sabiduría heredada de siglos. Así que hemos entendido que parte de este relato tendrá que ser colectivo ¡Qué remedio!

A ver cómo lo componemos. Por un lado,  tenemos que disponer a toda su familia paterna

La bisabuela Trinidad

A la derecha, mamá Trinidad – a ver, repítenos, Trinidad era… ¿tu bisabuela?-, la canastera. Aparece con un recogido, un moño de pelo blanco, delante de un brasero de cisco carbón y cisco picón. Manos poderosísimas trenzando el culo de una canasta.

Junto a ella, su hija, Antonia. Antonia Heredia «la gallina». No sabemos cómo pintarla ¿Cómo se retrata un personaje de la realeza? Si hacerlo cuando Vicente Escudero la escogió, de mozuela, para su gira norteamericana junto a otras gitanas del Camino allá por los años 30, si como intérprete en la película María de la O junto a Carmen Amaya, si lavando la ropa en el río junto a su hijo pequeño. 

Antonia La Gallina, la abuela

Tenemos que colocar en el centro a ese niño, Juan Heredia Fernández, convertido en Juanillo, el gitano cabal que se codeó con lo mejor de cada casa – artistas y personalidades internacionales compartieron su chimenea frente a la jalambra – y comprometido, muy comprometido con su pueblo, el pueblo gitano, con el barrio y con el arte.

Al lado, la bellísima Amparo, su madre, y sus hijos, Encarni, Jara, Antonia, Israel. No quiere que falten las niñas, su hija, Gabriela y sus sobrinas, ni su cuñado, Pepe Luis Carmona Habichuela.

Amparo y Juanillo, sus padres

Pero es que además, las familias gitanas son extensas. Y quiere que aparezcan los compadres, Capullo de Jerez, Valverde, Joseillo y «su» curro Albaicín y sus maestros, Mario Maya, Manolete, Angustias la Mona, Eva la Yerbabuena…

¡Alto ahí, Jara! ¡qué no nos cabe más gente! ¡qué todavía tiene que quedar espacio para el paisaje!. 

Este retrato familiar lo vamos a situar en el camino del Sacromonte.

Ahora lo llamáis el paraíso, el mejor sitio del mundo para vivir. En plena naturaleza y a cinco minutos del centro de Granada. Pero no siempre fue así. Nos sentimos obligados a contar parte de la historia del barrio.

Las inundaciones de 1963 provocaron el éxodo forzado y forzoso de la comunidad gitana a guetos como la Virgencica o el Almánjayar. Como en los escritos bíblicos los que se fueron todavía lloran la pérdida. ¿Quién podía oponerse? Eran los últimos años del franquismo. Y la miseria muy grande.

El Sacromonte de hoy, el paraíso, es el construido por los vecinos que se quedaron, entre ellos la familia de Antonia, la gallina.

Antonia la Gallina en Captura de pelicula Maria de la O

Visto desde la perspectiva de hoy, los que se quedaron fueron visionarios. Supieron que esta dispersión acabaría con la esencia de su pueblo. El padre de Jara, Juanillo, lo vió claro. Había que unir al pueblo gitano y crear nuevos mecanismos de aprendizaje. Él fue el impulsor de la asociación Camelamos Naquerar – queremos hablar-. Llevaron a cabo multitud de talleres para que las nuevas generaciones estuvieran en contacto con su cultura.

También militó en Sacromonte Histórico, en la Unión Romaní, en la Asociación de Vecinos Valparaiso y desde allí peleó para que se construyera el muro, para que estuviera alumbrado, para que luciera limpio y habitable.

Unión Romaní

Luchando codo a codo con Curro Albaycín, es como consiguieron que  La Chumbera no acabara convertida en una urbanización de lujo. Querían seguir manteniendo el sabor y la esencia del barrio. Y para ello, que mejor que en vez de chalets de lujo se transformara en espacio cultural.  

Gracias a ellos, a su lucha, el Sacromonte de hoy, dignifica y diferencia a Granada. 

Ya va llegando la hora de tu retrato individualizado, Jara Heredia, hija de Juan Heredia Fernández y de Amparo Robles Gámez, bailaora como tu abuela Antonia la gallina, tenaz como tu madre, soñadora como tu padre y trabajadora, muy trabajadora.

En Venta El.Gallo con sus hermanas y sobrinas

¿Cómo es posible que una mujer que se confiesa tímida saque esa fuerza interior cuando actúa? Eso ¿es el duende? 

Tu energía es contagiosa. No nos extraña que convencieras a la siguiente generación para haceros cargo del tablao la venta el Gallo – fundada por Juanillo y Amparo sobre los restos de la discoteca Zorongo– Parece que te estamos viendo, diciéndoles, somos fuertes, nadie va a poder con nosotros.

No nos extraña que te llamen para documentales sobre el Sacromonte ¿Quiénes mejor que Curro Albaicín y tú?

Ni que tu amiga Coco Reyes  cuente contigo para participar en su Lisístrata Montoya, una obra teatral que intenta  reconstruir la historia del pueblo gitano desde el humor, la sátira y cómo no, el baile.

Ni que el tablao la venta el Gallo siga ofreciendo zambras bajo tu dirección artística.

¿Cómo puedes, Jara? ¿Tiene algo que ver con la energía, con la luz que capturaste en tus estancias en México?

Jara es inmensa. Libre. Elegante. Miradla como se mueve. Observad su presencia sobre el escenario. Fuerte. Es glorioso ganar la batalla, pero yo digo, que es igual de glorioso perderla. Y eso es lo que te define.

Jara ha construido su carrera a costa de trabajo, de ensayo y de sacrificio.

Con Curro Albaicin en Mariposilla de Acero

Cuéntales Jara, cuéntales, cuándo estabas presentando tu espectáculo Mariposilla de acero (ya era hora que expresaras tu crecimiento personal, artístico y emocional. Ya era hora de tu retrato individual) en la Plaza de las Pasiegas. Y aunque habíais hecho pruebas no habías calculando la temperatura que se podía alcanzar a peno sol. Explícales que salías a bailar descalza y que el escenario negro alcanzó tal temperatura que te salieron ampollas en la planta de los pies. Diles, que aún así te calzaste para el siguiente fragmento y bailaste con una fuerza, una belleza y un poderío, impresionante.

Esta es Jara Heredia. Artista gitana. Sabe que no todos los gitanos tienen las vivencias que tienen los del Sacromonte. Pero esta es tu historia. La tuya. Por eso termina con una canción de amanecida. Una canción de Juan Heredia Fernández, gitano del Sacromonte.

Desde mi cama

miro la luna,

veo mi Alhambra,

quiero a Granada.

Por el horizonte,

por el horizonte las gitanas

cantan en mi Sacromonte.

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Próximas entregas:

  • Los lugares que habitan en Ceferino Navarro

Carmen Gómez Letrán

Profesora de Geografía e Historia

IES Padre Suárez

Carmen Gómez Letrán

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