Isidro García Cigüenza: «Las fábulas en la Pedagogía Andariega»

Burrita: Esas fábulas que usted acostumbra a recitar a los niños en sus paseos por el campo, no las veo yo muy didácticas que digamos…

Arriero: A los niños y aún más a los jóvenes les encantan las fábulas. Son cortas, divertidas, nos hablan de las formas de actuar de los animales, sus protagonistas, y como colofón nos regalan una enseñanza. ¡Amén de lo apropiadas que son para referirlas mientras caminamos…!

Burrita: Amén, añado yo también, de lo estereotipadas y dañinas que pueden llegar a ser y de hecho son…

A: No te entiendo, Molinera… Precisamente vosotros, los asnos, sois protagonistas de muchos de sus relatos…

B: ¡Valiente protagonismo si, a la postre, nos vemos convertidos en el hazmerreír de sus alumnos, vituperados y puestos en ridículo hasta el escarnio como se nos muestra…!

A: Con esa afirmación nos estás poniendo a Samaniego, Iriarte, Esopo, Fedro y Lafontaine y a mí mismo a “bajar de un burro”, nunca mejor dicho… Y no estoy de acuerdo… Las críticas nos llueven por igual a animales y a humanos… Lo que se critica son actitudes, pensamientos y hechos que de por sí, son ridículos y criticables… En la fábula de “El asno y el cochino”, por ejemplo, se critica la envidia; En la de “El burro sesudo”, esa reacción del protagonista ante el consejo del caballo para que eche a correr… es todo modelo de saber estar. Las de “El asno y el lobo” y “El asno y el caballo” reflejan, breve y acertadamente, sendos tratados de sagacidad y brillantez al mismo tiempo… ¡Y no digo nada de la gran lección que nos dan en el titulado: “El asno infeliz”. ¿Te la leo? Verás si no es cierto lo que nos sucede cuando deseamos la muerte sin predecir lo que el destino nos deparará en el más allá. Dice así:

Portada fabulas de Samaniego

Yo conocí un jumento que murió contento

por creer, y no iba fuera de camino,

que así cesaba su fatal destino.

Pero la adversa suerte

aún después de su muerte

le persiguió: dispuso que al difunto

le arrancasen el cuero luego al punto

para hacer tamboriles.

Y que en los regocijos pastoriles

bailasen las zagalas en el prado

al son de su pellejo baqueteado.

B: Usted dirá lo que quiera, pero esa manía de utilizarnos a los animales para llegar a conclusiones a las que ustedes mismos debieran llegar por simple deducción, no me parece muy ética…

A: Esa misma crítica me la podrían hacer nuestros lectores a mí, con respecto a poner en tu boca razonamientos que podrían parecer míos y sólo míos… Y sin embargo, tú sabes mejor que nadie que, descendiendo como desciendes de esa trupe de animales agraciados con el don de la palabra, tus conversaciones conmigo son de lo más auténticas…

B: Mi caso es una excepción, sabiendo como todo el mundo sabe que el origen de este “don” que usted me atribuye se debe a aquel caso de brujería que recordar no quiero…

A: Pues fíjate que pensaba transcribir la fábula del….

B: ¡No, la de “El asno vestido de león”, no, por favor. Y la de “El burro flautista” menos todavía…”!

A: ¡Vale, vale… que ya te he entendido! Dejaré de utilizar a la gente de tu raza para mis fines educativos y relataré la de “El pastor y el filósofo” que se ajusta mucho más a nuestras teorías educativas en relación con la Gran Maestra que es la Naturaleza…

B: Eso está mucho mejor… Pero ¿Cómo la va a transcribir en un artículo como éste que debe tener una extensión ajustada? Don Antonio Arenas, el editor, a pesar de lo complaciente que es, le va a llamar la atención.

A: Tienes razón. Vamos a hacer una cosa: grabo en formato de Audio-Libro todas las fábulas…, las pongo al servicio de los lectores (basta con que nos las pidan en el e-mail: arreburrita@gmail.com), y de todas ellas extraigo la que quería transcribir. Así todos contentos: don Antonio, los lectores, Samaniego, y tú misma, Molinera… ¡Vas a ver cómo te ríes cuando escuches esos sucesos tan bien traídos que protagonizan, tigres, cerdos, camellos, ranas, cuervos, zorros, gallos, cabras y demás fauna del reino animal…

B: ¡No se hable más y “adelante con los faroles”, don Isidro!

A: ¡Pues ahí va el susodicho corte de audio…!.

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Isidro García Cigüenza

Blog personal ARRE BURRITA

 

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Comentarios

Una respuesta a «Isidro García Cigüenza: «Las fábulas en la Pedagogía Andariega»»

  1. Rafael Reche

    Enhorabuena Isidro por tu artículo, has tocado un tema que desde pequeño me encantaban las fábulas, donde los animales nos enseñaban lecciones morales quizás deberían volver. Me ha encantado el audio.

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