Hemos estado viendo la colección de fotografías que la artista gráfica y fotógrafa Mamen Valverde realizó a la cantaora hace poco más de diez años.
Nos impresionan, cómo no, los claroscuros a pesar de ser una imagen a color. Esa luz que se filtra por entre los tablones e ilumina el rostro de Esther, no obstante la sesión de fotografía se realizó en un secadero de la Vega de Granada una tarde de verano. Es bonita la estampa de la cantaora Esther Crisol. Blanca. Mágica. Eterna. Honda. En su rostro desfila toda la sabiduría de los pueblos que han pasado por Granada durante siglos.
Después de ojear estás imágenes tan potentes nos hemos quedado sin argumentos narrativos. Sólo un tema musical cantado por Luz Casal…cada vez que veo tu fotografía descubro algo nuevo que antes no veía... nos sigue martilleando y nos dificulta la elección de palabras que, unidas, conformen, un titular que defina a Esther.
Pese a este espíritu derrotista, nos hemos crecido y hemos decidido realizar una propuesta interactiva. Vamos a presentar a cada una de las estheres que nosotros hemos sentido al preparar este retrato para que los posibles lectores elijan el itinerario que más se adecúe a sus intereses.
Nos ha llegado muy adentro Esther Crisol, la cantaora del siglo XXI.
Llegó al flamenco por elección. Lo eligió- y esa no es una elección fácil- después de tiempo formándose musical e intelectualmente. Y el flamenco la eligió a ella a partir de que ganara el primer concurso de jóvenes flamencos promovido por la Diputación de Granada. Como premio, el inicio de su carrera como profesional, la participación en un disco colectivo junto a otros jóvenes artistas y la amistad de Miguel Ángel González Ruiz, cantautor, escritor, crítico de flamenco e investigador que se convertirá en su puntal.
Con su primer disco en solitario, De la fuente, demostró su valía y un apasionado desvelo clasicista. Levanta todas sus cartas al demostrar que conoce el mundo en el que se mueve y al que rinde homenaje con una voz profunda, sentida. Su apuesta por el cante, la recogida de ese testigo, realiza promesas de perpetuidad de un estilo musical difícil y complejo. Da sensación de sentirse cómoda con todos los palos … con la soleá, con la siguiriya… aun la dificultad que entraña quedarse con la sola compañía de la guitarra.
Con De la fuente, la cantaora demostró que sabe pero no lo que era capaz de hacer.
Preguntada por el palo que más le gusta, contesta sin empacho…depende del día, y de la hora…y, ella, que tiene una sólida formación en música clásica – toca el violín- y en improvisación, y que se define como artista contemporánea, aborda en su segundo trabajo discográfico, Aguacibera, la poesía del chileno David Rosennmann-Taub desde diversos palos del flamenco -cuántas idas y cuántas vueltas-. Sin abandonar las raíces clásicas se abre a la experimentación.
Como cantaora del siglo XXI ha formado parte de distintos espectáculos, Paréntesis, obra escrita y dirigida por Encarna Vargas, Duende de Manuel Liñan y la Moneta en los jardines del Generalife de la Alhambra, Espiritual flamenco con la compañía de Tatiana Garrido, Al trasluz de Lucia Guarnido…
Es integrante del Trío del Agua, una formación de piano, voz y castañuelas creado por Lola Fernández.
Hay otra Esther, la flamencóloga.
Ella “se licenció” en flamencología en la Peña de la Platería, decana de las peñas flamencas en el mundo. Como parte importantísima del patrimonio de la ciudad de Granada, la peña reclama su lugar en estas páginas. La Platería nació en Granada en los franquistas años cuarenta cuando unos cuántos aficionados sintieron la necesidad de contar con un lugar de encuentro entre artistas y público para disfrutar, contrastar, aprender, enseñar. Y desde entonces, convertida en lugar de culto, es “facultad” del cante, el baile y el toque flamenco.
Es en esa escuela sabatina, cuando y, acompañando a su padre, comienza a forjarse como flamenca. Año, tras año, primero como espectadora, dormida, la más de las veces, entre las mesas… (¿Habrá nanas más verdadera?). Y es allí donde comienza a crecer su carrera como experta. Es desde allí donde si difunden obras como el Manual de los Cantes de Granada (editada por la Peña y la Universidad de Granada) de Miguel Ángel González y que incluye un análisis musical de Esteban Valdivieso. Y ella ahora “ilustra” esos cantes junto a Juan Pinilla y Luis Mariano, (cap.1) “los tangos”, (cap.2) “alboreá, mosca, cachucha y otros aires de la zambra “, (cap.3) “los fandangos” (cap 4) “otros cantes”
Como flamencóloga del siglo XXI, también se empeña en dar visibilidad a la aportación de las mujeres al mundo del flamenco.
Si la flamencología se define como la disciplina que surge para estudiar, investigar y divulgar el flamenco, la labor de Esther es imprescindible. Viene realizando una serie de propuestas didácticas, El flamenco en el aula, una propuesta didáctica presentada en el primer Congreso Internacional sobre patrimonio musical de Andalucía, asesorando propuestas como Contar el flamenco, coordinado por Diputación de Granada y puesto en práctica desde el curso 2008-2009
En 2021 recibe el encargo que ella considera como la experiencia más completa, satisfactoria y emocionante de toda su carrera artística.
La Orquesta Ciudad de Granada le encarga el diseño de una propuesta flamenca para sumarla a su programación de conciertos didácticos y familiares de la temporada 22/23. Así surge el proyecto De la Antequeruela al Sacromonte. Primer concierto de la orquesta Ciudad de Granada que une flamenco y música clásica dirigida a más de doce mil escolares.
Si la flamencóloga se licenció en la Platería, ahora, ya participa como profesora en el máster interdisciplinar en Investigación y análisis del flamenco de la UCA (universidad de Cádiz) y la UGR.
Hay también una Esther creadora de espectáculos. Este hecho no constituiría ninguna novedad en el mundo del flamenco acostumbrados ellos a tener que … buscarse las habichuelas.
Lo que resulta novedoso es la aportación que Esther realiza. Llevada por el deseo….de aunar las tradiciones, fusiona flamenco, didáctica con…
Títeres, en Títere tran tran. El flamenco a través de los títeres y en el Hada de los aljibes
o, con teatro … en 1922, una mirada al pasado, recreando lo acontecido durante el Primer concurso de cante hondo en 1922.
No es fácil esto de la interactividad cuando se trata de una persona tan artista, tan inquieta, tan creativa.
Creemos que si el flamenco le debe algo a Esther es en su papel como transmisora.
En 2010, el flamenco fue reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Forma parte de nuestro ADN. Es una forma de vida, de respirar, de sentir. Pero para que seamos conscientes de ello, tenemos que conocerlo.
Esther es maestra y ha elegido, como eligió ser cantaora, el magisterio musical para que el flamenco siga vivo en futuras generaciones.
Resulta muy difícil diferenciar a la cantaora, de la experta, de la artista. Sería mejor abandonar este discurso narrativo y mezclarlas a todas, como ella ha hecho en su último espectáculo Voces Calladas (2023) -Esther, creadora– en el que realiza un viaje a través de la historia del flamenco –Esther flamencóloga-, destacando las aportaciones y creaciones de distintas cantaoras, Pastora Pavón o La Piriñaca, Pepa Oro, La Trini, Mercedes La Serneta, la Gazpacha, Tía Marina “Habichuela” -Esther, transmisora-. El espectáculo parte del flamenco clásico para explorar nuevas sonoridades, incorporando instrumentos menos habituales como la batería, guitarra eléctrica, violín – Esther, cantaora del siglo XXI-. Ahora, sigue Vendiendo Flores, con Tente Márquez, guitarra flamenca y Pancho Brañas, batería y percusión.
Esther Crisol, hija de Miguel Crisol Gásquez, granadino de Castril de la Peña y Mª Isabel de la Fuente Blázquez, castellana de El Barco de Ávila (Ávila).
Preguntada hace años que qué era para ella el triunfo, contestó que el éxito era tener prestigio.
Esther Crisol, has conseguido triunfar. Eres una persona de prestigio. Cuentas con nuestro reconocimiento como cantaora, flamencóloga, escritora, pregonera y transmisora del flamenco.
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Próximas entregas:
- Enrique Bonet, memoria del cómic granadino.
Profesora de Geografía e Historia
IES Padre Suárez