Saciada nuestra curiosidad atravesamos una puerta metálica. Detrás, el enorme secadero con capacidad para 35.000 plantas de tabaco en sus 1.154 metros cuadrados, junto a un pequeño huerto cultivado por los jubilados de la zona que sirve para familiarizar a los visitantes, especialmente a los escolares, con los cultivos agrícolas de la Vega. Tras penetrar en este espacio, inundado de luz y que sorprende por su gran altura, encontramos murales explicativos, herramientas de otros tiempos, cuadros y un rincón donde los más pequeños se pueden familiarizar con los sonidos y las tradiciones orales.
A la entrada, tras un mostrador nos recibe José Antonio Díaz, coordinador de las visitas al CIV. «En este primer panel -nos explica- se cuenta la historia de este secadero que arranca en 1953, también se indican sus dimensiones y características». Luego, gracias a estos paneles nos sumergimos en las actividades tradicionales de esta fértil tierra rica productora de cáñamo, remolacha y tabaco. Fotos antiguas mezcladas con otras recientes y con herramientas originales donadas por los agricultores sirven para comprender las principales actividades que han desarrollado los habitantes de la zona.
Al fondo, penden del techo unas largas tiras de matas de tabaco sobre un rincón que se aprovecha para mostrar un vídeo titulado ‘Secaderos en el tiempo’ en el que se da a conocer la historia de la Vega de Granada y de estas construcciones. El secadero-museo que nos ocupa fue rehabilitado por el ayuntamiento vegueño con la colaboración del Plan de Desarrollo Turístico de la Vega Sierra Elvira y la Diputación de Granada tras su adquisición a sus propietarios en junio del año 2006.
En este espacio los paneles han sido sustituidos por serigrafías. «Son trabajos de un artista local, Christian M. Walter, el único que hace serigrafía artística típica de Andalucía que junto con otros artistas nos han cedido sus trabajos para que la puedan verlos los visitantes», indica Alfonso antes de volver a las explicaciones del cultivo del tabaco de que nos aclara «aunque se pierda el tabaco, que finalmente se perderá, no queremos que desaparezca de la historia de la Vega pues durante tantos años ha sido el sustento de muchísimas familias de la Vega». Al ver un pequeño escenario provisto de pantalla y proyector nos comenta que se utiliza para charlas y pequeñas actuaciones. «Queremos que la gente venga, vea que es un sitio vivo, donde se puede disfrutar de una exposición, de un concierto hasta unas jornadas de agricultura. Aquí tiene cabida para todo», concluye.
Debajo se encuentra el área infantil, especie de miniludoteca en la que los visitantes más pequeños disfrutan con juegos de audio sobre las profesiones de la Vega, e imágenes y sonidos de los animales, poesías de Lorca, canciones infantiles… Instalaciones que desde su inauguración a mediados de noviembre de 2009 ya han sido visitadas por 774 personas a las que añadir entre 800 y 900 alumnos de entre 3 y 10 años de los colegios Virgen de los Dolores, La Almohada y Virgen de los Remedios, pertenecientes al municipio.
Guiados por un “Ciempiés”
Para saber más:
– Articulo en GRANADAPEDIA