II. PROYECCIÓN HISTÓRICA Y VIGENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD DE TERESA DE JESÚS
Según los más importantes expertos en la figura, personalidad y pensamiento místico-religioso de santa mística española las grandes propuestas de su espiritualidad que Teresa de Jesús ofreció al hombre y a la mujer de su tiempo —Cristocentrismo, desasimiento kenótico e importancia de la oración como instrumento imprescindible para la acción solidaria y la caridad cristiana— presentan quinientos años después de formuladas una vigencia y actualidad sorprendentes.
En efecto, la huella y la presencia de Santa Teresa en la espiritualidad de nuestro tiempo desde este punto de vista han sido de una fecundidad verdaderamente asombrosa, y no sólo por la modernidad de sus posiciones doctrinales, sino también por el seguimiento obtenido. Su legado -de manera explícita y directa o implícita e indirecta- se hace notar de manera muy relevante y profunda en numerosas místicas posteriores, desde la espiritualidad radical y contemplativa de Teresa de Lisieux, también carmelita (a finales del siglo XIX, en 1897), hasta Teresa de Calcuta la mística activista del amor contra la pobreza (también tres años antes de terminar el pasado siglo) (1).
Nosotros vamos a fijarnos solamente —y por sus afinidades con la monja castellana— en tres de las más grandes místicas del siglo XX, las tres de origen judío. Dos de ellas desembocaron en el cristianismo o en sus umbrales; la tercera, ubicada en la tradición judaica, se situaba sin saberlo —inconsciente pero muy efectivamente como “cristiana anónima”— en los aledaños de la Iglesia católica: me refiero a Edith Stein y a Simone Weil, en un caso, y a Etty Hillesum, en el otro. En ellas, podemos apreciar e identificar algunos de los aspectos más significativos de la espiritualidad de Teresa de Jesús, a las que antes hemos aludido.
La primera, la filósofa judeo-germana Edith Stein (2) (Breslau 1891), llegará a ser nombrada Copatrona de Europa (1999) junto a santa Catalina de Siena y santa Brígida de Holanda, y canonizada por Juan Pablo II en Roma el 11 de octubre de 1998. De las tres fue, sin duda, la más concernida e influenciada por la personalidad y la obra de Teresa de Jesús, como veremos. Perteneció al círculo fenomenológico de Göttingen y fue la 1ª asistente o ayudante de Husserl en su cátedra de Friburgo (entre 1917 y 1919), donde se doctoró con una tesis sobre el tema de la empatía.
Su condición de judía, fue asumida plenamente desde que en su juventud se confesara agnóstica, no creyente, hasta hacerse cristiana en plena madurez vital/intelectual -tras una inesperada y emocionante conversión- e ingresar en el Carmelo, orden elegida, tal vez, por ser la orden de Teresa de Jesús y por ser la única orden religiosa de raíces hebreas (3). Su conversión radical e imprevista, la obligará a abandonar su puesto docente en Münster, su carrera académica y su activismo feminista y, más tarde, la impulsará a trasladarse —tras la persecución nazi de los judíos— desde el Carmelo de Colonia, en el que había profesado tras su conversión- al de Echten Holanda; acabando finalmente su vida en el campo de Auschwitz en Polonia en 1942.
La segunda, Simone Weil (4) (París 1909), pensadora judía francesa, agnóstica en su juventud y, tras su conversión, entregada a la causa de Cristo en las personas de sus hermanos los pobres y despreciados de este mundo. Aunque su itinerario religioso personal no culminara con su entrada “formal” en la Iglesia católica mediante el bautismo, como anhelaba, vivió y se situó humildemente en su umbral (sin llegar a traspasarlo) hasta sus últimos días. Su vida estuvo jalonada por una serie de experiencias decisivas: su vocación intelectual como profesora agregada de Filosofía en varios Liceos franceses; sus trabajos como obrera en la fábrica (en la Renault) o como campesina en la campiña francesa; sus experiencias místicas; su participación con los anarquistas de Durruti en la guerra civil española; su colaboración en Londres con la Resistencia contra los nazis, hasta su dramática y heroica muerte en Ashford, tras su breve exilio estadounidense.
La tercera, Etty Hillesum (5), joven judía holandesa (Miiddelburg 1914), que tuvo una vida breve pero intensa (dos relaciones sentimentales con hombres significativamente mayores que ella; uno de ellos, que le dio un hijo no deseado y abortado, el otro Julius Spier, psicoquirólogo (analista de la personalidad mediante examen de las manos), que le descubrió el mundo de la espiritualidad hebrea; en la sinopsis de su breve vida anotamos estos datos curriculares: haber cursado estudios universitarios de derecho, lenguas eslavas y psicología; haber sido voluntaria como asistente social y ayudante de enfermería en el campo de concentración nazi de Westerbork hasta, finalmente, ser apresada por judía y enviada al campo de exterminio de Auschwitz.
Etty, nos presenta un itinerario espiritual sorprendente e intensísimo, que recuerda el propuesto por Teresa en sus Moradas: el camino agustiniano de la interioridad (ínstasis) y de la kénosis como única vía segura de encuentro con el Amado divino. Su vida —plena de riqueza interior, aunque brevísima (apenas 29 años) — puede sintetizarse con estas bellas palabras del papa Benedicto XVI, pronunciadas en la Audiencia general del 13 de febrero de 2013: “Pienso también en la figura de Etty Hillesum, una joven holandesa de origen judío que morirá en Auschwitz. Inicialmente lejos de Dios, le descubre mirando profundamente dentro de ella misma y escribe: “Un pozo muy profundo hay dentro de mí. Y Dios está en ese pozo. A veces me sucede alcanzarle, mas a menudo piedra y arena le cubren: entonces Dios está sepultado. Es necesario que lo vuelva a desenterrar” (Diario, 97). En su vida dispersa e inquieta, encuentra a Dios precisamente en medio de la gran tragedia del siglo XX, la Shoah. Esta joven frágil e insatisfecha, transfigurada por la fe, se convierte en una mujer llena de amor y de paz interior, capaz de afirmar: “Vivo constantemente en intimidad con Dios”.
Pues bien: aunque lo hagan de forma y por caminos diferentes, las tres encarnan la cima del pensamiento místico, y de la experiencia religiosa y moral del siglo XX, y presentan sorprendentes coincidencias doctrinales, caracterológicas y biográficas con Teresa. Veámoslo seguidamente.
(Continuará)
Bibliografía y Notas
1) Sobre las mujeres místicas a lo largo de la historia véase: M. Chiana (coord.), El dulce canto del corazón. Mujeres místicas desde Hildegarda hasta Simone Weil, Narcea, Madrid, 2006. Para las místicas de nuestro tiempo véanse: Emilia Bea, Mística y Política en el discurso femenino contemporáneo, Anales de la Cátedra Francisco Suarez, 41, 2007, pp. 33-50 y Silvie Courtine-Denamy, Tres mujeres en tiempos sombríos. Edith Stein, Simone Weil, Hannah Arendt o “amor fati amor mundi”, Edaf, Madrid, 2003.
2) Sobre la figura y el pensamiento de Edith Stein véanse: Alasdair MacIntyre, Edith Stein, prólogo filosófico, 1913-1922, traducción de Feliciana Merino Escalera, Editorial Nuevo Inicio, Granada, 2008.; Laura Boella, Pensar con el corazón. Hannah Arendt, Simone Weil, Edith Stein, María Zambrano, Narcea, Madrid, 2010, p. 47; I. Vigone, Introduzione al pensiero filosofico di Edith Stein, Roma, 1991; John Osterreicher, Siete filósofos judíos encuentran a Cristo, Aguilar, Madrid, 1961; A. López Quintás, Cuatro filósofos en busca de Dios, Rialp, Madrid, 1990; W. Herbstrhit, El verdadero rostro de Edith Stein, Encuentro, Madrid, 1990; Christian Feldmann, Edith Stein: Judía, filósofa y carmelita, Herder, Madrid, 1987.
3) Orden de índole eremítica, contemplativa, se introdujo en Europa desde Palestina en el siglo XIII.
4) Pueden consultarse sobre su biografía, personalidad y pensamiento las obras siguientes: Emilia Bea, Simone Weil. La memoria de los oprimidos, Encuentro, Madrid, 1992; Simone Pétrement, Vida de Simone Weil, Trotta, Madrid, 1997 y Joseph-Marie Perrin y Gustave Thibon, Simone Weil (tal como nosotros la conocimos), Nuevo Inicio, Granada, 2015 y José I. González Faus, Luz y sombras (a propósito de Simone Weil, CJ Cuadernos, nº 223, Barcelona, 2021.
5) Sobre Etty Hillesum véase, sobre todo, la obra de José Ignacio González Faus, Etty Hillesum. Una vida que interpela, Sal Terrae, Santander, 2008. También se leerá con provecho, P. Lebeau, Etty Hillesum. Un itinerario espiritual, Sal Terrae, Santander, 2000.
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Catedrático de Filosofía