Antonio Mira de Amescua,
el escritor accitano,
era hijo natural
de joven adinerado
perteneciente a familia,
de ilustres antepasados,
que en la conquista de Baza
por su valor destacaron.
A este niño, los tutores,
al clero lo destinaron
y el obispo de Guadix
lo protegió entusiasmado
educándolo en colegios,
más tarde, en el seminario
donde alcanzó el sacerdocio
y algo después, fue nombrado,
del templo de santa Ana,
titular Beneficiado,
escribiendo por entonces
“La vida de san Torcuato”,
según opinan algunos
mientras otros lo han negado.
Se doctoró en Teología,
llegando a ser capellán,
en la urbe granadina,
de la Capilla Real;
mas pronto se trasladó
a su población natal,
al ser electo arcediano
de la hermosa catedral
que en la ciudad de Guadix
se eleva con potestad.
Antonio Mira de Amescua
fue un dramaturgo y poeta
que, en pleno Siglo de Oro,
destacó por su destreza
en el arte de la rima
con una obra muy extensa,
enmarcándose en la órbita
del “Fénix” Lope de Vega.
En su acervo literario
sobresalen las comedias,
tanto de vidas de santos
y temática diversa
cual las de capa y espada
e históricas…; o poemas
bellamente elaborados
por su ascética belleza,
así como en varios autos
con sacramental presencia.
“El esclavo del demonio”,
“La mesonera del cielo”,
“No hay burla con las mujeres”
o el retablo navideño
de “El sol de medianoche”,
para adorar al Pequeño
que en el portal de Belén
dispuso su nacimiento.
Sirvan de ejemplo estos títulos
entre muchos que escribiera
el experto dramaturgo
que en la antigua Acci naciera
donde reliquias romanas
los parajes hermosean.

En Granada existe un grupo
“Mira de Amescua” llamado,
que lleva ya varias décadas
representando teatro,
tanto en puntuales fechas
como a lo largo del año
y, aunque excelentes actores,
sólo son aficionados
protegidos por Talía
y por Zeus coronados.
Cuando las fiestas del Corpus,
gozan escenificando
las emblemáticas obras
de Sacramentales Autos,
escritas por dramaturgos
excelsos entre los clásicos,
como Lope o Calderón,
Tirso o Benítez Carrasco
o el mismo Mira de Amescua
a quien hoy romanceamos.
El grupo “Mira de Amescua”,
en su elogioso trabajo
realzado por el buen gusto,
la excelencia y entusiasmo
de personas filantrópicas
a lo largo de los años,
debe ser reconocido
y, como tal, laureado
con rango institucional
en un municipal acto,
que no ha de demorarse
ni, por desidia, olvidarlo.
……………………………….
Dedicatoria:
Al grupo “Mira de Amescua”,
la gratitud y el cariño,
por regalar a Granada
obras de magno prestigio,
escenificadas siempre
con un magistral estilo;
y dedicarlo “in memoriam”
a don Germán Tejerizo
por su labor meritoria,
al rescatar del olvido
tanta canción popular
como hermosos villancicos,
que dormitaban ausentes
en los pueblos granadinos.
Próximo romance: FRANCISCO ALONSO
Anteriores entregas:
II. Ángel Ganivet García (Granada, 1865 – Riga, 1899)
III. Ibn Zamrak (Granada, 1333 – 1394)
IV. Isabel de Solís, Soraya (Martos, Jaén, – ¿Sevilla? S. XV, 2ª mitad)
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