Nueve años después de haber publicado su primer libro, ‘Cogollos y la Obra Pía del marqués de Villena. Desde la Conquista castellana hasta el final del Antinguo Régimen‘, el maestro en el CEIP Reina Fabiola de Motril e investigador Jesús Fernández Osorio (Cogollos de Guadix, 1961) ha cumplido la promesa que lanzara en su epílogo y ha completado la historia de su pueblo hasta finales de la pasada centuria. El nuevo libro que lleva por título ‘Entre la Sierra y el Llano. Cogollos a lo largo del siglo XX’ se presenta en esta localidad el jueves, 22 de agosto, a las 20:30 horas, en el patio del colegio donde le acompañarán el cronista oficial, Moisés Navarro Fernández y el maestro jubilado, doctor en Historia y escritor, Juan Hidalgo.
De esta forma el autor que lleva 16 años como maestro en el colegio motrileño y que con anterioriodad estuvo de alcalde de su pueblo durante el período 1995-2003, dedica entre ambas publicaciones, más de 700 páginas a una población que no contaba con ninguna monografía y que tiene el mérito de abordar, en la medida de lo posible, el contexto provincial y comarcal y no sólo el local. Tanto el primero prologado por Ricardo Ruiz como este segundo que cuenta con prólogo de Felipe Alcaraz han sido publicados por la Diputación de Granada con la colaboración del ayuntamiento de Cogollos.
Tras un duro y prolongado trabajo de investigación el autor se muestra «muy satisfecho al haber completado la historia de tu pueblo desde la reconquista hasta el último cuarto del siglo XX». Ya en su etapa como alcalde le gustaba aprovechar los programas de fiestas para «aportar algo sobre nuestras raíces». El embrión de su primer estaba en los documentos encontrados en el Archivo Histórico Nacional relacionados con la orden religiosa cuyos monjes del Monasterio del Parral (Segovia) a lo largo de un período de 300 años, visitaban el municipio cada cuatro años para recoger las rentas, así como de otro documento sobre los conflictos del agua con el pueblo vecino de Jerez del Marquesado.
Para el segundo ha sido fundamental la aportación y ánimos que ha recibido de su amigo y primo, el cronista de Cogollos, Moisés Navarro cuyas aportaciones reconoce han enriquecido mucho el libro y al que le debe el título pues también ha cedido un poema titulado ‘Cogollos, Sierra y Llano’. Fernández Osorio indica que ha intentado hacerlo lo más riguroso, imparcial y documentado posible y que «nunca he pretendido enfrentar la memoria de unos contra otros», en referencia a los acontecimientos vividos durante la guerra y represión posterior en la que durante décadas muchos hechos fueron silenciados. «En Cogollos con una población cercana a los 1500 habitantes hubo unas 70 personas represaliados por haber pertenecido a algún partido o sindicato», señala el autor de este libro que arranca con las cuestiones previas sobre el catastrófico final del siglo XIX, continua con la evolución del oficio de maestro en está época, la experiencia minera en el Marquesado de Zenete y el proyecto de agregación del Albuñán que no llegó a materializarse.
El segundo capítulo lo dedica a Cogollos durante el reinado de Alfonso XIII, donde entre otros temas desarrolla un estudio demográfico por el que sabemos que a principios del siglo XX, esta población contaba con 1.135 habitantes, alcanzando los 1.618 en 1960 y rondando en la actualidad los 650. Igualmente aborda los convulsos años 30, la importancia de las minas de Alquife y la cultura y sociedad durante la II República. «Las minas era el complemento que teníamos a la agricultura, desde Cogollos iban andando al igual que de otros pueblos del Marquesado» apostilla siendo la alternativa emigrar dependiendo de la estación a la siega en el Levante o a la recogida de la aceituna en Córdoba. También se detiene en la guerra fratricida del 36 y en la dictadura franquista donde afirma «he tratado de escribir lo que me hubiera gustado leer, por saber las circunstancias que se vivieron en esos momentos, unos años de hambre que para muchos fueron peores que la propia guerra».
El capítulo sexto lo dedica a los avatares de la transición democrática, la conquista de la autonomía andaluza, realizados gracias a la documentación del ayuntamiento que le ha permitido incluir un recopilatorio de la evolución electoral, para detenerse en dos temas curiosos, como son el sistema de riego, que considera una reliquia del pasado y los molinos harineros de Cogollos. «La balsa de origen andalusí -explica- repartía el agua que llegaba de noche a través de la acequia del Alhorí siguiendo un reparto medieval del que hablaba en el primer libro. Su regulación se hacía ‘en blanca’, para que los agricultores pudieran ir regando por turnos y tajos o tandas que era manera de organizar el reparto».
Respecto a los dos molinos harineros uno que funcionaba con el agua de día y otro con la de la noche, desgraciadamente está en bastante mal estado con los muros caído y expresa su deseo de que «ojalá que algún día se recupere, al menos el molino de Tomás».
El libro reproduce fotografías antiguas que le han cedido amablemente los vecinos al tiempo que sirven para enriquecer y dar alivio a la lectura. Igualmente se completa con un glosario de palabras para facilitar la comprensión y varios anexos con documentos originales y un completa bibliografía. En cuanto a las fuentes orales se lamenta de haber tenido la sensación de «que iban desapareciendo delante de mi las personas que podían haberme contado cosas». Considera que su aportación a la historia local ya está completada pero entiende que gracias a esas fuentes y documentos otras personas podrán seguir investigando. Por su parte, ahora está enfrascado en un trabajo similar pero del pueblo alpujarreño de Torvizcón,
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